El uso de la cartografía en México en tiempos de Covid-19

magen elaborada por Gabriela Fenner a partir de depositphotos y de “Coronavirus I” de Odra Noel.

Por Gabriela M. Fenner Sánchez[i]

Una pandemia es un fenómeno sanitario eminentemente espacial. La enfermedad es local, la epidemia nacional, y la pandemia, global. El factor espacial es fundamental y definitorio. Es por ello que los mapas han sido elegidos como uno de los medios de representación favoritos para mostrar cómo se ha ido expandiendo la enfermedad de Covid-19 en nuestro el nacional, al igual que se ha hecho en el resto del mundo[ii].

En México, las fuentes gubernamentales presentaron mapas de distribución de las infecciones desde que se conoció el primer caso positivo, el día 28 de febrero. Al principio los mapas eran en tonos rojos y coloreaban las entidades completas en donde se encontraban los casos; aproximadamente un mes después, de pronto el mapa apareció en tonos verdes, aunque en su simbología ya se anunciaba que entre más casos hubiera en cada entidad, comenzarían a verse colores más “cálidos”; es decir más cercanos al rojo, a la gravedad. Es evidente que hubo un reajuste no solamente de colores sino también del mensaje: “Aún no estamos tan mal, pero vamos para allá”. Este cambio de coloración permitió percibir de mejor manera el avance paulatino de la epidemia a nivel nacional, pero seguía generalizando demasiado a nivel estatal. Entonces comenzaron a salir, a partir del 15 de abril, los mapas a nivel municipal, y paralelamente para el mapa nacional se eligió representar ya no el total de las personas infectadas, sino la tasa de incidencia; es decir una proporción de los casos infectados entre el total de la población por 100 (habitantes). Con esta última modificación el mensaje cambió de nuevo un poco, ya no era solamente cuántos casos positivos hay, sino qué tan grave es dicha cifra para cada entidad. Hace algunas semanas se dio de nuevo un viraje, poniendo énfasis no en el total de casos acumulados, sino únicamente en los vigentes. Con él, recuperamos de nuevo los verdes en el mapa nacional. Un nuevo respiro.

Mapa 1. Mapa gubernamental de casos activos de COVID-19 al 4 de mayo de 2020

Para quién tenga curiosidad en explorar dichos mapas más allá de los 30 segundos que nos permiten observarlos las conferencias de prensa diarias, éstos se encuentran disponibles en el sitio de la dirección de epidemiología https://covid19.sinave.gob.mx/. Mientras que los mapas de distribución municipal pueden consultarse en el sitiodesarrollado por el Centro Geo, GeoInt y Conacyt: https://coronavirus.gob.mx/datos/. Igualmente en el estado de Chiapas, también el sitio http://coronavirus.saludchiapas.gob.mx/casos-covid-19 ofrece un mapa que por medio de diferentes tonos de rojo va mostrando por municipios la cantidad de contagios y defunciones presentes en el estado.

Así mismo, mencionar por parte del sector académico, al Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA-UNAM), que junto con otros institutos de la UNAM desarrollaron el sitio web https://covid19.ciga.unam.mx/; mismo que presenta diferentes mapas interactivos en los que se monitorea la dispersión de la enfermedad por estados, las comorbilidades, y se muestran los casos por municipios. Éste último permite visualizar en el mapa casos activos y acumulados, las defunciones, así como las tasas de incidencia, de mortalidad[iii] y de letalidad[iv]. La visualidad por municipios, además de los colores elegidos, nos permite tener una noción más clara de la distribución de esta enfermedad en el país, así como de su posible impacto. Además de estos mapas, el sitio contiene enlaces a otras páginas web que utilizan la representación cartográfica para mostrar el avance de la epidemia en nuestro país, como http://mesura.org/coronavirusmx. A través de todos estos mapas las y los usuarios no solamente nos informamos, sino que se crea cierta ficción de vigilancia, vigilamos qué tan cerca se encuentra la amenaza o qué tan a salvo estamos.

Conforme los datos han estado disponibles, se han publicado también en redes sociales mapas, sobre todo para la zona metropolitana de la ciudad de México, que representan los niveles de contagio por alcaldía e incluso por colonia. Si bien estos esfuerzos buscan mostrar el comportamiento local de la pandemia, así como prevenir a la población para que, si sabe que se encuentra en una colonia de alto contagio, debe cuidarse más, este tipo de detalle en los mapas dejan también la interrogante de si no podrían reforzar los estereotipos frente a ciertas colonias o las manifestaciones de miedo y odio. Este es un claro ejemplo de cómo los mapas pueden ser un arma de doble filo. Lo mismo sucede con las aplicaciones para celulares que sirven para monitorear síntomas, casos positivos y movilidad, como https://covid-me-reporto.mx/ que, si bien en México no han tenido gran respuesta, en otros países han sido impuestas o bien adoptadas voluntariamente por las poblaciones para sentirse más seguras. ¿Pero qué pasará cuando termine la emergencia con todo este control legitimado sobre la población vía geolocalización?

Además del uso que los gobiernos federal y estatales han hecho de la cartografía en nuestro país, y del toque científico que los institutos de investigación le otorgan,  me parece importante también señalar trabajos como los del grupo Geoviral[v] que está generando cartografía que no refleja únicamente el conteo de casos, sino que muestra otros elementos en cuanto a las condiciones y contextos en los cuales se está viviendo la epidemia en México, tales como los ataques al personal de salud en diferentes ciudades, la disponibilidad de hospitales, camas y personal médico en los diferentes estados, así como la relación con otras enfermedades o características de la población, entre otros datos. Esta información ayuda a comprender de mejor manera la epidemia como un fenómeno que no es solamente sanitario, sino social, económico y encarnado.

Mapa 2. Monitoreo de contagio en población hablante de lengua indígena, realizado por Geoviral

Fuente: https://www.facebook.com/GeoVirall/

 

Y en este mismo sentido, al ver la epidemia en su complejidad social y humana, la cartografía también está siendo utilizada para generar redes de solidaridad, para allegar apoyo a quien lo necesita, así como para intentar sobreponerse al aislamiento social de una manera segura; este es el caso del mapa creado por el grupo “Jóvenes ante la Emergencia Nacional”: http://jovenesemergencia.org/mapas/red-solidaria-contingencia/ en donde pueden localizarse, a nivel nacional: comedores comunitarios, puntos de distribución de comercio justo, cooperativas, negocios locales, así como la venta de productos agroecológicos.

Pero la cartografía no sirve únicamente para mostrar lo que ya hay, sino también para ayudar en la toma de decisiones; un ejemplo claro de ello es el índice de vulnerabilidad municipal ante Covid-19 desarrollado por la UNAM https://www.gits.igg.unam.mx/iCOVID-19/home para el que se tomaron en cuenta características de la población, socioeconómicas y de salud, que conducen a mayor probabilidad de daño por esta enfermedad.

El índice toma en cuenta que si bien la enfermedad es la misma, su afectación no será igual en todos los lugares. Así, se establecieron 4 grados de vulnerabilidad: medio, alto, muy alto y crítico.  A través de un mapa interactivo, se puede consultar tanto el grado de vulnerabilidad por municipio, como explorar los diferentes factores que en ello influyen. Este mapa, finalmente no solamente puede auxiliar en la toma de medidas de prevención, sino que al mismo tiempo está develando las grandes desigualdades estructurales que prevalecen en el país y que se reflejan, por ejemplo, en la discriminación sanitaria de la que ha sido objeto, sistemáticamente, la población indígena. [vi]

Mapa 3. Mapa interactivo para visualizar índice de vulnerabilidad por Covid-19

Fuente: Visualizados geográfico https://www.gits.igg.unam.mx/iCOVID-19/home

Todas estas aplicaciones de la cartografía en el contexto de la epidemia y pandemia nos demuestran una vez más la utilidad de los mapas como instrumento de comunicación, así como el potencial de la cartografía digital colaborativa para impulsar redes de acción y toma de consciencia ante los hechos que estamos viviendo.  Además, la variedad de mapas, de usos y de actores que los crean e impulsan nos recuerda la importancia de tener presente que cada mapa guarda siempre una intención y un objetivo, su mensaje completo dependerá de la agudeza de nuestro análisis al revisarlos, así como de la información adicional que poseamos sobre los territorios.

[i] Laboratorio de cartografía y elaboración de mapas del (LACEM) del CESMECA; Colectivo Geobrujas y Grupo de Investigación ESTEPA. Colaboración preparada para el Observatorio de las democracias: sur de México y Centroamérica.

[ii] Para un análisis sobre del uso de los mapas a nivel mundial, se puede consultar el artículo “Cartografías en tiempos de COVID-19” de la misma autora, en el sitio web del Observatorio de las democracias: sur de México y Centroamérica: https://observatoriodelasdemocracias.com.mx/

[iii] Proporción de muertes por Covid-19 en relación con la población total del territorio en cuestión.

[iv] Proporción de muertes por Covid-19 en relación con el total de la población enferma con Covid-19.

[v] https://www.facebook.com/GeoVirall/

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