Tuxtla Gutiérrez mediados del Siglo XX

© Las famosas ensartas de flor de mayo. Tuxtla Gutiérrez. 2016.

[14ava. y última parte]. Y se hacían en casa ¿O se pasaban a comprar a la tienda? No, no. Se hacían. Formaba parte de la tradición y… había pues, [otra] tradición también, [la de] visitar las iglesias. Se hacían los domingos. La “ensartadera de flores” se llamaba.¡Aah! ¡Usted se refiere a la Ensarta de Flor de Mayo! Exactamente. Ahí se reunían las muchachadas. Ahí sí envitaban y ahí íbamos al… a hacer [las ensartas] de flor de mayo, a pasarle una aguja con hilo [a las flores, que se hacían] como cortinas ¿verdad? Y se llevaban las flores a… y eso era otra reunión [fiesta] que se hacía los domingos también.Pero creo que en especial en el mes de mayo… Sí, así es, porque es cuando florea la flor de mayo.

 

Ensartas de flor de mayo

¿Entonces en cualquier casa podía ser? Sí. En cualquier casa. La dueña de la casa envitaba a puros muchachos, más si eran novios, y ahí se reunían.Y la dueña de la casa invitaba algo, pozol, comida… Daba comida, daba pozol, [aunque] cerveza no daba. Pozol sí, siempre.Así que esta es una tradición vieja. Sí, viejísima. Quee… le voy a decir: creo que ya no lo hacen ahora ¿no?Pues yo recién estuve en una cosa así y ahí fue que vi cómo ensartan las flores con aguja e hilo, y también con baritas de coco… pero lo bonito es la plática, la convivencia de la gente. Hmmm. Eso era ¿sí? Porque se pasaba un rato muy alegre.

 

Y cuando tenían las ensartas listas ¿qué hacían con ellas? Llevarlas en la iglesia. Todos.¡Aah! Como en una procesión. Síi.¿Y a qué iglesia especialmente? A la de Guadalupe.¡Aah! No era a cualquiera.No.Eran ensartas a la virgen de Guadalupe. Síi. Aunque… creo que se hacían en todas: si [se reunían en el barrio] de San Roque [las llevaban] a la iglesia de San Roque. Si eran de allá del [barrio] Niño de Atocha, pues [a la iglesia] del Niño de Atocha. O si eran de San Francisco, a San Francisco.Ya, ya. Las ensartas eran en mayo. Se las llevaban a la virgen, pero a cada una de las iglesias de la ciudad… Sí, así es.

 

Carrera de listones

Pues ahí tenemos entonces dos tradiciones muy tuxtlecas, muy hermanadas. La de la coronación en la víspera de cumpleaños y días-de-santo, y la tradición de las Ensartas de Flor de Mayo. ¿Alguna otra tradición que crea usted fue importante en los años cincuenta? Puees… que cuando [se efectuaba la] fiesta de un barrio, [los organizadores] ponían un alambre [entre dos muros o postes] y colgaban [de él] unos listones con argollas. Y los muchachos pasaban con bicicleta y… con una alezna, o con un lápiz iban, [lo ensartaban] y… se llevaban el listón, y ese listón tenía un nombre y… todas las muchachas invitadas, daban un listón y un regalo. El listón, por ejemplo, que usted arrancaba… si decía Orfilia, pues [la joven] Orfilia le tocaba darle su regalo a usted.

 

Hmmm. El nombre de las nenas aparecía en los listones. Claro. En cada listón.Y cada muchacha aportaba un regalo. Síi. Ahí pasaba uno con la bicicleta y ¡Traz! [aunque] algunos eran mañosos y los [listones] los arrancaban con la mano.Cuando debía ser con una lezna o con un… desarmador o un lápiz ¿sí?Juego hermoso pues tenías que verte, conversar con la nena del obsequio y… además del regalo talvez había un abrazo, o un beso… Pero en la mejilla.Sí, claro. ¿Usted lo jugó? No, nunca. Nunca monté bicicleta.Pero sí estuvo cerca de todo eso. Síi. Cuando todo eso, ahí estaba yo de chamaco.¿Y cómo le llamaban a eso? Ensarta o… carrera de listones, creo.

 

Carrera de listones o ensarta de listones. Ensarta de listones. [Que] era una armella colgada así [hacia abajo] y listones.Alambre restirado, listón apenas atado y argolla abajo… Sí. Porque apenas lo tocabas [la argolla] y ya era tuya. Nada más estaba de una puntada [el listón] para podérselo llevar y… había otro [juego muy socorrido]: de carrera de encostalados… que se ponía uno un costal y iba uno como canguro, brincando. Y el que sacaba el primer lugar le daban un premio.Al que primero llegaba a la meta. Sí, eso. Y había también el palo encebado. ¿Lo ha usted visto?

 

El palo y el cochi encebado

Sí, claro. Pero nárrelo usted. ¿Cómo era ese juego? Puees… antes era un palo alto, pero encebado —vil cebo de res—. Ahora ya le echan grasa, y está peor, porque es más resbaladizo. Y hasta arriba había un sombrero… había zapatos, había camisa, había pantalón. El problema es que estaba hasta arriba. Tenía usted que llegar hasta arriba, y si llegaba ya era su premio [pues] lo agarraba usted. Pero costaba mucho, porque era un palo bien derechito y liso totalmente. Ahora usan tubos [pero] es peor. Esa era otra de las tradiciones de Tuxtla.

 

Supongo que, en este juego, había ocasiones en las que nadie conseguía los premios… Noo. Siempre lo sacaban. Porque subía uno, lo quitaba un poquito de grasa. Subía otro, no llegaba y le quitaba otro poco… ¡Lo iban limpiando! [Pero además], unos hasta llevaban tierra, o un pañuelo, o un trapo.De modo que al último sí le tocaba, porque ya encontraba el palo limpio… ¡Y ahora que me acuerdo!… En San Roque soltaban un puerco, y el que primero lo agarrara puees… ya el puerco era de él.Ya era suyo… Síi. Ahí en medio de la plaza, en medio de la gente soltaban el cochi, lo tiraban, peroo… mañosos [los organizadores de la feria], pues también los bañaban de cebo… pa’que se resbalara.¿Y quién regalaba el cochi?El presidente [de la junta de festejos] del barrio lo daba.

 

Supongo que del mismo cuero salían las correas…Sí. Salía del dinero que recaudaban ahí mismo y puees… lo soltaban el marrano.¿Cómo le llamaban a ese juego, a esa práctica? Pues nada más, el puerco encebado, pero sí, era duro agarrarlo y más porque lo encebaban todo. Creo que era El Cochi Encebado o algo así.Así que quien lograba atrapar al cochi era suyo… ¡Qué bonito! Se lo llevaba a su casa… O lo mataba [para vender], o lo comía, o lo criaba.Así que era un lechoncito. No, no. ¡Puerco! Como de unos setenta kilos.¡Aah! ya grande entonces.

 

Pero bueno, don Gilberto… creo que ya hemos terminado la entrevista… salvo que usted quisiera agregar algo… algo que se nos haya pasado. Adelante.

 

Pues mire usted don… Antonio Cruz Coutiño…profesor de la Universidad. Fue un placer haberlo conocido a usted, haberlo tratado… una persona tan decente, tan preparada… por haberme permitido tener esta charla con usted. Es un honor para mí… sobre las tradiciones de mi pueblo, de mi Tuxtla querido, que eran muy bonitas… aunque vas’te a ver que [ahora], aquí entre nos, ya no las practico porquee… ya practico otra religión.

 

Pero me gustaría que volviera otra vez, con todo gusto. Que todo se recordara con cariño, con amor… ese es mi mejor deseo. Que todos vivamos en paz, que todos estemos en una comunidad muy unida, que haya fraternidad entre nosotros. Eso es lo que más me alegraría porquee… ahora ya hay mucha envidia, ya hay muchos bienes de por medio… que apañan, golpean, atracan a uno. Antes la gente era muy educada, la gente saludaba a todo mundo, nos conocíamos todos, dejábamos las puertas abiertas… Ahora ya no. Claro, el defeño, los centroamericanos han venido a descomponer todo esto. Porque asaltan mucho, roban mucho, pero algún día posiblemente ellos vean que están haciendo mal y se corrijan, y que todos sean una misma familia… eso me gustaría mucho. Gracias don. Gracias a usted.

cruzcoutino@gmail.comagradece retroalimentación.

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