Memoria del Caribe: los pensadores haitianos en México
En uno de sus interesantes y recientes comentarios, mi amigo Pedro Tomé me recordó a Cyril Lionel Robert James, quien fuera un importante pensador crítico de tradición marxista, nacido en la Isla de Trinidad en 1901 y fallecido en Londres en 1989. Uno de sus textos más importantes lo escribió en relación al significado histórico de la Independencia de Haití, discutiendo las vinculaciones etnia/clase, que tanta importancia tuvieron en la elaboración de la teoría del colonialismo interno. Esa llamada de atención hacia una figura tan importante del pensamiento caribeño, me recordó a varios de los científicos sociales haitianos que conocí en la ciudad de México, en mis tiempos de estudiante y después, como fundador de la UAM-Iztapalapa. Corría el primer semestre del año de 1970. Todavía estaba muy fresca en la memoria lo acontecido en 1968. En ese mismo año de 1970, ocurriría el “jueves de corpus”, la represión de los halcones. En las aulas universitarias-por lo menos en la Ciudad de México-se discutían vivamente el curso de la llamada “guerra fría”, los ciclos guerrilleros en América Latina, el conflicto chino-soviético, la guerra de Vietnam, en fin, vivíamos en una permanente discusión de los aconteceres mundiales y nacionales. En el primer semestre escolar de ese año de 1970, la Escuela de Graduados fundada por Ángel Palerm y Carmen Viqueira en la Universidad Iberoamericana, recibiría a sus primeros estudiantes, entre quienes nos encontramos un pequeño grupo de egresados de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Uno de los seminarios de esa memorable Escuela de Graduados, lo dirigía Guillermo Bonfil, de quien fungí como ayudante de investigación desde 1966 hasta 1969. En ese seminario, examinamos el pensamiento anti colonialista en general y no sólo el que se elaboraba en América Latina. Leímos a los pensadores africanos. Caribeños, Sud Americanos, Mexicanos, Europeos, Norteamericanos, que escribían en aquellos años en contra del colonialismo. Bonfil mismo seguía en el proceso de pensar su planteamiento del México Profundo, asociándolo a los pueblos indígenas del país.
Las sesiones del seminario eran vivaces, plenas de entusiasmo, con un Bonfil brillante, muy enterado del tema. Y fue Guillermo Bonfil el que en una ocasión me presentó a Gerard Pierre-Charles y a su esposa, Suzy Castor, refugiados políticos haitianos, militantes de la izquierda haitiana que luchaba en contra de la dictadura de “Baby Doc” el hijo del célebre dictador Duvalier, apodado “Papá Doc”, que llevó al país a la ruina además de sumergirlo en el terror usando a aquel siniestro grupo de sicarios llamados los Tonton Macutes. Gerard Pierre Charles era miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM desde 1960, año en que arribó a México y Suzy Castor recién en 1968 había obtenido el Doctorado en Historia en la UNAM de la que era docente en la Facultad de Ciencias Políticas. Y Gerard Pierre-Charles era ya una figura muy conocida en América Latina.
A resultas de un ataque de polio, cojeaba visiblemente pero eso no ocultaba su enorme estatura de 1.95 metros y su gran corpulencia. Era muy afable. Tenían una amistad muy estrecha con Guillermo Bonfil que lo apreciaba en grande. Fue Gerard Pierre-Charles quien propuso a Guillermo Bonfil formar un Comité de Solidaridad con Haití en el que estarían también su esposa Susy Castor y otro excelente científico social haitiano, Jean Casimir. Así que un buen domingo en los primeros meses de 1970, nos reunimos en la casa de Gerard y Suzy a comer arroz con frijoles, beber ron y formalizar el nacimiento del Comité. Gerard Pierre-Charles ya había publicado su libro más conocido, Radiografía de una Dictadura: Haití y Duvalier, publicado en México por la Editorial Nuestro Tiempo en 1969. A Gerard le dio una pulmonía mientras estaba en Cuba y allí murió un 11 de octubre de 2004, con sólo 69 años de edad. Tanto él como su esposa Suzy Castor habían regresado a Haití en 1986, al caer el gobierno de Babe Doc. Por su parte, Suzy Castor además de su Doctorado en Historia había también publicado textos importantes y en 2009 obtuvo el prestigiado Premio de la Casa de las Américas. Suzy vive actualmente en Haití y sigue activa a sus 85 años como militante en pro de los Derechos Humanos y por un cambio social radical en su país. En el caso de Jean Casimir recuerdo que hicimos un viaje a la Sierra de Puebla con Bonfil y otros colegas. Platicamos bastante en ese viaje. Casimir sigue siendo una figura muy importante como historiador de la economía y como sociólogo. Uno de sus libros más importantes se titula The Haitians: A Decolonial History, editado por la Universidad de Carolina del Norte el año pasado. En línea se puede leer una entrevista que sostuvo con el Grupo Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA, el 26 de octubre de 2018 en la población de Hinche, Haití. Años después de la corta historia del Comité de Solidaridad con Haití, ya hacia 1975, conocí en una circunstancia extraordinaria a otro importante economista haitiano, Guy Pierre. Sucedió que una madrugada de domingo en la Ciudad de México, regresaba a mi casa después de la juerga sabatina, manejando mi “vocho”. En una esquina vi a un hombre que me hacía señales y, de manera increíble, me detuve. El hombre muy bien trajeado, a todas luces de origen afro, se acercó y me pidió un aventón. También de manera increíble lo dejé subir al auto. Una vez acomodado se presentó: “soy Guy Pierre y trabajo en la UAM-Iztapalapa”. ¡Que sorpresa¡ Habíamos fundado el Departamento de Antropología en la misma UAM-Iztapalapa y resultaba que Guy Pierre laboraba en el Departamento de Economía, sólo un piso arriba del nuestro. Nos hicimos grandes amigos. En una ocasión, me visitó en Guadalajara, mientras era el representante de su país en la ONU durante una primavera democrática en Haití. Ahora es profesor de Economía en la Universidad de la Ciudad de México.
Recuerdos que al final forman parte del transcurso de las ciencias sociales en México y que muestran cuán importante ha sido la estancia de pensadores latinoamericanos que han enriquecido nuestras percepciones y nos han mantenido atentos a lo que sucede en América Latina y El Caribe.
Ajijic. Ribera pandémica del Lago de Chapala. A 12 de enero de 2021.
A fines de los años setentas, yo era estudiante de Sociología en la Universidad de Guadalajara. Fui afortunado porque formé parte de un grupo de alrededor de veinte estudiantes lo que nos permitía una mayor y más ágil comunicación directa (sin celulares ni redes sociales). Igual mujeres y hombres, casi en su totalidad, teníamos alguna vinculación y/o militancia en alguna organización política independiente como fue mi caso, como en partidos políticos muy diversos.
Distinguidos profesores de diversos países del sur de nuestro continente, particularmente chilenos, nos ilustraban con el pensamiento de América Latina vigente, como la teoría de la dependencia y sus principales exponentes, como también de sus experiencias como militantes en la política de sus respectivos países. Estaba presente el pensamiento crítico de nuestra región, incluido desde luego, la nación haitiana que por aquellos años, como otros países de la región, padecían de horrorosas dictaduras.
Pienso que recordar esos pasajes oxigenan nuestro pensamiento y nos evitan separarnos, al menos moralmente, de los sucesos que fueron definitorios y formativos para en cada uno, así como nuestro perfil de ciudadanos conscientes de nuestro entorno.
Gracias por el texto, querido doctor Andrés Fábregas