La prensa “fifí” y el ánimo nacional
Sorprendente para algunos, pero no para sus asiduos lectores fue la portada de esta semana del semanario político “Proceso”. Fue incluso tendencia en redes sociales. ”AMLO se aísla; el fantasma del fracaso” dice la portada de la revista en circulación.
Llamativa, “pegadora” y contundente era la portada. Pero en realidad se trataba de una entrevista -y por tanto la visión- de un jurista distinguido. Es decir, el contenido no respondía al encabezado de la portada. Por lo tanto, la portada de la revista, si se contrasta con su contenido, es un error; por lo menos técnico.
Por si fuera poco, la foto de la portada muestra a un AMLO adusto, enojado y cansado. Pero como lector asiduo de la revista, puedo decir que los fotógrafos de “Proceso” siempre le buscan a los políticos, ángulos poco favorecedores.
Fuera de algunas portadas “estridentes”, la revista siempre ha mantenido una independencia crítica hacia el poder y por supuesto los poderosos. Ese es el legado de su fundador y la esencia del semanario, que evidentemente, muchos mexicanos le reconocen.
La polémica con AMLO no hubiera sido relevante sino fuera porque provocó reacciones de la esposa y del presidente electo. Ello hizo que la “comentocracia” nacional también opinara.
Pero en realidad, con una reputación de revista independiente y libre, es probable que lo que “Proceso” busque es -portada estridente de por medio- precisamente eso: independencia ante el poder. Y es que la revista sobrevivió cuestionando al régimen priista, a los doce años de panismo y ahora busca sobrevivir como opción periodística a lo que apenas empieza: el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué me hubiera gustado ver del presidente electo ante el efecto político de la portada de la revista?
Me hubiera gustado ver a un presidente diciendo que avala la crítica, que hubiera precisado que se trataba de un texto que recoge la opinión de un personaje y que, sobre todo; me hubiera gustado verlo decir que siente la obligación de proteger a la prensa y a los periodistas libres.
Desafortunadamente no lo hizo y ello genera especulaciones de todo tipo sobre su trato ya como presidente hacia la prensa en general. ¿En el ejercicio de gobierno pensará que están con él o contra él?
Ante su relación con la prensa; ya como presidente electo AMLO está en un dilema. A muchos de ellos los trata como la “prensa fifí”.
¿Quiénes son para AMLO la prensa fifí? ¿Los que descalifique de acuerdo a sus apreciaciones personales? ¿Los que mantengan una independencia de criterio ante sus acciones? ¿Los que responden a una línea editorial dictada desde la Presidencia de la República?
De manera evidente, es posible que muchos medios, periodistas y “comentócratas” logren cambiar su línea editorial inicial de rechazo a AMLO y su proyecto político, por otra más complaciente y defensora del lópezobradorismo. Todo con tal de dejar de ser considerados “prensa fifí”. Se trata también de sobrevivir. Pero es posible también que no todos lo hagan.
También es claro que hay una narrativa anti López Obrador. Sobre todo con los “comentócratas” nacionales que diseccionan incluso su personalidad. Los mexicanos estamos acostumbrados a ver unos políticos a los que se les exaltan sus supuestas cualidades como administradores públicos pero nunca sus rasgos de personalidad. Pero AMLO es la excepción, “mesías tropical”, intolerante, demagogo, populista, acostumbrado a ejercer su autoridad. ¿Los demás mientras tienen puestos públicos no tienen defectos personales?
Por eso, intentando entender a López Obrador; ¿Para qué acercarse a la prensa que lo ataca? “No pago para que me peguen” decía López Portillo.
¿Para qué acercarse a la “comentocracia” establecida?, si hay articulistas especializados y emergentes que si bien no tienen una formación política o académica de izquierda; si comprenden que un problema estructural del país es la desigualdad, tal y como lo plantea López Obrador.
Reconozcamos también que si un profesional del periodismo descubre un evento extraordinario, si se enfoca en un tema específico y se dedica a cuestionar a quienes desde el poder son los conductores de una política pública específica, invariablemente salta la pregunta ¿Quién le paga? ¿Eso los hace prensa fifí?
El periodismo es libertad. Quienes practican la libertad de expresión están protegidos por los derechos elementales y por supuesto, la Constitución de nuestro país. Pero quienes practican esa libertad, deben ejercerla con responsabilidad.
En México hay prensa de todo tipo; pero nuestro presidente debe aprender a convivir con ella. Sencillamente porque es el presidente de todos los mexicanos, no solo de los que votaron por su proyecto político.
El ánimo nacional pasó de la indignación al ansia de revancha de muchos ciudadanos que quieren ver a quienes saquearon a este país, pagando sus culpas y por ello defienden con todo a AMLO. Acabar con la impunidad y la corrupción es lo correcto de hacer.
Lo que no podemos permitir es que quien conduzca los destinos de la nación por los próximos años no guarde la mesura en cuanto a propuestas de debate público se trate.
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