Universidades de la 4T en Chiapas
En su gira de agosto del año pasado, el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador anunció que en Chiapas se construirían cinco universidades. Después, ya como presidente electo, incrementó la cifra a seis universidades, las cuales, especificó, funcionarán en Venustiano Carranza, Palenque, Ocosingo, Chenalhó, Chilón y Mapastepec.
Las nuevas universidades, sean cinco o seis, crearán indudablemente problemas a los centros de educación superior existentes, porque habrá zonas en donde se disputarán a los pocos aspirantes. En Palenque, en donde la Unicach oferta la licenciatura en Gastronomía y Turismo Sustentable, y la Unach, las ingenierías en Agronomía, Desarrollo Rural, Sistemas Forestales, Procesos agroindustriales y Medicina Veterinaria y Zootecnia, la nueva universidad ofertará una licenciatura relacionada con la arqueología. Sin embargo, la Unicach ofrece una licenciatura con este perfil en la subsede de Chiapa de Corzo.
En Venustiano Carranza, en donde la Unicach oferta la Licenciatura en Enfermería y en Fisioterapia, la universidad de la Cuarta Transformación promoverá una Licenciatura en Medicina. Si se echa a andar esta propuesta, los alumnos de la Unicach preferirán marcharse a la nueva oferta académica, porque tendrían más posibilidades de desarrollo profesional. Sin embargo, entrará en conflicto con la Unach, que cuenta con Médico Cirujano en los campus de Tuxtla y Tapachula.
Mapastepec, que será otro polo académico, ofertará ciencias del mar, pero la Unach tiene el Centro de Biociencias en donde imparte la Ingeniería en Sistemas Costeros. Las universidades de Ocosingo, Chenalhó y Chilón tampoco crearán licenciaturas novedosas, y entrarán en competencia con la Universidad de la Selva.
Más que crear nuevas universidades, en Chiapas urge reorganizar a las instituciones de educación superior para plantear programas académicos necesarios para el crecimiento de la entidad. Se deben diseñar polos de desarrollo, en donde se concentren los mejores investigadores y atraigan, con programas educativos de excelencia, a jóvenes de las diversas partes del estado.
Las universidades públicas, todas en bancarrota desde la línea que se trace, deben ser saneadas y fortalecidas. Es cierto que muchas de ellas, en el afán de que se les otorgue más recursos, han creado multiplicidad de planes de estudios, sin análisis previos, y redundantes con la oferta educativa de otros campus. Existe, por ejemplo, una saturación de licenciaturas vinculadas a las ciencias administrativas y contables, pero pocas ingenierías ligadas a la transformación de la materia prima.
Si las nuevas universidades de la Cuarta Transformación machacan sobre programas educativos existentes, como se observa, no tienen razón de existir. Lo mejor sería cambiar de estrategia y trabajar en conjunto con las universidades para detectar problemas, ofrecer solución y proyectar a la entidad como un campo abierto al conocimiento y a la investigación.
Hasta el momento no hay elementos para pensar que estas nuevas universidades vayan a contribuir al desarrollo, por el contrario, de la forma en que están siendo proyectadas, se vislumbra que dentro de algunos años se convertirán en un verdadero problema en su funcionamiento y sostenimiento.
Bueno mi comentario es d que si sabe cuando inicia la clase de la universidad Benito juarez aquí en ocosingo Chiapas….