La cultura en lo cotidiano

El humo que sorprendió a la Ciudad de México… y a su gobierno

Aprovechando la tarde soleada y que tenía un rato libre para leer por placer, Sabina prendió la radio para que fuera su compañera mientras comenzaba a hojear el libro Retorno a la luz o la búsqueda interior. Era un obsequio recibido hace un par de meses y merecía ser leído.

En la radio estaba un programa especial del grupo Buenavista Social Club, la música era amena e incitaba a alegrar el espíritu y por supuesto, a bailar. Mientras disfrutaba escuchando la música, prestó atención a las entrevistas que había, en los comentarios los entrevistados mencionaron la importancia de esta agrupación para divulgar la cultura del pueblo cubano al mundo.

La cultura -pensó Sabina-, al momento que trajo a su mente una serie de imágenes que había visto de manera reciente en la ciudad de México, a pesar que su viaje fue relámpago prestó mucha atención a las fachadas de edificios y los elementos presentes en las calles. Ahora que recordaba había encontrado características peculiares, quizá elementos simbólicos referentes a determinada época de la historia de la ciudad.

Algunos edificios tenían una arquitectura antigua, como de los años cuarenta o cincuenta del siglo XX. Muchos tenían colores grisáceos o beige muy pálido, eso les daba un aire de abandono, las formas de sus ventanas denotaban la antigüedad de los inmuebles, unas con vidrios quebrados, muy pocas ventanas con macetas. Sabina observó que aunque parecían edificios abandonados no lo estaban, las cortinas, ropa colgada, lámparas que asomaban y una que otra hoja entreabierta mostraban que las habitaciones estaban ocupadas.

A manera de contraste se asomaban los edificios modernos que, por supuesto, tenían otra arquitectura, pintura reciente en sus paredes, un dato muy curioso fue que no vio macetas en sus ventanas.

En ese recorrido visual mientras llegaba a su destino, en un alto del semáforo se quedó perpleja ante dos murales pintados en dos edificios, no muy altos, que estaban contiguos. Estaban plasmadas dos imágenes de mujeres, sobre el lado derecho el  rostro de una mujer mayor, ataviada con un rebozo en la cabeza, cabello grisáceo, tez morena y rasgos muy suaves. En el lado izquierdo el rostro de una mujer joven, cabello oscuro, también de tez morena, cubierta con un rebozo celeste en la cabeza, sus ojos miraban hacia arriba, con la vista al cielo. Los murales estaban tan bien dibujados que por momentos Sabina olvidó que estaban sobre paredes, le pareció que las mujeres emergían de ese espacio, buscando darse a conocer ante la prisa e indiferencia de la gente en esa gran ciudad. El semáforo dio el verde y el transporte en el que viajaba continuó su camino.

Ahora que escuchaba los aportes culturales de Buenavista Social Club al mundo,  Sabina estaba segura que, además de toda la  valiosa teoría que enseñan en las aulas sobre lo qué significa hablar de culturas, bien valdría la pena echar un vistazo con sentido a todas las formas de expresiones de la cultura en lo cotidiano. Las imágenes que evocó eran parte de eso, entre muchas más, desde teatro, performance, danza, literatura, fotografía, las celebraciones de fiestas en barrios, colonias, como dijera su mamá, sin contar… de tantas expresiones que son.

Escuchó el cierre del programa y se dispuso a iniciar su lectura… la Búsqueda interiorla llamaba.