Interculturalidad y salud frente a la pandemia*

Andador de Guadalupe. San Cristóbal de Las Casas
Foto: Armando Ruíz Morellón

Por Irazú Gómez [1]

En Chiapas, la propagación del SARS-CoV-2 (Covid-19), ha derivado en imaginarios colectivos preocupantes alrededor de la forma de transmisión del agente infeccioso. La violencia ocurrida en localidades como Las Rosas, San Andrés Larrainzar, y de manera reciente en Aguacatenango, dan cuenta de una población exaltada que rechaza de manera tajante la intervención sanitaria por parte de las instituciones de salud pública.

Los casos citados no son aislados, hace unas semanas el subdirector de programas preventivos de la secretaría de salud en Chiapas, Alam Porfirio Campos Cruz, dio a conocer que habitantes de 26 municipios, de los 124 que componen el estado, se oponen a las jornadas de sanitización y fumigación[2].

En términos generales, la molestia subyace en las ideas que las personas tienen alrededor de la forma en que se propaga del virus. Ente otros clamores, se culpa a las autoridades sanitarias de esparcir la enfermedad de manera deliberada a través de aire, y las enfermeras y los médicos son considerados cómplices de estos actos. Ante estas reacciones, es del común señalar la ignorancia de las comunidades rurales, un juicio que, lejos de clarificar las razones del conflicto, puede abonar al camino de la discriminación y el racismo; sobre todo si consideramos que la mayoría de los municipios en “resistencia sanitaria” están conformados por población de adscripción indígena. Por tal razón, sugiero comenzar a revisar la situación a partir de dos vías.

La primera se vincula al desprestigio de las instituciones gubernamentales. Por décadas, las poblaciones más precarizadas de Chiapas, las indígenas, han sido objeto de corrupción y engaños de la administración pública, caracterizada a su vez por una integración política de las élites locales, bajo dinámicas estatales y relaciones clientelares y corporativistas; sin beneficios perdurables para la mayoría de los habitantes, más allá de pugnas e intereses diferenciados, con incrementos en la tensión social.

En la arena política descrita debe considerarse el despliegue histórico de aculturación del Estado mexicano bajo una dinámica de luchas, resistencias y negociaciones, que junto con el actuar de organismos como el Instituto Nacional Indigenista (INI), dio origen a un “indianismo participativo” que influyó en el surgimiento de organizaciones campesinas y líderes [3].

Si bien en las relaciones de los pueblos originarios con el Estado se identifican momentos de negociación, coerción y violencia, en la percepción de un ciudadano promedio la autoridad genera desconfianza. El recelo encuentra argumentos ante la figura de funcionarios de diferentes niveles poco interesados en la responsabilidad de ofrecer condiciones de seguridad, dignidad y respeto a los habitantes ¿Cómo culpar a la ignorancia frente a la pandemia, un acontecimiento inédito de grandes magnitudes?

En segundo lugar, es importante observar la falta de adherencia de los pueblos originarios a la biomedicina. El avance biomédico de atención a comunidades rurales es también de larga data. Inició en Chiapas durante el cardenismo con directrices de homogeneización y desarrollo, y las estrategias desplegadas, en este sentido, van desde la influencia de los convenios impulsados por la Conferencia Internacional de Atención Primaria en Salud (Alma-Ata 1978), hasta las transformaciones neoliberales del derecho a la salud en objeto mercantil.

En el marco de este proceso histórico de atención a la salud, las instituciones sanitarias han añadido al discurso biomédico conceptos como multiculturalismo e interculturalidad. Sin embargo, en el fondo del problema el reconocimiento de derechos culturales tiene un sentido instrumental estratégico. Se trata de una disposición al reconocimiento cultural, pero sin evaluar a profundidad la pobreza crónica, las relaciones de poder o la injusticia distributiva a la que ha sido expuesta la población indígena[4]. Es una perspectiva intercultural en salud que exalta temas relativos a la cultura idealizada, encubriendo cuestionamientos a las prácticas sociales de precarización.

En lugar de impulsar el tratamiento de cambios estructurales a largo plazo, las políticas de salud implementadas suelen ser paliativas, con acciones de control que intentan validar sin éxito las nociones biomédicas sobre el cuerpo, como materia biológica, el peligro o el riesgo. Este proceso se relaciona a prácticas y visiones sobre la salud diferenciadas en un marco vertical, a partir del sometimiento pasivo y el desconocimiento absoluto de las dinámicas culturales que involucran los procesos en los que se pretende intervenir. Una de las consecuencias en las realidades asimétricas descritas es la falta de adherencia de buena parte de la población a las acciones impuestas por las autoridades sanitarias.

Lo anterior no significa que la actuación de las instituciones de salud pública en el contexto de la ruralidad chiapaneca sea nula ante la pandemia. Existen esfuerzos como la traducción de protocolos de prevención difundidos en distintas lenguas y campañas de promotores de salud que ofrecen información; sin embargo este tipo de medidas resultan insuficientes [5].

En medio de la crisis que nos ocupa, la situación del ámbito rural se agrava debido a que no existen registros fiables de los contagios ocurridos hasta el momento, ni del impacto de la enfermedad, lo cual podría derivar en afectaciones aún más graves de las ya esperadas. A las cuestiones sugeridas deben agregarse otros factores de esclarecimiento regional para entender de manera integral los efectos socioculturales y las subjetividades elaboradas alrededor de la pandemia en Chiapas, entre ellos aspectos como la falta de infraestructura sanitaria, el estigma, la infodemia, la migración, las creencias religiosas, la actuación de las ONG´S, así como de la medicina tradicional, la partería; y el género [6].

Los desafíos son numerosos, y la necesidad de contribuir a la reflexión y las propuestas es urgente.

 

Notas:

* Esta columna es parte de las reflexiones recibidas en el marco de la Convocatoria Miradas y Voces Sobre la Pandemia en el Sur de México y Centroamérica. Para más información, puede verse: https://observatoriodelasdemocracias.com.mx/covid-19

[1] Historiadora y antropóloga feminista. Líneas de investigación: derechos reproductivos, diversidad sexual y género. Colaboradora del Observatorio de las Democracias: sur de México y Centroamérica.

[2] Cabe señalar que este tipo de campañas se llevan a cabo también durante esta época para evitar la propagación de plagas u otro tipo de enfermedades, entre ellas el dengue hemorrágico.

[3] El proceso político referido puede entenderse a partir de Rodríguez Castillo, Luis (2014) Antropología y acción pública. Un estudio sobre políticas públicas y pluralismo cultural en el gobierno local chiapaneco. México: PROIMMSE-IIA-UNAM,

[4] Para el concepto de interculturalidad véase Tubino, Fidel (2004). Del interculturalismo funcional al interculturalismo crítico. Samaniego Mario y Garbarini, C (comps.), Rostros y fronteras de la identidad, Temuco: Universidad Católica de Temuco.

[5] El monitoreo de las dinámicas de la pandemia en el ámbito rural de Chipas puede seguirse a través de los informes ofrecidos por elCentro de Derechos Humanos Fray Bartolomé́ de las Casas, A, C.; y Servicios y Asesoría para la Paz, A. C. (SERAPAZ)

[6] El palabra infodemia hace referencia a una cantidad excesiva de información que dificulta que las personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna.

One Response to “Interculturalidad y salud frente a la pandemia*”

  1. Alavaro L. Castañeda
    12 julio, 2020 at 9:43 #

    Hablemos de cosas serias, los indígenas no se consideran pobres. Nosotros los consideramos así y eso nos da la sensación de tener una autoridad, falsa según ellos, para controlarlos y manejarlos de acuerdo a los intereses de un estado que lo que menos le preocupa es su bienestar. Las naciones originales quedaron abandonadas hace 500 años a su suerte y desde entonces han sobrevivido sin nuestra CIENCIA. ¿Cómo le hicieron? no sabremos la respuesta hasta que nos acerquemos sin prejuicios a ellos para preguntarles. La respuesta que darán nos sorprenderá ……

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