Zompopo, chicatana, cizín y nucú
Para mis amigos Abel, Mario, Marco y Tony.
[5ta. de siete partes]. De ahí la importancia mítica de nuestras chicatanas, cizines y nucucitos, pues ellos, de acuerdo con los mitos mayas más antiguos, son quienes finalmente descubren el alimento que las divinidades han asignado al ser humano: los granos blancos, amarillos, morados y negros del maíz. Mismos que las arrieras encuentran en un hueco de la tierra, a través de la hendedura de alguna roca. Olisquean e identifican los granos, y los acarrean hacia afuera.
Robar el maíz a las hormigas, cultivarlo y reproducirlo, es tarea posterior de los hombres, quienes inauguran con él su inmejorable y definitiva alimentación, tal como se narra en este fragmento de la leyenda tojolabal El Nuevo Mundo:
“De nuevo fueron formadas las cosas, esta vez sin corazón, y en seguida decidió Dios crear un nuevo hombre. Le dio a probar todas las frutas y le agradaron. Pero éstas pronto se volvían líquido, no podían sustentarle. Pensó Dios darle entonces a probar el maíz y el maíz agradó al corazón del hombre, ‘entró a formar su carne’. Por eso el maíz es nuestro alimento, porque de maíz es la carne del hombre.
No obstante, el alimento formador no se encontraba, parecía haberse agotado. El hombre pensaba buscándolo. Un día vio a una hormiga arriera que transportaba algunos granos, y vio caérsele uno. El hombre observó que germinaba el maíz. Preguntó a la hormiga de dónde los obtenía, pero la egoísta no quiso confesarlo. El hombre le amarró entonces la cintura con un pelo de cola de burro y comenzó a apretarlo hasta que no pudiendo resistir más, el animalito confesó que los sacaba por la hendidura de un peñasco. Es por eso que la hormiga tiene la cintura tan delgada.
El hombre trató de sacar el maíz del lugar indicado, pero el acceso era demasiado estrecho, no le permitía pasar. Llamó en su ayuda al chojaté, pájaro carpintero quien intentó taladrar…”
Así que las arrieras forrajeras penetran la tierra, viven en la obscuridad de sus escondrijos, conviven con los seres del inframundo y no brotan a la faz de la tierra sino con la obscuridad y la penumbra. Deriva aquí su relación mítica con los sesos de los muertos y con la pudrición de los cadáveres. E igual, algunos pueblos los consideran mensajeros de la muerte, aunque con mayor precisión: de las almas de los difuntos. Rol similar asignado a las papalotas: las mariposas negras, aludas, grandes.
De su parte hay relatos relacionados con El Sombrerón, personaje mítico de nuestros pueblos (Chiapas y Centroamérica), en su avatar como dueño de montes, cerros y animales; historias en donde se describe “la vida” en el inframundo, sitio en el que los difuntos son alimentados con caldos y sopas de moscas e insectos, incluidas las chicatanas y zompopos.
Y hay, asimismo, creencias vinculadas a las arrieras: que algunas víboras viven con ellas al interior de sus galerías, y que les ayudan, formando puentes, cuando deben atravesar charcos y lagunas. Mito que recuerda lo asentado por Sahagún, en cuanto a que “hay una culebra que se llama tzicanantli,porque dicen que es madre de las hormigas. Es cruesa y críase en los hormigueros, en lo profundo dellos. Es pintada de todos colores. Es espantosa”.
Otra: que cuanto más abundan las hormigas al principio de la pequeña temporada de vuelos amorosos, ello indica que las lluvias se extenderán a octubre y noviembre. O que, cuando por la madrugada “va a salir a volar nucú”, por la tarde del día anterior le anuncia “una mariposita chiquitina”, igualmente provista de alas, llamada palomilla,termita de la familia de las isópteras.
Y dos creencias adicionales: que en algunos pueblos —especialmente centroamericanos— las hormigas son consideradas afrodisíacas. Razón por la que son obsequiadas a los novios como parte de la tradición. Y que… cuando las hormigas horadan un agujero o salida, justo debajo del fogón o en cualquier parte de la cocina, o en el piso de tierra del corredor o de la sala, ello estaría advirtiendo, el deceso próximo de alguien de la familia: la madre, el padre o quien permanece habitualmente más tiempo en el sitio de la irrupción.
Valores nutricionales y platillos
Lo cierto es que nuestras hormigas-arrieras-culonas son de lo mejor en términos de ingesta; alimenticias, nutricionales, dietéticas. Desde el origen de los tiempos en América, y en particular entre las civilizaciones mesoamericanas. Pues antes de que los europeos se entremetieran con nosotros, los cizines eran de lo mejor entre mariposas, libélulas, gusanos y chapulines. Entre chinches, cigarras, escarabajos y moscas. También entre abejas, hormigas, avispas y termitas. Todas estas linduras ¡Entomofauna comestible! Materias primas de verdaderos banquetes ¡Como para hacérsenos agua la boca!
Por ello más de quinientas especies de insectos alimenticios se tienen registradas en México. Unas 3,200 para todo el mundo, varias contaminadas o en riesgo de extinción, aunque… todas ellas serían inagotables si el ser humano decidiera proteger jardines, bosques y montañas. E incrementar las áreas boscosas y selváticas del orbe, hasta resarcir todo lo perdido.
Así que todos los insectos, aunque en particular estas hormigas nuestras,son en sí mismas proteína pura y de la mejor calidad pues… alrededor del 69 por ciento de su constitución y peso es proteína. Mientras que las carnes frescas comerciales, conocidas (res, puerco, pollo, conejo, venado), sólo reportan el 28 por ciento y, además, podría decirse que son alimento “light” dado que, como reza un texto público en PDF que ahora insertamos:
“…posee, además, cuatro por ciento de carbohidratos. Sales minerales, algunas […] muy ricas en calcio. Es importante fuente de magnesio, vitaminas del grupo B, rico en ácidos grasos no saturados (AGNS) y algunos abundantes en calcio. Alto contenido en AGNS, por el que su consumo es ampliamente recomendable, porque contribuye a prevenir los altos niveles de colesterol”.
Y en cuanto a los alimentos que se elaboran con nuestros imprescindibles zompopos, recordemos que la primera fase de su preparación termina al ser asados o tatemados los animalitos; tostados e incluso dorados. Cuando se cocinan para evitar su descomposición e inmediatamente se sirven para un buen bocado con tortillas y frijoles (usualmente en el almuerzo. Ojo: no la “comida” de los europeos). Y en tamales, como se acostumbra en algunos pueblos occidentales de México.
Retroalimentación porfas. cruzcoutino@gmail.com
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