Dos golpes de estado y un exilio
Luego de catorce años de encabezar un gobierno exitoso; Evo Morales renunció a ser conocido como un estadista de talla internacional a cambio de buscar otros años más de gobierno.
Encabezando un movimiento social que reivindicaba la identidad originaria de su país; Evo mismo es producto de la Bolivia profunda. Ese movimiento social que lo llevó al poder; lo sostuvo durante el periodo de la historia reciente que permitió a los países productores de materias primas una entrada inusual de recursos financieros impulsada por el crecimiento de la clase media china.
Lo sostuvo también tantos años en el poder, una política social que distribuyó la riqueza boliviana de manera más justa y que por ello fue una política muy exitosa.
Pero de pronto el contexto internacional sufre una transformación. China cambió el motor económico nacional priorizando ahora el desarrollo tecnológico. En 1998 en Estados Unidos la “Mitchell Energy & Development Corp” obtenía los beneficios de la fracturación hidráulica petrolera “el fracking” que algunos años después posibilitara que Norteamérica dejara atrás la dependencia del petróleo extranjero.
En ese contexto, el esplendor financiero que llevó a la izquierda política al poder en Latinoamérica se desplomó; pero había que sostener el éxito de los programas sociales. Evo Morales lo logró porque el poder adquisitivo del boliviano creció a niveles extraordinarios; cosa que no ocurrió en ningún otro país latinoamericano.
En la Bolivia gobernada por Evo Morales hubo éxito económico; pero este éxito había que sostenerlo en un contexto internacional que ya era adverso. Es decir, se trataba de que las políticas públicas exitosas de su gobierno, perduraran en el tiempo a pesar de las externalidades; o lo que es lo mismo, del contexto internacional.
Ante las externalidades adversas, lo mejor para el legado de Evo Morales hubiera sido dar un paso al costado para que su herencia política fuera recordada como exitosa y no cuestionada como lo es ahora.
El péndulo de la historia nos vuelve a poner a los latinoamericanos en un escenario político como el de los años 70 y 80 del siglo pasado. La violencia política y los golpes de estado regresan. Las élites y la confrontación ideológica regresan al centro del debate.
Con un entorno económico internacional adverso, con una necesidad de sostener el poder adquisitivo de una clase media creciente; Evo debió pensar en apuntalar el proyecto político que creó por sobre su proyecto personal.
¿Evo no encontró a nadie dentro de su movimiento político que garantizara la continuidad de su proyecto nacional?
¿No se preocupó por formar cuadros políticos nuevos?
El saldo de esa falta de formación o de ausencia de nuevos cuadros políticos y la presentación de Evo a las elecciones; son un ejercicio electoral cuestionado y una insurrección popular que desafió el poder político de Evo Morales.
Básicamente lo que sucedió fue que los bolivianos fueron a las elecciones; Evo Morales se presenta a ellas para reelegirse y estas elecciones fueron altamente competitivas y según se reportó; llenas de irregularidades. Fue entonces que Evo se declaró ganador y muchos ciudadanos salieron a las calles a protestar.
Ante las protestas, Evo anunció que renovaría al órgano electoral nacional y que habría nuevas elecciones; pero entonces el ejército nacional le pide que renuncie. No pasó mucho tiempo para que Evo presentara su renuncia al cargo.
Lo que pasó después ya está documentado de sobra; Evo al renunciar dio comienzo a una historia azarosa que lo trajo hasta México.
Lo que queda en Bolivia es el orden constitucional roto. Lo rompe Evo al intentar reelegirse y lo rompieron los militares al invitar a Evo a renunciar.
¿Tuvieron razón las dos partes cuando dicen que al tomar la decisión, unos de pedirle la renuncia al presidente y el otro al renunciar y exiliarse; evitaron un derramamiento de sangre?
Probablemente sí. El asunto es ¿Quién rompió primero el orden constitucional boliviano?
Lo que Evo no podrá quitar de su biografía política -como tampoco sus críticos podrán cuestionarle el éxito social de su gobierno- es que su intento de reelección y la posterior torcedura de las leyes bolivianas generaron la crisis política actual.
Ante el inevitable caos de una especie de dos golpes de estado consecutivos, -el de Evo al torcer las leyes y el de los militares al obligarlo a renunciar- el exilio le permite a Evo Morales la reflexión personal y la probable recomposición de su proyecto político futuro.
Como una especie de tragedia de Sísifo; los países con instituciones democráticas débiles ven a sus “hombres fuertes” como los encargados del desarrollo y del progreso; pero al mismo, como los causantes de su atraso político y el obstáculo principal para el desarrollo democrático; es decir, para fundar instituciones fuertes que sean las garantes de la democracia.
Evo se inserta en esa tradición latinoamericana de encarnar el estado-nación en una persona y no en las instituciones.
Por otra parte, conviene detenerse un poco en lo que el exilio de Evo en México ha provocado; mucha intolerancia innecesaria y estéril. Esto porque nuestro país hizo muchos años después, efectiva su tradición diplomática de asilo. Invitarlo a México, fue una buena decisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. México recupera así un poco de su influencia regional perdida durante los últimos 25 años en los que sus objetivos políticos y económicos hacia el norte del continente.
La tradición de asilo contrasta con su históricamente rígida política migratoria. Tal vez eso sea parte de la polémica del exilio mexicano de Evo Morales.
Triste será el destino de las sociedades latinoamericanas mientras no logren gozar de instituciones democráticas sólidas. Quienes tienen el poder así sean del espectro político que sean, intentarán torcer la ley en su beneficio atropellando las leyes electorales, mientras que los que tienen el monopolio de la fuerza pública lo utilizarán para frenar los proyectos políticos que no les gustan.
Bolivia experimentó dos golpes de estado “técnicos” y eso llevó al exilio a Evo. Ojalá y sean capaces de detener la crisis política lo más pronto posible. Es lo deseable y también lo ideal.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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