Cercos y caracoles: desafíos de la geopolítica zapatista
Por Pablo Uc[i]
“La historia no está inevitablemente de nuestro lado. Cada uno de nosotros puede incidir en el futuro, pero no sabemos y no podemos saber de qué modo los otros habrán de afectar de hecho ese mismo futuro…”
Immanuel Wallerstein. A su memoria.
Chiapas y su geografía de poder en disputa
Es cierto que de las metáforas al ejercicio efectivo de poder territorial, existe una importante brecha. No obstante, las primeras son portadoras de un poder latente que con el tiempo –y las astucias de la paciencia histórica- llegan a tejer horizontes tan determinantes como los del ‘poder real’: inmediatez voraz del presente. En todo caso, el anuncio del EZLN en su comunicado del pasado 17 de agosto, sacudió de nuevo el tablero geopolítico de Chiapas. La metáfora: rompimos el cerco. La estrategia territorial: once nuevos centros de resistencia autónoma y rebeldía zapatista (CRAREZ) que, más los cinco caracoles fundados en 2003, suman 16; y que agregando los 27 Municipios Autónomos Rebeldes ya existentes, suman en total 43 territorios que adhieren a la estrategia de ampliación territorial zapatista en Chiapas.
Los símbolos interpelan no sólo la geografía local, strictu sensu, y a los siete municipios oficiales en los que se disputan territorios y ejercicio de (auto)gobierno: San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Motozintla, Chicomuselo, Amatenango del Valle, Tila y Chilón. Además interpela símbolos de alianzas geopolíticas indígenas históricas: Chiapas-Guerrero-Michoacán-Morelos-, y de una potente memoria de resistencia popular –Ayotzinapa-. Lo cual expresa un virtual robustecimiento político del epicentro de resistencia y autonomía indígena anti-estatal en México y la región mesoamericana, enclave de la “estrategia caracol” que articulan los territorios que conforman el Consejo Nacional Indígena (sus 29 espejos de resistencia contra el despojo), y el todavía, incipiente Concejo Indígena de Gobierno, que no termina por ser la punta de lanza autónoma de un proyecto nacional alternativo –a sabiendas de que la nación no es la escala ni el proyecto que constriñe la “utopía intergaláctica neozapatista”-, pero sí la instancia de interlocución del persistentecaminar preguntando.
La estrategia geopolítica zapatista
Las implicaciones y alcance real de la iniciativa merecen una revisión minuciosa. No sólo se trata de elaborar balances sobre la capacidad real de sostener una ampliación de la geografía paralela zapatista en un estado de violencia estructural y fragmentación social comunitaria; de profunda marginalidad y arraigada cultura partidaria y clientelista –paralela y profunda como la cultura política rebelde. También conlleva a reconocer la fragilidad de los tejidos sociales en territorios que han enfrentado una partición ideológica frente al posicionamiento partidista/anti-partidista en los últimos 25 años. Y que son atravesados hoy por nuevas y aun poco exploradas -¿declaradas?- dinámicas del narcotráfico; una creciente complejidad multireligiosa y no siempre ecuménica; un sistemático proceso de desplazamiento forzado y la conversión grotesca del territorio chiapaneco en el ‘tapón de la frontera sur’ del estado mexicano ante la intensificación de la diáspora centroamericana, caribeña y africana. Hablamos, no sólo de una entidad territorial de gran riqueza cultural biocultural en el que se mide, en cierto grado, el nuevo gobierno federal y su tartamudeanteretórica republicana. Hablamos de un territorio que ha obsesionado al flamante presidente para ser su base de despliegue para una política exterior atrapada entre la subordinación al imperio estadounidense, un fenómeno de diáspora sin precedentes y su anhelo por reconstituir hegemonía en Centroamérica. Es también un punto nodal de su esquema de política social, y de uno de sus proyectos de desarrollo-extractivos más emblemáticos y obsesivos: la punta sur del Tren Maya –entre otros tantos más en materia de despojo territorial y de medios de vida para los pueblos.
Sin siquiera intentar solventar alguna hipótesis es posible, sin embargo, enlistar los territorios que amplían la geografía rebelde, más allá de las alegorías que renombran estos territorios:
Siete caracoles:
- CaracolColectivo el corazón de semillas rebeldes, memoria del Compañero Galeano– La Unión, a un lado del ejido San Quintín, donde está un cuartel del ejército mexicano; Municipio de Ocosingo.
- CaracolEspiral digno tejiendo los colores de la humanidad en memoria de l@s caídos,en Tulan Ka’u, tierra recuperada; Municipio de Amatenango del Valle.
- Caracol Floreciendo la semilla rebelde, en el Poblado Patria Nueva, tierra recuperada; Municipio oficial de Ocosingo.
- CaracolEn Honor a la memoria del Compañero Manuel, en el Poblado Nuevo Jerusalén. Tierra recuperada; Municipio de Ocosingo.
- CaracolResistencia y Rebeldía un Nuevo Horizonte, en: Dolores Hidalgo, tierra recuperada; Municipio de Ocosingo.
- CaracolRaíz de las Resistencias y Rebeldías por la humanidad, en el ejido Jolj’a; Municipio de Tila.
- Caracol Jacinto Canek, en la Comunidad delCIDECI-Unitierra; Municipio de San Cristóbal de las Casas.
Municipios autónomos:
- Municipio Autónomo Esperanza de la Humanidaden: el ejido Santa María; Municipio de Chicomuselo.
- Municipio autónomoErnesto Che Guevaraen El Belén. Municipio de Motozintla.
- Municipio autónomoSembrando conciencia para cosechar revoluciones por la vida,en: Tulan Ka’u; Municipio de AmatenangodelValle.
- Municipio Autónomo21 de Diciembre, en RancheríaK’anal Hulub; Municipio de Chilón.
¿Cuál es la base real de población –bases de apoyo- que sustentará la organización autónoma de dichos territorios? ¿Qué implicaciones tendrá esta geografía paralela a la municipalización vigente y el posible reconocimiento de la figura de municipio indígena y la autonomía regional que le han demandado al INPI? ¿Cómo situar estos epicentros de organización zapatista en el contexto de conflictividad ideológica, partidaria, religiosa; tránsito migratorio, desplazamientos, proyectos extractivos y de disputa por plazas del narcotráfico?
Estrategias del gobierno federal para la apropiación de la legitimidad indígena
El desdoblamiento zapatistada continuidad al proyecto de largo aliento por la ampliación de la autonomía rebelde -anti-estatal y anticapitalista que aspira, quizá, a un confederalismo democrático postnacional[ii]. Pero, sin duda, reacciona con “emergencia” ante la estrategia del ‘gobierno obradorista’, que actúa en al menos tres frentes que implican una tensión frontal en la disputa por la legitimidad y el derecho de acción de los pueblos y movimientos que han condicionado, o anunciado su fractura con el proyecto de la 4t.
El primer frente de acción lo realiza a través del instituto nacional de pueblos indígenas (INPI), que disputa la apropiación total de los espacios de legitimidad para discernir y establecer cuál es “la agenda indígena en México”; lo que reduce los márgenes ‘formales’ del zapatismo para sostener sus argumentos de disidencia frente los marcos constitucionales del estado mexicano. El pasado 3 de junio el INPI y la Secretaría de Gobierno, convocaron a un proceso de consulta para una reforma constitucional sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicano, el cual se realizó del 21 de junio al 28 de julio[iii]. En dicha convocatoria se apela a la necesidad de una reforma que dé cuenta de “todos los derechos fundamentales de los pueblos indígenas plasmados en los Acuerdos de San AndrésLarráinzarque se reconocieron parcialmente y otros que se excluyeron” en la reforma constitucional del año 2001. Cabe señalar que de las 54 regiones definidas en la convocatoria para la realización de la consulta a través de foros regionales, cinco correspondieron al estado de Chiapas: Los Altos; Norte; Selva Lacandona; Cañadas; Frontera Sur, las cuales fueron programadas en dos días: 20 y 21 de julio del año en curso.
Más allá de las notas de prensa oficial del propio INPI y de algunos medios comerciales, la consulta fue poco difundida, los detalles sobre la concurrencia de los/as participantes poco clara y la convocatoria para que diversos sectores y organizaciones de pueblos indígenas, de la sociedad civil e instituciones académicas participaran tuvo un impacto muy limitado. Los representantes de Oxchuc, modelo apropiado por el gobierno federal como “arquetipo” de la libre determinación indígena, fueron la imagen central de mediación en las notas de prensa. Mientras que la reivindicación del reconocimiento de la figura de municipio indígena en el artículo 115; el reconocimiento de la autonomía regional como otro orden de gobiernoy de las instancias jurisdiccionales indígenas, fueron los titulares de la comunicación oficial de la prensa del INPI[iv].
El otro brazo de la estrategia poco publicitada por los medios oficiales y el propio discurso presidencial, puede ser advertido como una amenaza real para el proceso de autonomía territorial zapatista y de otras manifestaciones de autonomía en Chiapas. Consiste en la reactivación de la comisión bicameral de concordia y pacificación del congreso de la unión (COCOPA), responsable de encauzar la creación de la comisión nacional de intermediación en 1994, y fungir como una instancia de mediación para el diálogo, la negociación y la suscripción de los Acuerdos de San Andrés Larrainzar, firmados por el EZLN y el Gobierno Federal el 16 de febrero de 1996. Sorprende encontrar en un documento oficial que los legisladores que integran actualmente dicha comisión[v], asumen como misiónel “de coadyuvar entre las partes negociadoras para propiciar las condiciones de una paz duradera que permitan firmar un acuerdo definitivo que dé por concluido el conflicto armado iniciado el 1o. de enero de 1994 en el estado de Chiapas”[vi]. E incluso un cronograma organizado en tres ejes en el que establecen fechas específicas para la operación de la COCOPA en tiempos de “cuarta transformación”. Incluyendo un encuentro con el EZLN (Sic).
¿Qué implicaciones tiene una estrategia que pretende “finiquitar” el conflicto en Chiapas por la mera disposición de una figura legislativa del gobierno federal? ¿Qué facultades posee para disponer de forma extraordinaria sobre la disolución de un conflicto que no posee un diagnóstico que le permita considerar la existencia de condiciones para su solución y que no cuenta con la anuencia de la contraparte central del conflicto: el EZLN?
El tercer frente de este repertorio, lo representan símbolos de apropiación y disputa sobre el imaginario de Emiliano Zapata, ícono de la movilización popular campesina durante la revolución y en las actuales luchas de defensa del territorio. Cabe recordar que ningún otro gobierno federal se había hecho de la imagen del “caudillo del sur” para establecerlo como eslogan de sus membretes oficiales. Los zapatistas han acusado al gobierno federal de querer“secuestrar la imagen de Emiliano Zapata Salazar para que, con su muerte, muera también la defensa de la tierra, que es como nosotros, los pueblos originarios, llamamos a la vida”[vii]. Por su parte, el gobierno federal ha defendido ser el gobierno más preocupado por las clases populares y los pueblos indígenas, declarando que los nuevos territorios zapatistas eran bienvenidos, porque “significa trabajar por los pueblos, pero sin violencia”.
Ante un escenario de alta densidad política no hay espacios sensatos para exacerbar la violencia como vía, de allí la importancia de reconocer los desafíos de los movimientos autonómicos en clave no estatal que abanderan su derecho a la defensa comunitaria de la vida. Un escenario de debate crítico deberá de considerar la estrategia legal-constitucional; territorial -de facto y formal a través del ejército y la Guardia Nacional- y simbólica. De allí que las metáforas estén cargadas de respuestas y sentidos. Cercos que se trazan, cercos que se rompen. Los horizontes futuros, espacios de utopías, son también territorios que se defienden y se disputan.
[i]Miembro del Observatorio de las democracias: Sur de México y Centroamérica (ODEMCA-CESMECA). Correo: pablo.uc@gmail.com
[ii]Según el comité clandestino revolucionario indígena del ezln, con este anuncio concluyó la campaña “Samir Flores Vive”, una estrategia de ampliación territorial iniciada en octubre de 2016 en que se decidió pasar de “la ofensiva en la defensa del territorio y la madre naturaleza”. Samir Flores Soberanes, asesinado en el mes de febrero de 2019, era el un líder opositor a la termoeléctrica de la Huexca, (Cuautla, Morelos), pieza clave del Proyecto Integral Morelos, defendido como un proyecto estratégico del actual gobierno federal.
[iii]Convocatoria. Consulta libre, previa e informada para la reforma constitucional y legal sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicano. Disponible en el sitio web: http://www.inpi.gob.mx/gobmx-2019/convocatorias/inpi-convocatoria-consulta-reforma-constitucional-derechos-pueblos-indigenas.pdf
[iv]Pueblos indígenas de tres municipios chiapanecos realizan foros de consulta rumbo a la reforma constitucional. Disponible en el sitio web:https://www.gob.mx/inpi/prensa/pueblos-indigenas-de-tres-municipios-chiapanecos-realizan-foros-de-consulta-rumbo-a-la-reforma-constitucional-209720?idiom=es
[v]Véanse los miembros de la Comisión Bicamaral de Concordia y Pacificación del Congreso de la Uniónen el sitio web: disponible en http://www.senado.gob.mx/64/comisiones/bicamarales
[vi]Comisión Bicameral de Concordia y Pacificación COCOPA. Programa Anual de Trabajo (febrero 2019-enero 2020). Disponible en el sitio web: http://infosen.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/64/1/2019-05-29-1/assets/documentos/Programa_Anual_COCOPA.pdf
[vii]Mensaje del Ejército Zapatista de Liberación Nacional a los pueblos de Morelos en los 100 años del asesinato del General Emiliano Zapata (10 de abril, 2019), disponible en el sitio web: https://www.congresonacionalindigena.org/2019/04/10/mensaje-del-ejercito-zapatista-de-liberacion-nacional-a-los-pueblos-de-morelos-en-los-100-anos-del-asesinato-del-general-emiliano-zapata/
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