Disputa por consejeros de Morena en Chiapas
Chiapas ha sido noticia nacional en los últimos días por los enfrentamientos internos que se registran en Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, a raíz de la elección de consejeros distritales y la incorporación a sus filas de 21 alcaldes, en su mayoría surgidos del Partido Verde Ecologista de México.
En el nivel nacional, hay varias fuerzas enfrentadas. La de Yeidckol Polevnski, que busca su reelección, y las de Bertha Luján, Mario Delgado y Alejandro Rojas Díaz Durán, que intentan destronarla. De acuerdo con este último, las asambleas distritales han sido un fracaso, “porque solo acudieron 80 mil morenistas en 16 entidades del país, cuando somos millones”.
En Chiapas, la participación también ha sido minoritaria y salpicada de descalificaciones. Los diferentes contendientes a consejeros distritales se acusan de haber utilizado programas sociales para ganar la postulación.
Estos zipizapes eran previsibles dado que Morena no cuenta con un padrón confiable, y esa situación se agravó con las viejas prácticas, antes atribuibles al PRI, como acarreos, compra e inducción al voto.
En Palenque, Huehuetán, Tonalá y Pichucalco no se realizaron las asambleas, y en Tapachula se enfrentaron opositores con seguidores del presidente municipal, Óscar Gurría, quien se afana por colocar a su esposa como consejera.
Estas asambleas han dejado un olor nauseabundo en Morena, un partido que se está consolidando con los peores vicios del PRI, incluso ha creado nuevas patentes de control. Por ejemplo, a los presidentes municipales se les exigió entre 50 mil y 200 mil pesos, dependiendo del presupuesto del ayuntamiento para realizar las asambleas distritales.
Los alcaldes que se atrevieron a protestar se les amenazó con auditorías a su gestión. Así que ninguno se negó a contribuir con su cuota en efectivo para la realización de las asambleas.
No se atrevieron, sin embargo, ha hacer una declaración pública, y solo entre ellos comentan molestos el chantaje del que fueron víctimas; otros más consideran que el dinero entregado, aparte de lo que deban erogar en el futuro, es un acto disfrazado de compra de impunidad.
Según cálculos de los propios presidentes municipales se reunieron 13 millones de pesos, lo que permitió presupuestar un millón a cada distrito para la organización de la asamblea, desplazamiento, compra e inducción al voto. Hay otros que especulan que en cada asamblea no se gastó más de 500 mil pesos, es decir unos seis millones y medio de pesos; la cantidad restante, dicen, ha de haber ido a parar a algún mano larga del partido o del gobierno.
El Movimiento de Regeneración Nacional ha tropezado, en esta prueba, con la desorganización y, lo que es peor, con la corrupción, algo que debería quedar desterrado de sus estructuras. Pero no es así, hay enfrentamientos, vapuleos, desvío de dinero, compra de voto, descalificación y menosprecio a los militantes.
Los bandos enfrentados por el control de Morena en Chiapas están, por un lado, el “superdelegado” José Antonio Aguilar Castillejos, quien apoya a Bertha Luján y es investigado por presuntos malos manejos por la Secretaría de la Función Pública, y por el otro, el secretario de gobierno, Ismael Brito Mazariegos, que presumiblemente se inclinaría por Mario Delgado, aunque no rehusaría a apoyar a quien palomee el grupo cercano al presidente de la República.
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