Divorcio entre políticos y ciudadanos
Las cifras son inquietantes: el 60 por ciento de los chiapanecos no le interesa informarse de lo que sucede en el terreno político; el 58 por ciento considera que los políticos contribuyen muy poco o nada a mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, y el 62 por ciento confía poco en el resultado de las elecciones.
Estos datos se desprenden del estudio de opinión “Construcción de ciudadanía y ciudadanía digital”, realizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Unach de junio a noviembre del año pasado, y disponible en https://construcciondeciudadaniachiapas.mx.
El estudio, que consta de una parte cuantitativa con mil 600 encuestas, y otra cualitativa, con seis grupos de enfoque, remarca el distanciamiento existente entre los políticos y el grueso de la población; el político es un asunto lejano y extraño, que solo se aparece en las campañas, y que, cuando gana, se sumerge en esa cápsula alérgica al sentimiento ciudadano.
Solo un 9 por ciento tiene una mirada benevolente hacia los políticos, al considerar que contribuyen “mucho” a mejorar el nivel de vida de las personas. Sin embargo, el 14 por ciento considera que estaríamos mejor sin ellos. Eso mismo quizás explique que el 73 por ciento de los ciudadanos no milite en ningún partido político, y quien lo hace, el 11 por ciento se inclina por Morena, el 6 por ciento por el PRI, y después, con un uno por ciento, el PAN, PRD, PVEM, Chiapas Unido y Mover a Chiapas.
Un 26 por ciento de los encuestados ya tiene definido su voto antes de las elecciones, el 45 por ciento lo hace durante las campañas y el 15 por ciento el día de la elección. En realidad, al ciudadano le interesa poco las campañas políticas (37 por ciento).
En este alejamiento de la política, sorprende que los porcentajes más altos sobre las sensaciones que sienten las personas cuando votan el día de los comicios se relacione con el deber (44 por ciento) y la satisfacción (33 por ciento), contra el 7 por ciento que piensa que es una pérdida de tiempo.
La mayoría no confía en los resultados de las elecciones (62 por ciento); un porcentaje que quizá haya crecido con las descalificaciones continuas que realiza el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre los órganos electorales.
El gobierno, al ser parte de la política, también se le ve distante. El 35 por ciento señala que las acciones de gobierno tienen poco impacto en la vida diaria.
Al preguntarles sobre las instituciones generan mayor confianza contestaron que el Ejército con el 6.9 por ciento; la Cruz Roja, 6.7; los maestros, 6.6; CNDH, 6.2; redes sociales, 6.2; medios de comunicación, 6.0; presidente de la República, 5.9; INE, 5.8; gobernador, 5.6, e IEPC, 5.5.
Los datos recabados por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Unach hablan del divorcio existente entre los políticos y los ciudadanos, como si fueran mundos separados, incluso enfrentados. Tenemos, y el estudio de opinión da cuenta de ello, ciudadanos reactivos, y no activos, que no haría nada (21 por ciento) si se discutiera en el Congreso una ley que le pareciera injusta.
Eso habla de una ciudadanía activa muy débil, si entendemos por ciudadanía la participación pacífica en la esfera política, que antepone los valores éticos y deposita su confianza en las instituciones democráticas.
Desgraciadamente esa es la realidad que vivimos, y que ha cartografiado muy bien el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de Chiapas.
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