Covid-19 y la cuenta sigue
Por Gerardo González Figueroa*
La pandemia de la Covid-19 sigue, aunque parecía que podría disminuir por irla conociendo mejor, el rebrote azota a Europa y en América es incontrolable. El invierno hace estragos, pues además las enfermedades respiratorias, no cesan.
En México hubo entidades que se dieron un ligero respiro, pero los semáforos indistintos (por su color), que fueron hechos para reactivar la economía, provocó que la gente se diera a la fuga de sus casas, en particular las personas más jóvenes, y ahora tenemos las consecuencias: miles de infectados. Para mala fortuna, la apertura del llamado Buen Fin, y las fiestas del largo puente Guadalupe-Reyes, tienen a la mayoría de las entidades del país con las clínicas y hospitales hasta el límite.
En la arena política no se entiende el carácter de la pandemia. Es una infección masiva, de una enfermedad nueva en donde no existe cura, y muchas veces los tratamientos no llegan a ser suficientes ante la magnitud de las secuelas de la enfermedad.
La opinión pública convertida en médico o en epidemióloga, cree que su voz de denuncia ayuda a dar certeza, y así tenemos los cientos de remedios, incluyendo los químicos que no ayudan en realidad. Es importante valorar lo que en serio hacen diversos medios, como, por ejemplo, dando información en diversos idiomas, como lo hace Chiapas Paralelo, o las radios comunitarias, quienes ponen en el centro, las medidas más eficaces para detener la infección y sus terribles secuelas.
El lavado de manos, la sana distancia, el uso de cubrebocas y el poder quedarse en casa. También fortalecer el estado de salud, así como cuidar a los enfermos y personas con edad avanzada. Es cierto que los profesionales de la salud dan una fiera batalla para evitar muertos y secuelas de la Covid-19, pero el primer frente es el que la sociedad debe cooperar y participar en las medidas individuales y colectivas que permitan que la gente no se contagie, pero si así sucede, no se ponga grave.
La disputa política mal informa. Es real, el gobierno de México ha cometido muchos errores, pero también tiene muchos aciertos, no creo que no deba ejercerse la crítica, sobre todo bien fundamentada. El gobierno siempre tendrá la oportunidad de corregir, aunque este gobierno, no se ve que tenga esa intención, pero a veces hay mucha miseria de argumentos de parte de los críticos, que, en lugar de ayudar, confunden a la gente.
Un ejemplo es las pruebas, las cuales son necesarias, pero no determinan la gravedad de la misma pandemia. Las pruebas son un elemento que nos ayuda a saber el comportamiento de la infección, pero no la limita y puede tener el problema de darnos una idea de la infección equivocada. Sin embargo, hoy vemos que los críticos plantean que las pruebas han determinado el desarrollo de la enfermedad.
Al hacer una prueba, que salga negativa, provocamos en las personas que no eviten el contagio, al darles una falsa seguridad. Lo que importan son las medidas, no solo lavarse las manos. Tener una actitud preventiva con el lavado de manos, uso adecuado del cubrebocas, no solo su uso, la sana distancia (dos metros de preferencia); así como el aislamiento, sumado a proteger la salud, mejorando la alimentación, tomando las medicinas que, en su caso, cualquier enfermedad crónica demanda.
La crisis de la Covid-19 que hoy tenemos es porque es sumamente contagiosa, y porque es una enfermedad nueva que no tiene curación, pero algunos de sus síntomas, como el dolor, la fiebre, la tos seca, entre otras, pueden tratarse, pero si realmente queremos no morir o tener secuelas, lo mejor es evitarla, y eso se logra con las medidas preventivas que los medios serios, nos han dado a conocer.
México es un país que enfrenta la pandemia en condiciones críticas. El sistema de salud tiene una crisis grave, pues no hay suficiente clínicas ni hospitales, ni recursos suficientes como instrumentos e incluso medicamentos. Las y los especialistas médicos son escasos en pequeñas ciudades y en el ámbito rural, por ello la estrategia del gobierno de crear clínicas Covid-19, fue acertada, sin embargo, considero que faltó una medida fundamental, que es que las personas se organizaran y participaran de manera responsable en la lucha contra la pandemia, ya fuera por calles, por colonias, para hacer que en cuestiones de comida se distribuyeran de manera organizada, evitando contagios y paliar la crisis económica.
El gobierno debió apoyar con recursos a las personas que más lo necesitaran, si fuera necesario el de contraer deuda, pues ni modo, muchos nos endeudamos para mejorar las condiciones de vida de la familia.
México estaba en una crisis ya de mucho tiempo, ahora es mayor, y es sanitaria, económica y sigue siendo política.
Siempre he pensado que un gobierno es eso gobierno pues no se trata de ser un gobierno de izquierda o de derecha, se trata de que, los gobiernos pongan de manifiesto y de una práctica nueva, el interés nacional sobre el interés del grupo, en este caso del partido Morena. La llamada cuarta transformación solo será posible en la medida en que se escuchen a los diversos actores y se ponga en el centro a la salud pública como eje de la economía, y de la transformación.
México puede enfrentar la crisis sanitaria, su fortaleza está en la sociedad, por diversa que sea. México es más que una persona, o personas enfrentadas. Así de sencillo.
Correo electrónico: ggonzalez@ecosur.mx
*Integrante del Departamento de Salud de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en San Cristóbal de las Casas. Entre sus publicaciones se encuentra «Una mirada desde el sur sobre los determinantes sociales de la salud. El caso Chiapas» (2018) o «La lucha por la agroecología: organizaciones en la Sierra de Chiapas» (2014).
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