Por un voto informado y razonado este 6 de junio

Foto: Chiapas Paralelo

 

Por Florentino Pérez Pérez

 

Construir la ciudadanía…es un proyecto

educativo de toda la comunidad, que supone

vivir la pluralidad cultural y social presente,

desarrollando los valores de solidaridad,

igualdad, respeto, y justicia que ayude

a superar cualquier tipo de discriminación y

que permita la formación para la prevención

de conflictos en todos los ámbitos de la vida

personal, familiar y social.

J. B. Martínez Rodríguez

El próximo domingo 6 de junio se realizará la jornada electoral en la cual se elegirán, a nivel federal, 300 diputaciones de mayoría relativa y 200 de representación proporcional; 15 gubernaturas, 30 congresos locales, ayuntamientos, regidurías, sindicaturas y juntas municipales. El Instituto Nacional Electoral (INE) ha denominado a estos comicios, “los más grandes y complejos de la historia de México”.

 Mucho se ha escrito sobre el clima que precede a los comicios. Desde la polarización de la sociedad, la violencia e inseguridad que prevalece y la participación del crimen organizado. La mayoría de los que escriben sobre los comicios, coinciden en culpar a Morena y al presidente Andrés Manuel López Obrador de ser los causante de los males presentes y los que seguramente vendrán.

Los Partidos Políticos, de tiempo atrás, han dejado de cumplir las funciones que le dieron origen. Se han desvirtuado y han contribuido a pervertir la política. Están vacíos de contenidos programáticos y su praxis política no conoce de ética. Las alianzas que han establecido de cara al 6 de junio son contra natura. Sus ideologías son contrapuestas. Solo los une la desesperación de no tener el apoyo y la legitimidad para seguir medrando del presupuesto, esta percepción no exime al partido que está en el poder.

Entre las posturas y documentos que se han escrito y publicado recientemente destacan: Decálogo Incluyente sobre la República suscrito por los senadores de Morena Ifigenia Martínez Navarrete y Porfirio Muñoz Ledo y El Manifiesto por la República, la democracia y las libertades, respaldado por 430 intelectuales.

Ambos documentos contienen aspectos rescatables sobre los que hay que ahondar, más allá de filias y fobias, sobre el estilo de gobernar de Andrés Manuel y su política social. Si bien la coyuntura política es propicia para estos posicionamientos, vale la pena retomar aquellos temas que permitan iniciar un profundo debate, como democracia, órganos autónomos, república, medios de comunicación, sistema político, partidos políticos, construcción de ciudadanía, libertades, derechos humanos, entre otros.

 Los problemas por los que atraviesa el país no se reducen a una persona ni a un partido. Son más complejos. Hay que cambiar el ángulo de mirada y posarlo en el Proyecto de Nación que quiere construirse, los actores sociales que los impulsan y disputan el poder.

Hay que dejar atrás las acciones y narrativas que incrementan la polarización de la sociedad mexicana, que no es nueva y siempre ha estado. Lo mismo que la violencia e inseguridad. Solo que ahora los grupos asociados y beneficiados por el poder por varios sexenios y que fueron desplazados el 1 de julio del 2018, por la coalición de partidos juntos haremos historia, con el 53.20 por ciento de votos del padrón electoral, hoy se manifiestan de manera estridente.

Es hora de pasar en la construcción de propuestas que fortalezcan o transformen el sistema político. Abrir espacios de reflexión y debate de proyectos políticos emergentes. Abrevar en nuestra historia pasada y reciente y sacar aprendizajes nuevos. Cuando estuvimos divididos perdimos más de la mitad de nuestro territorio y subordinamos la soberanía al imperio, gravitando en torno a sus políticas e intereses.

En el disenso y la crispación en la que vivimos, el crimen organizado está participando activamente en el proceso electoral. A pesar de que el ultra conservadurismo fue desalojado recientemente de la Casa Blanca, la tentación de someternos más a sus intereses sigue latente. La calificación y descalificación de los adversarios sube cada día más de tono, lo que abruma y entorpece el voto informado y razonado.

Esta es una mirada al panorama nacional

A nivel estatal el panorama cambia poco. Casi somos una réplica de lo que ocurre a nivel nacional. La fragmentación de candidatos a los puestos de elección popular, es una característica peculiar en este proceso electoral. Son muchos y poco conocidos, sin trayectoria. Otros son los mismos, solo que son postulados por otros partidos políticos. Aún están presentes los saldos del 2018 tanto en los partidos que contienden como en los candidatos que reinciden, solo que ahora lo hacer por un partido distinto o cargo diferente.

La pandemia que afortunadamente va a la baja, y las clases no presenciales ha generado que legiones de jóvenes, reclutados por los partidos políticos, estén en los cruceros y recorran la ciudad con pancartas y banderines. Unos días hacen proselitismo por un partido y días después por otro.  No es que la juventud, lamentablemente, de manera súbita haya decidido participar en el proceso electoral.

Necesitamos construir ciudadanía y fortalecer la participación social. Recuperar la credibilidad y la ética en la política para mejorar la calidad de la democracia. ¿Es mucho pedir?

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