Violencia en Chiapas

El asesinato de Lauren Green y Renato José Zárate, investigadores que vivían en San Cristóbal de Las Casas, ha puesto la mirada en la inseguridad que se vive en el país, y de la que Chiapas no está ausente. Las causas, escribíamos la semana pasada, son múltiples, pero tienen que ver sobre todo con el deterioro económico y el aumento de organizaciones criminales.

La tendencia al alza de delitos en el país no se ha detenido, según ha señala el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cual alcanzó su máximo histórico en abril con 180 mil 379 casos, pero en junio descendió a 170 mil 738, algo que no debiera servirnos de consuelo porque si comparamos esa cifra con junio del año pasado, que fue de 159 mil 618 delitos, hubo un incremento de más de once mil delitos en ese mes.

Chiapas registró, en este mismo periodo dos mil 52 delitos. Afortunadamente, es junto con Nayarit, Tlaxcala y Campeche, de los estados con menor índice de delitos por cada cien mil habitantes, al colocarse en 37.3, cuando la media es de 126. Además, en junio de 2019, la entidad consignó el 12.8 por ciento menos de delitos que en junio de 2018. En lo que sí se incrementó el porcentaje fue en homicidios que avanzó un 16 por ciento.

En cuanto a feminicidios, la entidad reconoció, en estos seis primeros meses del año, nueve, y se ubicó en el lugar 16, es decir a mitad de la tabla que lidera Veracruz con 98, seguido por Estado de México (42), Puebla (29) y Chihuahua (24).

En cuanto a municipios, Tapachula es el que presenta más casos de feminicidios (3), seguido por Tuxtla con 2, y después están con 1, San Cristóbal, San Fernando, Comitán y Las Margaritas.

De acuerdo con el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Chiapas contabilizó 29 casos de mujeres víctimas por homicidio doloso, y 56 por homicidio culposo.

Es decir, en Chiapas fueron asesinadas de enero a junio 94 mujeres. Y es posible, como señalan grupos de feministas, que varios casos de homicidios dolosos o culposos pudieran ser reclasificados como feminicidios. Esto podría ubicar la cifra en, al menos, 15 muertes por razones de género.

Los asesinatos golpean a los ciudadanos, hieren la convivencia, ofenden y lastiman a todos, a todas. Además, los crímenes de personas destacadas en su comunidad disparan las alertas, porque si alguien que goza de prestigio, que se dedica al trabajo honrado y que goza del aprecio de sus vecinos, es asesinado, nadie puede estar a salvo. Estas mismas sensaciones ocurren cuando algún amigo o conocido es asaltado, como ocurrió hace unos días con la periodista Claudia Lobatón.

Estos acontecimientos debieran ocupar a las autoridades, y aunque en Chiapas en estos primeros meses no se ha incrementado los delitos en términos generales, como sí ha sucedido en el país, el desempleo, la falta de circulante y el incremento de grupos delincuenciales pueden aumentar las cifras de inseguridad.