El resultado de la duda
Casa de citas/ 417
El resultado de la duda
Héctor Cortés Mandujano
No perderá su tiempo quien lea los 21 cuentos que constituyen Las maquinarias de la alegría (se publicó hace mucho, pero mi ejemplar es de Editorial Planeta, 2004), de Ray Bradbury, autor de dos clásicos que yo leí, hace mucho, deslumbrado: Farenheit 451 y Crónicas marcianas.
En estos cuentos hay conocimiento técnico, inteligencia y originalidad. Hay textos aquí que rozan la perfección, que son elaboraciones plenamente artísticas. En el que da título al volumen, Bradbury cita a Blake (p. 13):
Aquel que duda de lo que ve,
nunca creerá, hagas lo que hagas.
Si el sol y la luna dudaran
desaparecerían inmediatamente.
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Cuando renunció a cazarla,
el ave se le posó en la mano
“Ambición”
de Alejandro Jodorowsky
Plenas de imaginación son las tres historias primeras de Cuentos mágicos y del intramundo (Ediciones Siruela, 2013), de Alejandro Jodorowsky; las de intramundo suponen un ejercicio de síntesis y sabiduría.
En “La increíble mosca humana” un insecto se vuelve humano. Triunfa en muchas esferas sociales (primero en un circo, después en los negocios millonarios) y, al final, da una conferencia donde, entre otras cosas, dice (p. 117): “Comprendí que los humanos no tenían ningún órgano que les permitiera ver el alma de sus semejantes, sólo juzgaban al ser por su forma corporal”.
De los cuentos de intramundo me encantó éste, que se llama “Vitalidad” (p. 199): “Aunque el viejo lobo no tenía dientes, mordía con pasión los espejismos”.
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Leo de nuevo La rosa profunda (ahora en eBook), una treintena de primeros poemas de Borges. De nuevo no me resisto a compartir por lo menos tres ideas de este maestro eterno. En sus palabras liminares dice algo que, creo, los poetas actuales han olvidado: “Dos deberes tendría todo verso: comunicar un hecho preciso y tocarnos físicamente, como la cercanía del mar”.
En “La pantera” dice: “En vano es vario el orbe. La jornada/ Que cumple cada cual ya fue fijada”.
Y de “El suicida” es esta frase magnífica: “Lego la nada a nadie”.
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Leo la ya clásica Noticias del imperio (mi ejemplar es de Planeta-Conaculta, 2003, en dos tomos de pasta dura), de Fernando del Paso. Maximiliano y Carlota en los papeles principales. La trama se mueve con lentitud porque cada página, cada línea está llena de datos, de investigación acuciosa.
Habla de Napoleón (p. 60): “Más que el sabroso y abundante trasero de Josefina, le interesaba un heredero de sangre real que perpetuara su incipiente dinastía. Cuenta la historia que cuando Napoleón contempló el árbol genealógico de los Habsburgo […] señaló el nombre de María Luisa y dijo: ‘Esta es la matriz con la que quiero casarme’ ”.
Se habla de la famosa batalla de Puebla, de los “campesinos disfrazados de soldados” y obligados a pelear (p. 111): “Es famosa aquí la carta que le envió un oficial mexicano a otro, en la que le decía ‘le mando un grupo de voluntarios encadenados’ (!)”
En los monólogos locos de Carlota le dice al fantasma de Maximiliano (p. 273): “Quiero comerme tus huesos, tu hígado y tus intestinos, quiero que los cocinen en mi presencia, quiero que los pruebe el gato para estar segura de que no están envenenados, quiero devorar tu lengua y tus testículos, quiero llenarme la boca con tus venas”.
Pensé que el título de Benemérito a Juárez se lo había dado México. Parece que no. Habla Benito por la pluma de Del Paso (p. 353): “¿De qué me sirve, por ejemplo, que el Congreso de Colombia me haya nombrado ‘Benemérito de las Américas’? ”…
Habla directamente Del Paso sobre el significado de escribir sobre asuntos históricos (pp. 715-716): “Uno podrá siempre –talento mediante– hacer a un lado la historia y, a partir de un hecho o de unos personajes históricos, construir un mundo novelístico o dramático autosuficiente. […] Todo está permitido en la literatura que no pretende ceñirse a la historia”.
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Disfruto Carta al mundo. Veinticinco poemas de Emily Dickinson (Bonobos Editores-Secretaría de Cultura, 2017), versiones y prólogo de Hernán Bravo Varela.
Bravo en su prólogo habla de la peculiar ortografía de Emily: sus mayúsculas personales (pp. 7-8), “una puntuación que sustituye la mayoría de los puntos y comas por guiones largos […], una prosodia que, en su afán sintético y antiprosaico, elimina distintos vocablos, frases hechas y conectores…”
Su poesía es asombrosa. Dice en el poema 260:
“¡Qué aburrido — ser — Alguien!
“¡Vulgar — como una Rana —
“Decir tu nombre — todo el mes de Junio —
“A una admirada Ciénega!”.
Contactos: hectorcortesm@gmail.com
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