¿Por qué Chiapas es el centro neurálgico del cambio?
En Chiapas existe una estructuración de la sociedad basada en la desigualdad. Es el resultado de una historia que se inicia con la implantación del régimen colonial en el siglo XVI. Chiapas no existía antes de la presencia colonialista de los castellanos, sino que se fue forjando en los lentos y largos días coloniales. Fue en ese contexto que se configuró una sociedad de castas, en la que los pueblos sometidos, llamados hoy indígenas, ocuparon la escala más baja de la desigualdad social. El colonialismo ha sido el proceso por el cual se ha expandido la economía política del capitalismo hasta llegar a la situación actual, en la que prácticamente no hay parte del planeta que no esté bajo la égida del capital y las relaciones sociales que genera. La misma categoría de “indio” es un resultado del régimen colonial, como lo enseñó Guillermo Bonfil no sólo en un texto seminal sino en lecciones inolvidables en el propio trabajo de campo antropológico. La estructuración de la sociedad desigual que hoy presenta Chiapas, es un resultado histórico de aquellos años coloniales. Ni la independencia ni la reforma ni la revolución, lograron desterrarla. La pregunta es si la cuarta transformación también llegará a Chiapas, o pasará de lado como las transformaciones anteriores. A esa situación de persistencia de un sentido de casta en la estructuración social, le nombró Gonzalo Aguirre Beltrán “Regiones de Refugio”, mientras Pablo González Casanova, Rodolfo Stavenhagen y Guillermo Bonfil le llamaron “Colonialismo Interno”. El propio Aguirre Beltrán, uno de los demiurgos más importantes del indigenismo en México, estuvo en Chiapas en calidad de primer Director del Centro Coordinador Indigenista en los Altos de Chiapas, con sede en el predio llamado “La Cabaña” en San Cristóbal de las Casas. Con la fundación de ese Centro Coordinador se inició en México el proceso de aculturación inducida, asimilacionista, que tendría que terminar en la forja de una nueva sociedad, sin distinciones de casta y arropada por una cultura nacional. Nada de eso sucedió. La búsqueda indigenista probó ser una batalla perdida. Pero en el período de su funcionamiento, reveló el arraigo del sentido de casta de la sociedad en Chiapas además de su imbricación con la estructura de clases, propia de una sociedad de la exclusión, como lo es el orden capitalista. Se configuró así una muy compleja estructuración social en la que las categorías de clase y de adscripción étnica, siguen operando. Sobre esta estructuración social se asienta un andamiaje político, que repite los mismos criterios de casta y clase. Justo en la época del indigenismo, ocurrió el conflicto entre el Instituto Nacional Indigenista y la Sociedad racista chiapaneca apoyada por su propio Gobierno. El relato de ese conflicto lo escribió el propio Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, expulsado de Chiapas por defender a los pueblos originarios, concretamente a los tzotziles y a los tzeltales. El conflicto llegó a tener resonancia nacional y el antropólogo Julio de la Fuente se encargó de escribir un libro desentrañando las tramas del proceso, libro que permaneció largo años bajo una gaveta hasta que fue publicado en 2009. Así mismo, el historiador Stephen Lewis recordó la llamada “guerra del posh” en un texto importante publicado en el año de 2004.
En el castellano hablado en Chiapas, además del voceo-que va despareciendo-se incluyen palabras y conceptos que vienen de la época colonial. El más conocido y dramático es el de “indio”, utilizado para señalar la desigualdad por adscripción étnica; el término “alzado” se usa para señalar la desigualdad de clase. Y existe el combinatorio “indio alzado” que incluye a los dos criterios de exclusión. Las clases medias y altas de Chiapas usan esos vocablos en su hablar cotidiano y lo ven como “natural”. “Velo que alzada es la criada” es una frase que se escucha con frecuencia. “Aquella es una india alzada” se dice para denotar la “rebeldía” de una mujer y además, india. La clase política de Chiapas no sólo no es extraña al uso de esos términos, sino que se regocija con su uso. Son marcadores de la distancia social. Esa estructuración es la que sostiene a un círculo político que, con escasas excepciones individuales, se puede catalogar de rapaz. Los dos últimos sexenios fueron especialmente ilustrativos de hasta dónde puede llegar la impunidad, que está protegida por esta estructuración social descrita. Por eso mismo, Chiapas exhibe los peores índices de bienestar social que existen en el país, por debajo de estados como Guerrero y Oaxaca, que poseen estructuraciones sociales similares. Por ello afirmé que el punto neurálgico del cambio anunciado es Chiapas. Será un día de extraordinaria importancia para el país entero, el momento, si es que llega, en que en Chiapas desaparezca la estructuración de desigualdad social basada en las categorías clase/adscripción étnica, que sobrevive desde las épocas coloniales. En seis años es difícil esperar que ello suceda. Pero lo que sí es dado esperar es el movimiento del aparato político para ir sentando las bases que derriben esa estructuración tan pesada y que le otorga a Chiapas el infausto primer lugar de todos los índices de atraso que existen en el país.
Ajijic, Ribera del Lago de Chapala. A 9 de diciembre de 2018.
P.D. Para leer:
Gonzalo Aguirre Beltrán, El pensar y el quehacer antropológico en México,Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, 1988.
Pablo González Casanova, La Democracia en México, ERA editorial, México, 1960
Guillermo Bonfil Batalla, “El concepto de indio en América: una categoría de la situación colonial”, En, Lina Odena, Compiladora, Obas Escogidas de Guillermo Bonfil, INI/CIESAS/INAH/CONACULTA/Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal, México, 1995. Tomo I, páginas 337-359.
Rodolfo Stavenhagen, “Clases, colonialismo y aculturación. Ensayo sobre un sistema de relaciones interétnicas en Mesoamérica”, En, América Latina, año 6, número 4, 1963.
Stephen F. Lewis, “La Guerra del Posh. 1951-1954. Un conflicto decisivo entre el Instituto Nacional Indigenista, el monopolio del alcohol y el gobierno del estado de Chiapas” En, Mesoamérica, Volumen 25, número 46, 2004, pp. 111-134,
Julio de la Fuente, Monopolio de aguardiente y alcoholismo en los Altos de Chiapas.Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, México, 2009.
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