Tuxtla Gutiérrez, mediados del Siglo XX
[Penúltima de 14 partes]. Llegaba gente de la familia… Pura familia y puros amigos.O llegaba también gente del barrio… No. Del barrio no. Llegaba nada más pura familia y amigos nada más. Era una costumbre que cada año lo hacían. [Pronto] se escuchaba: fulano de tal cumplió año, o fulanita de tal cumplió años… Y ahí iban, ahí iban [los más cercanos]… Claro está que no todos tenían las mismas amistades. Habían unos que tenían otras amistades, que se reunían [con] otras personas. Peroo… todavía existe algo parecido a lo que se hacía [antes], porque las coronas todavía existen. Que ya noo… aunque ora [esas fiestas] ya no [son] tan alegres, porque ya se perdió mucho la tradición por… por todo eso de que todos trabajan, de que todos tienen compromiso.
Ya no pueden asistir todos. Pero hay un licenciado estee… Ricardo López, que lo hace todavía en su casa, el veintidós de diciembre reúne a todos sus amigos. Ahí celebra su día de su santo, convive con sus amigos, [aunque] también ya se está perdiendo porque ya sus hijas se casaron. Tienen sus esposos, y esos esposos tienen familiares y todos llegan también. Ya sus amigos de él puees… ya no los atiende tanto como […] a su familia. Pero siempre convive un rato. Luego se va pa’llá y luego otro rato pa’acá y luego pa’allá. Continúan las coronadas, pero ya se andan perdiendo…
Supongo que los de la casa invitaban a los amigos… ¿O los amigos llegaban como de sorpresa? Llegaban de sorpresa. Claro que el dueño ya estaba preparado… sabía que lo iban a llegar a coronar.Preparación que consistía en… en comprar la botana, las cervezas, el hielo, [disponer] sillas y [tener] algo de música.Que regularmente era marimba. Dependiendo de la economía de las personas ¿verdad? Ya le dije que a veces se alquilaba una consola y con eso bailaba uno, [aunque] a veces era marimba. Pero eso casi era de los que tenían dinero. Ellos llamaban [contrataban] marimba, conjuntos…
Coronadas del PajaritoFarrera
Y los que no, ponían música grabada… Sí. Y nos divertíamos igual. Y es más todavía, porque bailaban más, porque puees… no se cansaba la consola.Cierto. Dale y dale, duro y duro. [Mientras que] los marimberos tocaban una tanda y ya se acabó, y luego otra y otra. Un cuarto de hora, descanso, otro cuarto de hora y así…Entonces los de la casa se preparaban para esperar y llegaban más o menos… La verdad, llegaban pocos…No. La hora. ¡Aah! Comenzaban a llegar a las ocho, o en otras casas como a las nueve [de la noche] y de ahí hasta las dos, tres de la mañana [paraba la fiesta]. ¿Y quién coronaba?Pues la familia que llegaba a coronar [y de entre ellos] la que iba a recitar pues, los versos. Ya sea hombre o mujer.
De modo que si la persona festejada era popular, conocida… le llegaban varias… tres, cinco coronas. Sí, sí. Yo recuerdo que habían varias fiestas muy grandes de coronación. Una era dee… una muchacha, señora que se llamaba Andrea, que era la esposa del Pajarito, uno que jugaba basquetbol, hermano de estee… este que se llamaba Noé Farrera, hermano de don Humberto Farrera Llaven, que era [dueño de la] Joyería La Reina, que le puso su joyería [el nombre de] La Princesa… Hacia unas fiestas ese hombre…. ¡Pero tremendas! Enormes… con marimba y todo. Y ahí llegaban hasta… hasta personas que tocaban el serrucho.¡Jo! ¡Que sacaban música a los serruchos! ¿Nunca lo ha usted visto? Sí. Sí he visto eso, aunque sólo en el cine…
Pues ahí le sacaban música al serrucho de los carpinteros… Otros había que cantaban, y cantaban muy bien. Eran unas fiestas, pero… ¿Cómo le digo?… ¡Fabulosas!¿Y en dónde estaba la casa de esa señora Andrea? Por [lo que es hoy] el Parque de la Marimba. Era laa… Primera Norte entre Novena y Décima Poniente, sobre este lado [acera Sur]. Ahí estaba la casa. Ahí [se hacían] esos fiestones tremendos. Claro quee… [con el tiempo] todo se acabó, porque se enfermó y [carcajadas] ¡Se murió El Pajarito! Se murió su esposa y se acabó todo. Y ahí dijo Noé Farrera Morales… el que tiene un periódico que se llama El Péndulo… [aunque] ese no hace fiestas. Con el sí, ahí se acabó todo.
Pueblo, bombas y coronas
Pero volvamos a la coronación. Pensemos las coronaciones como fiestas pequeñitas, en la víspera y… entonces el festejado se hallaba obligado a invitar algo al día siguiente. Sí, sí. Y a veces había mole: mataban guajolote, porque era la tradición, y hacían mole y envitaban… A veces, cuando había dinero.¿Mole con arroz? Síi.Y nuevamente cervezas. Síi. Pa’l descrude.Y si no había [para eso], entonces a veces hasta los mismos invitados —los que llegaban en la coronación— te caían de sorpresay llevaban ellos todo. Cervezas, botellas.
Seguramente recuerda usted alguna rima de las que se pronunciaban en las coronaciones… Hmmm. No. No fui bueno para [todo eso], pero… habían bombas también. Bombas que se decían a la mitad del baile. ¡Bomba bomba! y se paraba la música. ¡Bomba bomba! ¡Cuete cuete! ¡Si no sabes pa’que te metes!
¡A ver! Una bomba que recuerde usted, o una rima de esas, de coronación… ¡Ay alacrán de Durango! ¡Cola de siete canutos! ¿Qué nos darán las mujeres, que nos volvemos tan brutos?¡Ándele! ¡Bomba! Hay otra sencillita que decía: ¡Una, dos, tres, cuatro! ¡Si no me querés, me mato!Jojó ¡Duro! y contestaba la mujer: ¡Una, dos y tres! Mmjú. ¡Matate si querés! ¡Anda carajo! Y así había muchas bombas, preciosas bombas.En alguna coronación he escuchado esto: “Aquí te traigo esta corona que del jardín yo corté. No te traigo música, porque no tuve con qué”. O una cosa así ¿no? ¡No te traje música de viento! ¡Porque está jodido el tiempo!
Ahí está. ¡Esa es una excelente rima! Sí. Y así era todo eso. Decía usted que esas coronas físicamente se ponían sobre la cabeza del festejado, y que eran siempre naturales. Ahora, además de flores, ¿de qué otras cosas se hacían las coronas? Puees… de puras flores. Ya últimamente es que ya cambió.Si pues ¿no? pero naturales, eran también de chiles o… [risas]. Sí, las he visto. Son unos diablos. Dicen que ahora hasta de cajitas de chicles las hacen, pero usted recuerda que las hacían de flores y el mismo día… Sí. Se hacían el mismo día.
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