La vacuna contra el COVID: los retos mundiales
Con una pandemia cubriendo ya la mayor parte del planeta, el anuncio del descubrimiento y la distribución de la vacuna contra el Coronavirus es una buena noticia. Es incluso histórica. Sin embargo, no es la solución definitiva de los problemas de salud personal, colectiva y económicos que esta crisis sanitaria le está heredando al mundo y sus habitantes.
Así como el Coronavirus deja secuelas en el cuerpo humano; también la aplicación de la vacuna tendrá efectos entre las sociedades del mundo porque además, es la primera vez para el mundo, que se tiene que afrontar un reto de esta magnitud.
Los países del mundo tendrán que resolver problemas de distribución, de logística, de prioridades en la aplicación de la vacuna y luchar también con la desconfianza de los ciudadanos que tienen sus reservas sobre vacunarse. Es decir, la normalidad que disfrutábamos antes de la pandemia, está lejos de alcanzarse aún y con la vacuna disponible. El reto de la vacunación es mundial y se está haciendo o pretende hacerse en tiempo récord.
Lo ideal para la distribución de las vacunas es que este proceso se hiciera proporcionalmente de acuerdo al número de población de cada país. Sin embargo, Como sucede en cualquier otro tipo de crisis, las carencias provocan acaparamientos y en este caso, las vacunas fueron acaparadas por los países ricos. Las naciones pobres tendrán que esperar para conseguir los suministros, tendrán que hacer también probablemente, redes de cooperación.
Según datos que pude recopilar, hay dos mil millones de vacunas que pueden estar disponibles pronto de AstraZeneca, Moderna y Pfizer. Sin embargo, más de la mitad de ellas están comprometidas para aplicarse en países del primer mundo. Ello es evidente que hará más duradera la pandemia.
Ese acaparamiento agrava la pandemia y sus efectos porque los países ricos no ven en estos momentos conveniente ayudar a los países pobres con suministros de vacunas. A pesar de que mientras no exista inmunidad, el comercio y los viajes internacionales no volverán a la normalidad y ello tendrá un elevado costo económico.
En la carrera por vacunar a la población mundial también subyacen otros temas globales; la lucha por la supremacía mundial, por ejemplo entre americanos, rusos y chinos. Esa carrera no cesará porque las dosis de una sola empresa para vacunar a la población mundial, obviamente no serán suficientes. Los países del mundo tendrán que recurrir a varias empresas para garantizar el abasto de su población.
La logística es prioritaria. ¿Dónde y con qué empresa, los países pobres adquirirán una vacuna que sea de fácil manejo y que no requiera alta refrigeración? ¿Cuál será el precio de esa vacuna que pueda manejarse mejor?
Por nuestra parte los ciudadanos poco a poco tendremos primero que ir aprendiendo y adaptándonos a lo que podremos hacer en el entorno familiar de forma segura una vez vacunados. Luego, lo que pueda también hacerse, pero en el entorno social local y, por último; en un entorno más global. Obviamente, todo ello llevará tiempo.
A fuerzas de sufrir las consecuencias de la pandemia hoy; los seres humanos estamos aprendiendo de prioridades sociales, pero también de efectos colaterales, de poder económico personal y de las diferencias entre países pobres y ricos.
Ahora lo evidente es que durante un tiempo que no está determinado, no habrá suficientes vacunas para todas las personas de todo el mundo que quieran recibirla. Entonces, la pregunta fundamental es ¿quiénes deberían tener acceso a las primeras dosis?
Primero los trabajadores de la salud, luego los más vulnerables; es decir, los ciudadanos de la tercera edad. Después la población en general. Eso es lo éticamente correcto y es el camino que siguen los gobiernos del mundo.
Sin embargo, ello tiene también un efecto no deseado: la población en edad laboral tiene todavía que esperar su turno para recibir la vacuna. Ese tipo de personas, si regresan a sus labores, estarán expuestos a preocuparse por infectarse, sobre todo ahora que según están demostrando los científicos, las mutaciones del virus son más mortales. Pensemos un poco en la población en edad laboral de nuestro país; muchos de estos ciudadanos forman parte de la economía informal.
A este sector de la población en edad laboral, el día a día les hace difícil mantener la distancia social. Y más a fondo porque esto implica el largo plazo; la educación y las oportunidades laborales desiguales han obligado a las personas a realizar trabajos de mayor riesgo. Además, contra ellos juega el peor acceso a la atención médica, lo que ha generado más afecciones médicas subyacentes.
Prioridad para los más vulnerables, que en este caso serían las personas de mayor edad y también prioridad en el acceso a la vacuna a las áreas geográficas que son especialmente vulnerables. Sería lo más recomendado en un contexto en el que los países del mundo, no tienen acceso a las vacunas disponibles.
Incluso, es evidente que los países ricos han acaparado las vacunas disponibles y que las dosis tardarán en llegar a los países pobres cuya población será vulnerable a las nuevas cepas del virus. Ello hará que las regiones y los países del mundo donde tarde en llegar la vacuna serán el caldo de cultivo para las variantes resistentes. En ese sentido, no controlar la propagación del virus prolongará la pandemia.
La razón de ello es que el virus está demostrando que muta rápidamente y las lo que subyace fundamentalmente en esas mutaciones son aspectos básicamente biológicos. la diversidad genética del virus aumenta con el tiempo y es posible también que el virus esté evolucionando en respuesta al aumento de la inmunidad humana.
Otro aspecto a atender también lo representan los futuros brotes del virus. ¿Qué pasa si suceden en los países pobres en donde la vacuna llegará más tarde que en los países ricos? ¿Los países desarrollados están dispuestos a financiar el desarrollo y la fabricación de vacunas de en los países pobres? Eso sería lo ideal.
Por eso, la cuarentena y el aislamiento siguen siendo la principal receta para detener la propagación del virus. Es decir, la vacunación y la erradicación del virus son dos tareas simultáneas. Ninguna de las dos sustituye a la otra.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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