Zompopo, chicatana, cizín y nucú
Para mis amigos Abel, Mario, Marco y Tony.
[2da de siete partes]
Siempre recuerdo esa visión. Las arrieras reinas saliendo de sus grutas oscuras para ser fecundadas por los machos, e inmediatamente relaciono las hormigas aladas con los panteones, aunque hoy de modo ecuánime y sosegado. Es natural que las madrigueras más extendidas se encuentren ahí, dada su permanente vegetación y tráfico disminuido; además de que las colectas más rentables siempre resultan las que se hacen junto a jardines, plazas, parques, bosques, áreas enmontadas y camposantos, precisamente.
Hormigas arrieras en general
Así que el nucú, el tzitz, la nacasmá o la chicatana, como le llaman por acá —Tuxtla, Chiapa, pueblos zoques y sus tierras—, no son otra cosa sino las mismísimasarrieras u “hormigas rojas”; las hormigas grandes del patio y traspatio, entre coloradas, ocres y negras. Defoliantes y “tragonas” por así decir, pues cortan las hojas más no las ingieren. Las que en ocasiones acaban con rosales y jardines enteros, incluyendo crotos, tulipanes, hojas moradas, jazmines y gardenias; las que trepan y destrozan todos los cítricos de nuestras huertas… como en una ocasión vi personalmente todo eso con estos ojos. Cuando subían todas marciales e impertérritas, por cientos de miles, al tronco y ramas de un inmenso flamboyán.
Se infiere que toda la noche trabajaron las arrieras, febriles e infatigables, pues al día siguiente el árbol antes enorme y frondoso, había amanecido desnudo. Despojado de sus hojas. Las hormigas se habían llevado incluso retoños, brotes y hasta el pedúnculo de sus flores rojizo-amarillentas. Como decía mi abuela Mariantonia: ¡Por ésta!, mientras formaba con sus dedos la señal de la cruz.
Situación de donde deriva una lección transmitida de generación en generación: que si alguien desea mantener su jardín o huerta al margen de las arrieras que acaban con las plantas, debe sembrar al menos un almendro y mantenerlo, justo en medio del área que se desea proteger pues… sus flores diminutas, amarillentas, son preferidas a la hora de reproducir los hongos con que se alimentan. ¿Hongos con que se alimentan? preguntará el lector y sí, respondo, pues como alguna vez escribió el propio don Miguel Álvarez del Toro:
“…contra lo que generalmente se piensa, las hormigas no se alimentan de granos ni de hojas, [sino exclusivamente] utilizan esos productos para realizar fabulosos cultivos de hongos minúsculos [hongo o micelio vegetativo Leucocoprinus gonglylophorusde las agaricáceas] que constituyen su comida. Pero, además, este hongo no les sirve en su estado natural, sino que ejecutan toda una serie de trasplantes y podas para que con tales maniobras el hongo produzca unas [formas] de esferitas, las cuales finalmente, son su alimento.
El proceso se efectúa en cámaras especiales, con cierto grado de calor y humedad, en las cuales colocan capas de los vegetales recolectados y encima siembran el hongo, que pronto forma una masa esponjosa que también sirve para depositar los huevecillos y las larvas”.
Reinas y vuelo nupcial
Aunque… claro que las hormigas nutritivas, saludables y apetitosas, ahora tostadas… ¡No son ellas precisamente! Sino las de otra “casta” como dicen los estudiosos, biólogos y entomólogos: específicamente las hormigas reproductoras, asexuadas, o bien: hembras y machos de todo un enjambre, comunidad o “nido”. Las que, durante las primeras precipitaciones, entre mayo y julio —dependiendo de la intensidad de las lluvias, madurez de la familia y calidad del “forraje” días antes procesado—, brotan de sus galerías desde la media noche y la madrugada.
Brotan de la tierra, pues la “salida del nucú”, como decimos en Chiapas, normalmente ocurre luego de los aguaceros y no simples lluvias ni lloviznas. Especialmente después de las lluvias de media noche, probablemente ante la presencia de un cierto grado de temperatura y humedad ambiental, dentro de varios nidales a la vez, pues, curiosamente coinciden en su irrupción. De modo que en ocasiones se observan verdaderos hervideros junto a los nidos, o bandadas por millones en el cielo.
Y claro que la obscuridad también es razón de su desbordamiento, aunque más bien quizás, ello se deba a la hermosa luna iluminada durante esos días.
Habría que pensar cómo, en los orígenes del tiempo, sin alumbrado artificial, sólo eran atraídas por la luz de la luna, para concretar su coincidencia. Y que en los tiempos de hoy son arrebatadas en los pueblos y ciudades, mediante ocotes, antorchas encendidas y luminarias eléctricas. Nos referimos a las reproductoras camino al “vuelo nupcial” que, luego de su conjunción y apareamiento, se entierran en el suelo húmedo y blando. Las reinas u hembras fecundadas que escasamente se libran de los recolectores. Reinas que con el tiempo inician sus propias familias o colonias.
Nanas, obreras y soldados
Aunque aparte están las demás. Las diversas y súper especializadas castas de hormigas, parte indisoluble de las familias de nuestras chicatanas o cizines: en primer lugar, las más pequeñas, coloradas; las nanas o nodrizas, las que dentro de la colonia se dedican a masticar el forraje (hojas verdes recién cortadas, dispuestas en infinidad de “camas”), y al cultivo de los hongos minúsculos en ellas, con que se mantiene a larvas y ninfas. Alimentan a la reina, la asean y acarician, la ayudan durante el desove, y recogen los huevecillos inmediatamente, para trasladarlos a las “cámaras de incubación”.
Retroalimentación porfas. cruzcoutino@gmail.com
Pero no es CHICANA, jóvenes sino CHICATANA. En el original va correcto. Please.