Lejos de rapiña y sindicatos… ¡UNIVERSIDAD!
[Segunda y última parte]. Hoy se sabe entonces, que los malos funcionarios de la Universidad y los sindicatos, entre ellos el SPAUNACH, Sindicato del Personal Académico, ambos contribuyeron al magno desbarajuste financiero universitario. Los sindicatos invadieron la esfera de la autonomía universitaria —ámbito de sus facultadades legales y administrativas—, mientras la Universidad se solazó en la pérdida de una parte substancial de su régimen interno, de su rectoría institucional.
Reemplazo de plazas, nuevas contrataciones, recategorizaciones, banco de horas-asignaturas, exención de pagos y hasta “apoyos para prótesis” (de risa o inconcebibles), pasaron a manos de los sindicatos, vía sus contratos colectivos de trabajo anuales. E incluso se llegó al colmo de pedir su aval para conceder años sabáticos a profesores-investigadoresHoy se sabe entonces, que los malos funcionarios de la Universidad y los sindicatos, entre ellos el SPAUNACH, Sindicato del Personal Académico, ambos contribuyeron al magno desbarajuste financiero universitario. Los sindicatos invadieron la esfera de la autonomía universitaria —ámbito de sus facultadades legales y administrativas—, mientras la Universidad se solazó en la pérdida de una parte substancial de su régimen interno, de su rectoría institucional.
Líderes porriles entre estudiantes, desafortunadamente, fueron becados o “contratados” por la institución a cambio de docilidad y control. Prebendas, comisiones y aportaciones económicas fueron concedidas a los sindicatos a cambio de no hacer olas y… se llegó incluso a impedir la libre incorporación de nuevos miembros al SPAUNACH, entre profesores contratados provisional, temporal o irregularmente, a sugerencia del patrón.
Y sin embargo, desde la academia, toda esta situación —por extrema y grave que parezca— consideramos susceptible de transformarse. Y más hoy, cuando el contexto político estatal y nacional ha cambiado. Cuando el ámbito de los tres niveles del gobierno nacional obra a favor de la Universidad.
Esto es, que la coyuntura política es favorable para transformar a la Universidad y reorientar su desempeño. Ello debido a que desde el gobierno de la federación se invoca al decoro y a la austeridad, a la transparencia y a la rendición de cuentas, a la eliminación de los cacicazgos políticos y a la democracia sindical. Mientras el gobierno estatal busca aliados sólidos para garantizar gobernabilidad y educación superior suficiente y eficaz en las diversas regiones de Chiapas.
Hacia el interior, los universitarios, los profesores y en general los verdaderos académicos, mantenemos la expectativa de aplicar auténticos cambios a la institución, ante el ánimo expresado por el rector Natarén Nandayapa. Creemos que es posible obtener del gobierno federal el rescate financiero de la Universidad, sanear sus finanzas y limpiar la cloaca de la administración del personal… de la mano de los interventores de Hacienda, SEP y ANUIES, al tiempo que observamos francamente indefendibles, los vicios de origen de la actual dirigencia sindical y sus posturas estridentes, privativas, patrimonialistas, clientelares y etcéteras.
Cinco principios ha difundido el rector, nodales para la transformación de la Universidad: 1. Revisión integral de su funcionamiento, 2. Plan y medidas de austeridad, 3. Optimización de recursos, 4. Transparencia organizacional y financiera y 5. “Rendición detallada de cuentas”. ¡Tomémosle la palabra! Claro, desde la base de los valores éticos, educativos y académicos, y desde nuestra participación en las negociaciones —eliminación de detritus, composición, ajustes y acuerdos— con las oficinas federales aludidas.
No desde la Universidad clientelar, dispuesta al pillaje y a la rapiña en la que la convirtieron las administraciones referidas, sino desde la Universidad nuestra, responsable, íntegra, meritocrática y sensible a las circunstancias sociales.
No desde la corrupción y la discrecionalidad en la asignación de plazas, promociones y estímulos, sino desde el estricto cumplimiento del orden jurídico-constitucional, la Ley Orgánica y el Estatuto General de la Universidad, en donde… asunto aparte es la apremiante necesidad de transformar constructivamente su entramado jurídico, para fortalecer su transparencia, autogestión y autonomía.
De modo que ahora es la oportunidad del gobierno de Escandón Cadenas, de la sociedad en general, de la comunidad universitaria en su conjunto, y del rector Carlos Natarén. Para llevar adelante la transformación social y académica de la Universidad. Para convertirla en auténtica voz constructiva, sapiencial, ética e incluso crítica del Estado. Crítica de sus políticas y de las directrices gubernamentales. Y, aunque formamos parte de los sindicatos, todos, en atención a nuestro compromiso con la formación integral de los universitarios, futuros profesionistas, debemos decir con la frente en alto: ¡No al sindicalismo vil, clientelar, de herencia, conveniencia y coacción!
Urge eso sí, desde nuestros sindicatos, demandar a la Universidad, en un acto de auténtico compromiso con ella. Requerir la eliminación de servicios secundarios, no substanciales ni sustantivos, de acuerdo con la ley. Que proceda ya a las jubilaciones en suspenso. Atajar la proliferación de “centros académicos” insostenibles. Cerrar las carreras que han mermado su demanda e indemnizar a su personal (pues ello es más costeable que lo contrario).
Descartar coches, camionetas y autobuses. Eliminar la herencia y venta simulada de plazas administrativas y de intendencia. Cancelar sueldos irregulares, sobresueldos y nóminas confidenciales. Despedir ipso facto a aviadores, dobles plazas y a quienes ostentan puestos en instituciones oficiales. Revisar a detalle las familias de beneficiarios de la nómina universitaria y… por sobre todas las cosas —insistimos—, dos cuestiones que en verdad afectan nuestro patrimonio personal: 1. Emplazar a la Universidad ante el fraude en los enteros de nuestras aportaciones a FOVISSSTE y AFOREs, y 2. Demandarla por el atraso permanente en los enteros de nuestro “ahorro solidario”.
cruzcoutino@gmail.com agradece retroalimentación.
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