La (in)visibilización de los desplazamientos forzados en Los Altos de Chiapas

Indígenas desplazados de Chiapas inician “Caravana pies de cansados” para exigir ser atendidos. Foto: Raúl Vera

Por Delmar Méndez Gómez*

El estado de Chiapas ha sido escenario de múltiples desplazamientos forzados ocasionados por distintas razones: por cuestiones políticas y religiosas como en el municipio de San Juan Chamula (1960-2001), por el proyecto de hidroeléctrica en Chicoasén (1980), por la creación de grupos paramilitares, tras la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (1994), por el huracán Stan (2005)[i], entre otras. Las causas no están directamente relacionadas con la presencia de la delincuencia organizada y el narcotráfico, como sucede en otros contextos de México, pero comparten los mismos síntomas: su olvido y omisión por el Estado mexicano, al no resolver los daños que ocasionan en el cuerpo y ser de las comunidades desplazadas, al contrario, se puede argumentar que en más de una de las causas, éste se encuentra implicado junto con sus instituciones, al gestionar y administrar los conflictos y la violencia que se expresa, en este caso, sobre los desplazados quienes, al no atender sus demandas, son considerados como “cuerpos que no importan”. Es la lógica de la biopolítica estatal: unos viven y otros mueren.

En la actualidad, los desplazamientos forzados se han intensificado. Entre los casos más recientes se encuentran los de Aldama, Chalchihuitán y Chenalhó, municipios que comparten cuatro características: se ubican en Los Altos de Chiapas, son hablantes de la lengua tsotsil, tienen los más altos índices de pobreza[ii], y comparten varios conflictos denominados “territoriales”. Históricamente, éstos mantuvieron vínculos culturales, sociales y económicos que les había permitido tener una convivencia equilibrada. Sin embargo, tras una serie de imprecisiones sobre políticas agrarias ejercidas por las instituciones del Estado mexicano, en la década de los setenta y ochenta, provocaron varios de los problemas más añejos en dicha región, anudado a la intervención de los partidos políticos, quienes administran el conflicto para dividir a los municipios y las comunidades, donde hegemónicamente ha gobernado el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y recientemente el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), hecho que no hace gratuito el desplazamiento forzado de cientos de familias, de los municipios mencionados, que se refugian en distintas localidades y en campamentos que el gobierno ha habilitado para “apaciguar” el problema. Recientemente, en noviembre de 2018, se dio otro desplazamiento en el municipio El Bosque[iii], donde los partidos políticos, mediante el uso de armas de fuego, se disputan el control del ayuntamiento y de la población. Ello ha provocado que más de 1700 habitantes de la comunidad Chavajebal abandonaran su localidad. Por ello, los conflictos que se dicen “agrarios” y “territoriales”, también tienen una dimensión política, pues existen intereses económicos y de poder que se disputan ciertos líderes y dirigentes que, por un lado, interrumpen la solución de los conflictos y, por el otro, ocasionan el desplazamiento, el miedo, el dolor, el sufrimiento y la muerte[iv] de los afectados.

Los números registrados por algunas dependencias del gobierno y por instituciones de Derechos Humanos[v], sobre los casos de las familias desplazadas de Aldama, Chalchihuitán, Chenalhó y El Bosque, así como de otros municipios, se quedan cortos. Resulta difícil saber el dato exacto ––tan sólo entre el 2015 y el 2018–– de cuántas familias son las desplazadas forzadamente de sus comunidades. Se ha afirmado que Chiapas es el estado que registra el mayor número de casos en las últimas décadas. Los datos y estadísticas rebasan nuestra realidad, superan nuestra propia imaginación que se halla perturbada y hostigada por la hipermediatización e hipervisualidad de la violencia explícita en los medios hegemónicos de comunicación, quienes la naturalizan y legitiman por medio de las noticias, las series, los reality shows, las telenovelas y las películas. Discursos que espectacularizan la violencia como parte de la industria del terror, del miedo y de la muerte, “que requiere visibilidad. La reclama como recurso para su eficiencia” (Mier, 2012: 57). En nuestra actualidad, pareciera que nada puede ser vendible ni consumible si no contiene un excedente de ésta, “acompañada de un exceso de ira […] que produce formas nunca vistas de degradación y vejación en el cuerpo” (Appadurai, 2007: 24).

No obstante, ante esta hipervisualidad de la violencia espectacularizada, son pocos los medios de comunicación que han dado seguimiento, cobertura y apoyo a las familias desplazadas. Algunas instituciones han acompañado a los afectados en la denuncia y búsqueda de justicia, y han habilitado espacios emergentes de enunciación. Entre los pocos materiales audiovisuales registrados, que abordan críticamente la situación, destacan los reportajes[vi] de Animal político, de Chiapas Paralelo, de Rompevientos, de Vientos TV, de Promedios de Comunicación Comunitaria, y del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, “El Frayba”. El tratamiento expuesto de los casos de las familias afectadas no apela a la espectacularización de su dolor ni de las condiciones desfavorables en las que actualmente viven, pues se hallan sin un espacio digno para vivir, sin alimentación, sin vestimenta, sin acceso a la salud y educación para lxs jóvenes, las niñas y los niños. Aún cuando los reportajes tengan pocas reproducciones, como se percibe en el portal de Youtube donde se comparten, buscan visibilizar los problemas, socializarlos y difundirlos, de tal modo que salgan de la invisibilidad que el gobierno fomenta en sus tres niveles: nacional, estatal y municipal. Éstos son uno de los responsables al demostrar su incompetencia y por prolongar la solución de los conflictos, por supuesto existen otros cómplices como los líderes, dirigentes de los partidos políticos y los ayuntamientos municipales, que entorpecen la búsqueda de soluciones.

Durante los meses de octubre y noviembre, los medios de comunicación dieron seguimiento a la caravana de migrantes centroamericanos que es, ante todo, un exilio. Ellos fueron víctima de la violencia ejercida por la policía. Mientras eso sucedía, fue inevitable escuchar distintos comentarios de la ciudadanía que se polarizaban y otros coincidan, al hablar positiva y negativamente de su paso por nuestro estado y por México. También, estaban aquellas voces que recordaban a los desplazados de los municipios de Chiapas, y criticaban al gobierno por tener su atención en la caravana migrante que en los desplazados tsotsiles[vii]. Al final, me queda decir que ambos son acontecimientos que necesitan ser apoyados y atendidos. No es gratuito que distintas organizaciones y colectivos se organicen para recolectar víveres para ambos afectados. Hay, pues, una solidaridad manifiesta que se distancia de aquellas prácticas y discurso despectivos que desvelan que vivimos en un país donde hay todavía un sector racista, xenofóbico, misógino y clasista de la sociedad y que, incluso, llega a tener un espacio preponderante en los medios hegemónicos de comunicación, no a modo de crítica, sino para legitimarlo. Asimismo, las acciones sociales solidarias se dan en respuesta a un Estado que no sólo parece rebasado por la violencia, pues también la fomenta, al punto en que es cuestionado y reconocido como fallido.

Referencias

Appadurai, Arjun (2007). El rechazo de las minorías. Ensayo sobre la geografía de la furia. Barcelona: Tusquets.

Mier Garza, Raymundo (2012). “Walter Benjamin: la crítica de la violencia como iluminación de la justicia”. En Diego Lizarazo y José Alberto Sánchez (Eds.) Benjamin y las encrucijadas de la violencia. México: Universidad Autónoma Metropolitana.

* Integrante del Observatorio de Las Democracias: Sur de México y Centroamérica (ODEMCA) del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (CESMECA-UNICACH). E-mail: delmarmego@gmail.com

[i] Véase Servicio Internacional Para la Paz (Septiembre de 2018). “ENFOQUE: La tragedia del desplazamiento forzado interno en México. Uno de los múltiples pendientes para el nuevo gobierno”, en Informes SIPAZ, Vol. 23, núm. 3, http://www.sipaz.org/enfoque-la-tragedia-del-desplazamiento-forzado-interno-en-mexico-uno-de-los-multiples-pendientes-para-el-nuevo-gobierno/. Fecha de consulta: 17 de noviembre de 2018.

[ii] Según la CONEVAL, los municipios de Los Altos de Chiapas con los índices más altos de pobreza son: Chanal 99.6%, San Juan Cancuc 99.6%, Aldama 99.6%, Chalchihuitán 79.8%, chenalhó 77.0% y Oxchuc 75.7%. Véase https://www.coneval.org.mx/coordinacion/entidades/Chiapas/Paginas/pobreza_municipal2015.aspx

[iii] Para mayor información sugerimos revisen el reportaje realizado por Altamirano, Claudia (14 de noviembre de 2018). “Una comunidad de casi 2 mil personas huye por la violencia en Chiapas”, en Animal Político, https://www.animalpolitico.com/2018/11/comunidad-huye-por-violencia-chiapas/ Fecha de consulta: 15 de noviembre de 2018.

[iv] Hasta la fecha se tienen registrados cuatro muertos por la disputa entre Aldama y Chenalhó; 11 muertos del municipio de Chalchihuitán. Véase  https://noticieros.televisa.com/videos/suman-11-tzotziles-muertos-desplazamiento-chalchihuitan/ Fecha de consulta: 19 de noviembre de 2018.

[v] De acuerdo con el Frayba en el mes de marzo de 2018, se encuentraban desplazados alrededor de 307 personas de Tabak, 255 de Koko’ y 185 de Cotsilnam del municipio de Aldama. Asimismo, en el 2017 se tenía un registro de más de mil desplazados de Chalchihuitán, desde el 2016, 249 pobladores del Ejido Puebla, Chenalhó; y recientemente se registran 1764 personas desplazadas de Chavajebal, El bosque. Véase,  Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (03 de abril de 2018). “Impunidad aumenta muertes y desplazamiento forzado en Chiapas”, en Boletines, https://frayba.org.mx/impunidad-aumenta-muertes-y-desplazamiento-forzado-en-chiapas/ Fecha de consulta: 16 de noviembre de 2018.

[vi] Para mayor información sugerimos que revisen los reportajes compartidos en Youtube: Desplazamiento forzado en Chiapas (Animal Político, 2018), Desplazamiento en Los Altos de Chiapas (Promedios de comunicación Comunitaria, 2018), Breve: desplazamiento forzado en Chalchihuitán(Vientos TV, 2017).

[vii] Cabe señalar que el pasado 19 de noviembre, los desplazados de los municipios de Ocosingo, Zinacantán, Tenango y Chenalhó iniciaron “La caravana de pies cansados”, con el objetivo de exigir al gobierno de Chiapas la inmediata solución al problema, para retornar a sus comunidades con todas las garantías que los proteja. Véase Mandujano, Isaín (20 de noviembre de 2018). “Indígenas desplazados de Chiapas inician Caravana pies de cansado para exigir ser atendidos”, en Chiapas paralelo, disponible https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2018/11/indigenas-desplazados-de-chiapas-inician-caravana-pies-de-cansados-para-exigir-ser-atendidos/ Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2018

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  1. Violencia intensifica desplazamiento de comunidades en Los Altos de Chiapas - Avispa Midia - 8 enero, 2019

    […] Chalchihuitán y Chenalhó, municipios de lengua tsotsil en la región Altos arrastran disputas “territoriales” atizadas por políticas agrarias del estado mexicano ejecutadas en las décadas de los setentas […]

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