Paco Rojas, contrapeso del poder

Francisco Rojas Toledo, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez, se enfrenta en estas elecciones a varios factores negativos para convertirse nuevamente en presidente municipal, como haberse retirado del PAN, haber palomeado las acciones de Morena en la capital chiapaneca y contar con un plazo de campaña demasiado breve.

Si bien es un personaje conocido y querido, su participación política se ha asociado con el PAN. El cambio de partido le ha traído una carga en contra difícil de esquivar. Movimiento Ciudadano carece de estructura territorial, algo que tampoco él posee, porque el voto que ha captado en elecciones pasadas ha venido de la indignación del ciudadano harto del escándalo, del atropello y del saqueo que ha padecido el ayuntamiento.

El votante tuxtleco es diferente al resto de la entidad. Se caracteriza por un alto nivel de preparación académica (11 años de escolaridad, según INEGI), por ser mayoritariamente clasemediero, por el uso masivo de las redes sociales digitales y por ser contestatario a los gobiernos corruptos.

En 2015, cuando Paco Rojas fue víctima de un escandaloso fraude electoral, el votante tuxtleco salió a la calle a protestar, pero después, como corresponde con el ciudadano responsable, aceptó el veredicto de las autoridades electorales.

Paco Rojas, candidato de Movimiento Ciudadano.

En esta ocasión, los votantes reconocen que Carlos Morales Vásquez ha realizado un buen trabajo al frente de la presidencia municipal, de lo cual se ha encargado de resaltar el propio Paco Rojas.

Ese reconocimiento, que abona en la credibilidad del candidato naranja, es posible que no haya sido comprendido por todos sus seguidores, quienes esperaban que continuara siendo la conciencia crítica en el cabildo. Por supuesto, que tuvo pocos motivos para alzar la bandera de la beligerancia.

Sin embargo, el plegarse a las decisiones del ayuntamiento capitalino ha fortalecido la campaña de desprestigio de ver a Movimiento Ciudadano como apéndice de Morena.

Paco Rojas está más allá de estos cuestionamientos. Si no ha obstaculizado la gestión de Carlos Morales es porque no ha encontrado motivos para entorpecer una administración que claramente se ha desmarcado de los gobiernos municipales anteriores que se caracterizaron por la corrupción y el despilfarro.

La pandemia tampoco ha jugado a favor del candidato naranja, y mucho menos el corto periodo electoral: no ha podido organizar campañas masivas y le ha faltado tiempo para posicionar su candidatura con el nuevo partido, para dar explicaciones suficientes sobre su marcha del PAN y para aclarar su apego a la administración morenista en la capital.

Paco Rojas también se enfrenta al monstruo totalizador de Andrés Manuel López Obrador, que aun cuando no aparece en la boleta, está presente con sus programas sociales, su popularidad y sus descalificaciones.

De todos los candidatos, Paco Rojas es quizá quien más disfruta de la campaña; su estado es de proselitismo permanente y de acercamiento con los ciudadanos; un activismo que ha sido muy benéfico para los tuxtlecos, porque nos ha permitido contar con un ojo vigilante en el ayuntamiento y denunciar la ineficiencia, la corrupción y la superficialidad de los gobernantes.

Si pierde, que es lo más probable, ojalá que no diga adiós a la política, que siga con su activismo para recordarnos de la rebeldía y del malestar ciudadano ante los derrapes del gobierno. Necesitamos a un Paco Rojas como contrapeso del poder.

 

 

 

 

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