Breve remembranza de Antonio Gramsci
¿Quién era Antonio Gramsci? ¿Por qué podría interesarle a un lector en Chiapas? ¿O a un lector en cualquier parte de México? Los siguientes renglones en este Encarte Crítico argumentan al respecto.
Antonio Gramsci nació en un poblado llamado Ales, en Italia, el 22 de enero de 1891. Falleció, en Roma, Italia, el 27 de abril de 1937. Fue fundador y activo militante del Partido Comunista Italiano, creado en 1921, en tiempos en que gobernaba Benito Mussolini, un dictador fascista. Su notable inteligencia crítica lo llevó a remplazar a Amadeo Bordiga en la Secretaría General del Partido Comunista Italiano, que llegó a ser el más importante de Europa Occidental y el que más militantes tuvo después del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas. Casado con Julia Schucht, procreó dos hijos: Delko y Giuliano. Se formó intelectualmente en la Universidad de Turín, Italia, de donde egresó con una preparación que lo facultó para escribir como periodista, antropólogo, sociólogo, lingüista, filósofo, pedagogo y por si eso fuera poco, teórico político. El régimen fascista de Mussolini no soportó a un pensador de su talla y lo encerró en la cárcel de Turín, condenado por un Tribunal Especial fascista en junio de 1928. El trato que recibió en la cárcel fue inhumano y lo llevó a la tumba en la ciudad de Roma. En la prisión sólo fue visitado por su cuñada, Tatiana Schucht y por su camarada y amigo, Piero Sraffa. Su propio partido lo dejó a la deriva y ya no digamos José Stalín, máximo dirigente internacional de la izquierda pro Unión Soviética, en los años en que gobernó. Pero el genio crítico de Gramsci se sobrepuso a la adversidad y logró escribir un texto que es de gran relevancia para las ciencias sociales y para la teoría crítica: Los cuadernos de la cárcel, constituidos por 33 libretas (2,248 páginas) escritas entre 1929 y 1935, cuidadosamente clasificadas por temas, incluyendo reflexiones acerca de la historia de Italia y el nacionalismo. Más todavía, los Cuadernos de la Cárcel, son básicos para entender el posmodernismo, la teoría de las clases sociales, el concepto de hegemonía, el concepto de intelectual orgánico y apuntes varios, críticos ante todo, de teoría política. Los conceptos gramscianos han adquirido actualidad a través del tiempo sobre todo porque han sido básicos en la inspiración y conducción de movimientos sociales. Gramsci ha sido un teórico presente en la Italia de la posguerra pero también en los movimientos de la llamada “primavera árabe”. El pensamiento de Gramsci es muy importante para entender los planteamientos de los pensadores anticoloniales de El Caribe. Más todavía, los planteamientos de Gramsci están presentes en los llamados movimientos decoloniales en la Cordillera Andina, sobre todo en Ecuador y Perú, tan actuales. Incluso, existen trabajos muy recientes que demuestran la importancia de Gramsci para entender el desarrollo de una izquierda tan compleja como lo es la de la China Popular. En este sentido, es imprescindible leer el trabajo de Pu Wang, que trata sobre Gramsci y la izquierda de China. Es más, para los lectores en inglés sugiero la antología preparada por Roberto M. Dainotto y Frederic Jameson, Gramsci in the world, (Duke University, 2020) que contiene interesantes textos sobre la influencia del pensador italiano en prácticamente todo el mundo.
En Chiapas-y en América Latina y El Caribe en general-los planteamientos de Gramsci son muy sugerentes para trabajar en temas de análisis de las clases populares, sobre todo en las ciudades, un tipo de problemática muy poco abordada para el caso chiapaneco. Pero no se reduce a sólo esa problemática el uso de Gramsci, sino que es útil para el estudio de las hablas de Chiapas y la variedad cultural que caracteriza al estado. Me permito sugerir que deberían fundarse en los centros académicos chiapanecos, cursos y seminarios para estudiar los impresionantes Cuadernos de la Cárcel porque no obstante haber sido escritos a principios del siglo XX, contienen sugerencias importantes para entender los procesos socioculturales actuales, además de alimentar el debate contemporáneo sobre el destino del mundo.
Gramsci es también importante para la crítica literaria y la elucidación de las relaciones entre literatura y ciencias sociales. Los llamados “estudios culturales” actuales encuentran sugerencias profundas en los textos de Gramsci. En ese campo, los contextos de Chiapas son de gran riqueza no sólo por la calidad de la narrativa y poesía locales, sino por su arraigo popular. Las contradicciones de la sociedad en general, y la de Chiapas no es la excepción, se muestran en la literatura, desvelando los intereses en juego y en conflicto. Justo por ello, y por el período actual del país, la lectura y estudio de Antonio Gramsci es oportuno.
Sugiero al lector interesado, antes de la lectura de los Cuadernos de la Cárcel, examinar la obra de Giuseppe Vacca, Vida y Pensamiento de Antonio Gramsci. 1926-1937, (Akal Editores, 2020). El autor de este importante texto es Presidente del Instituto Gramsci de Roma y a la vez, Presidente de la Comisión Científica Encargada de los Escritos de Antonio Gramsci. Por cierto, el capítulo final del libro de Vacca está dedicado a informar sobre el destino y recuperación de los Cuadernos de la Cárcel. Recomiendo: Cuadernos de la Cárcel. Edición crítica a cargo del Instituto Gramsci de Roma a cargo de Valentino Garretana, México, Ediciones ERA, 1999.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 3 de julio, 2020.
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