18 minutos de un Festival de Cine en las montañas del sureste
17:57
Exterior, atardecer
Estamos en el Festival Puy Ta Cuxlejaltic (aka Festival de Cine de Oventik), en la parte alta de Los Altos de Chiapas. Este lugar, el caracol de Oventik (aka Caracol Resistencia y Rebeldía por la Humanidad) es la sede de la Junta de Buen Gobierno de Los Altos (también conocida como la junta Corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo), desde la que se dictan las políticas públicas de los municipios autónomos (aka MAREZ) San Andrés Sacamch’en de los Pobres, San Juan de la Libertad, San Pedro Polhó, Santa Catarina, Magdalena de la Paz, 16 de febrero y San Juan Apóstol Cancuc (Nota del guionista: de acuerdo a los datos fundacionales de las juntas, no estoy muy seguro que siga siendo la misma estructura, tampoco es que el Buen Gobierno sea muy transparente).
Narrador: En esos siete municipios casi la totalidad de la población son hablantes de tsotsil o de tseltal. Todos son seguidores del zapatismo (la disidencia, se dice aunque no me consta, se castiga con el exilio). La falta de transparencia y de mecanismos confiables de medición hacen muy difícil hacer un comparativo con los municipios no-zapatistas circundantes, sin embargo la pura percepción puede ser suficiente para notar que las condiciones materiales, de salud y educación son mejores en esta región que en los municipios vecinos. El alcoholismo, rampante en los municipios partidistas y ausente en los municipios zapatistas, por ejemplo, es una señal muy clara.
Es en este lugar donde encontramos a Nuestro Personaje, que en compañía de Su Compañera e Hijo beben café y agua fresca en uno de los puestos que aparecen cada que hay evento en Oventik, en lo que me gusta llamar “la feria vertical”, por lo escarpado de la colina donde se instalan.
Mientras el narrador habla, la cámara, montada en un dron, hace una toma panorámica del caracol, atraviesa la entrada desde la carretera, desciende por la calzada entre la gente aglomerada que ha venido al festival. El dron desvía su ruta y entra al puesto de comida, se detiene frente a Nuestro Personaje y su familia, se acerca a él. Se le ve cansado, su rostro está enrojecido, resultado de haber estado todo el día bajo el sol de la montaña. El dron empieza a girar a su alrededor, acelera hasta provocar una vorágine visual, que va reduciendo su velocidad para dar paso al flashback
Flashback, 24 horas antes.
Interior, atardecer
Estamos en la imprenta Galaxia, en San Cristóbal de Las Casas, cinco minutos antes de cerrar el dueño entrega un paquete de fotografías a Nuestro Personaje y a Colega, que le acompaña. Es una serie de 35 imágenes del cine mexicano de ficción, retratos realizados a personajes del cine mexicano que representan a personas de los pueblos originarios.
Nuestro Personaje: A ver qué nos dicen, güey.
Su Colega: ¿Qué? Está chido, ¿no? Los pueblos indios recibirán a los cineastas, resultará interesante que unos y otros vean cómo esos cineastas han visto a los pueblos los últimos cien años.
Nuestro personaje: Pues sí, pero no es que los hayan representado de un manera muy digna, casi todos son una caricatura ridícula, y ya ves los cineastas cómo son de mamones, capaz se ofenden, y luego pues los comandantes quieren quedar bien con ellos, si piensan que esto los puede molestar, capaz que nos corren.
Su colega: Nel, no nos van a correr, cómo crees… es la verdad, no pueden enojarse por la verdad.
Nuestro personaje: Pues si. Bueno, vámonos, que ya se nos hizo bien tarde. ¿Ya llegaron los del raid?
Aparecen dos personas, un hombre y una mujer, cargando grandes mochilas de viaje:
Solidario: Ya vamos, compa, nomás vamos aquí a la esquina a echarnos un cigarrillo.
Solidaria: Ya ves que en territorio rebelde no está permitido fumar (guiña un ojo).
Exterior noche
Carretera rumbo a Chamula
Nuestro Personaje (a Solidario): Sí es por aquí, ¿verdad? O sea, ya hemos ido varias veces y todo, pero siempre maneja alguien más y además nunca hemos ido ya de noche.
Solidario: Sí, sí, tú síguete derecho, hay que tomar dos desviaciones pero ahorita te digo.
Solidaria: …y si nos quedamos dormidos, nomás recuerda: si el camino se bifurca, toma la desviación a la izquierda.
La cámara subjetiva recorre el camino rumbo a Oventik. Se ven curvas, neblina, milpas, iglesias, más curvas, más neblina, árboles, más iglesias, taxis tsuru, baches, más curvas, topes, deslaves, más pinos, más árboles, milpas… hasta que la carretera se vuelve de terracería y se ve un letrero que dice “San Andrés Larrainzar”. A la orilla del camino de vez en cuando se alcanzan a divisar entre la niebla personas zigzagueando, completamente borrachas. El auto esquiva baches y bolos hasta que llegan a una intersección. (Nota del guionista: en adelante se hará referencia a Nuestro Personaje indistintamente por su nombre completo o solo con sus iniciales: NP).
Interior del auto, noche
Su Colega: ¿Por dónde?
NP: No sé (voltea a ver a los solidarios, que para entonces ya van completamente dormidos) ¡Chale!
Su Colega: ¿Preguntamos?
NP: ¿A los borrachos?
Su Colega: Bueno, hagamos lo que dijo ella, que en la intersecció, nos fuéramos por la izquierda.
El auto toma el camino de la izquierda. Pasan por los restos de un cuartel militar, por un hospital, salen del pueblo y otra vez se ven las curvas, la neblina, el bosque mixto de pino-encino, los deslaves, los topes, los baches… y ningún auto. Llegan a Oventik. En la entrada una enorme manta con pies anuncia el festival de cine. Se estacionan en la carretera entre los camiones de redilas donde han viajado las bases de apoyo de las diferentes regiones y que desde hace dos días acampan en el caracol.
Exterior de Oventik, noche
Miliciano: No pueden estacionarse ahí, está reservado para los invitados especiales que llegan mañana.
Su Colega: Solo vamos a estar un ratito, nomás colgamos estas fotos y nos vamos.
Miliciano: Ah, bueno. Hablen con el vigilante a ver si los dejan pasar.
Caminan hacia la entrada y hablan con el vigilante:
NP: Buenas noches, somos los encargados de montar la exposición de foto, nos están esperando…
Colega (murmurando): …desde las 4
Vigilante: Voy a preguntar. Anoten sus nombres aquí.
Vigilante baja a preguntar. Luego de un rato regresa.
Vigilante: Que esperen un poco, ahí lo van a ver.
Su Colega: Bueno.
NP (a Su Colega): Diles que somos parte de la producción del festival, que nos están esperando.
Su Colega (a Vigilante): Somos de la producción, pregúntele a ese muchacho que va ahí cargando bocinas, él nos conoce.
Vigilante: Ahí les van a avisar en un rato.
Mientras esperan llega otra persona, una mujer como de 23 años, 6 meses y cinco días. Habla con Vigilante.
Mujerde23: ¿Puedo pasar?
Vigilante: Los visitantes no pueden entrar, hasta mañana.
Mujerde23: Es que vengo llegando de la ciudad de México.
Vigilante (alzando los hombros): Tenemos la instrucción de no dejar pasar visitantes hasta mañana.
Mujerde23 (la cámara hace un close up a su rostro, ella cambia el tono de voz, la iluminación se modifica y la escenografía se transforma en un antro del centro de CDMX): Mira, dile a quien sea que da las órdenes que me deje pasar, dile que soy amiga de Carolina Coppel.
Vigilante-cadenero: Bueno, voy a preguntar.
El vigilante se va. Mujerde23 se queda ahí, sentada en una de sus varias maletas con rueditas.
NP: ¡Hola! Si no te dejan pasar, nosotros en un rato regresaremos a San Cristóbal, si quieres te damos aventón.
Mujerde23 (lo mira, naturalmente, como se miraría a un acosador secuestrador o cualquiera de esas especies masculinas que pululan por el mundo): No, gracias, la persona que me trajo me está esperando, si no me dejan pasar me regreso con él.
Llega Solidario a romper el momento de tensión.
Solidario: Nosotros somos parte de la producción del festival. Ellos van a colgar unas fotos y nosotres estamos en toda la parte de proyección.
Mujerde23: Ah, que padre. Yo nomás vengo a ver. Es que me faltaba conocer Oventik, ya conozco Morelia, La Realidad, Roberto Barrios y La Garrucha.
En ese momento la cámara hace un dolly out, hasta que atraviesa la cuarta pared y se ve la pantalla del cine. Sigue hacia atrás hasta que se empiezan a ver cabezas de espectadores, como en película pirata escrineada. Una de las personas en la butaca dice:
Espectador: ¿Que es esto? ¿de pronto estamos en “Made in Mexico” y llegó Hanna Jaff a Oventik? ¡Que no mamen! ¡Esto es una revolución!
Los personajes en la pantalla lo voltean a ver y se quedan en silencio. Miran a los lados como buscando a alguien. De entre bambalinas aparece el guionista, vestido como explorador europeo en Egipto. Se le queda viendo al espectador y avanza, atraviesa la pantalla y se acerca a él.
Guionista: Esto es una ficción, los acontecimientos aquí retratados están basados en hechos reales, al igual que los diálogos. Por supuesto, vistos a través de la mirada subjetiva de quien lo está narrando.
Espectador2 (desde el otro lado de la sala): ¡Pero lo estás frivolizando! La digna lucha de las y los zapatistas merece respeto.
Guionista: Respeto mucho la lucha zapatista pero no le debo el mismo respeto a la gente de cine, ni a su frivolidad ni a su parafernalia.
Espectador3: ¡Esto es una burla! (se levanta y sale de la sala)
Guionista (levantando los hombros): Esto me pasa por no usar Final Draft, tengo que soplarme el spam del software gratuito.
Más personas salen de la sala. Guionista mira a la gente que queda sentada e inclina la cabeza, en señal de respeto y agradecimiento. Regresa a la pantalla y se despide, no sin antes hacer la señal de Raúl Velasco cuando decía “Aún hay más”.
Vigilante (que ha regresado): Ustedes pueden pasar, ella no.
Atraviesan la puerta y comienzan la bajada. En el camino han colgado unos pendones que anuncian los diferentes eventos que se han organizado para complementar el Festival Puy Ta Cuxlejaltic: “Narrativa”, “Danza”, “Música”, “Fotografía”…
NP (a Colega): Mira, ese pendón de ahí habla de nosotros.
Colega sonríe. Voltean a ver la entrada, donde Mujerde23 está recogiendo sus maletas mientras pide ayuda a las personas a su alrededor:
Mujerde23: ¿Alguien me puede ayudar con mis maletas? Tengo que llevarlas a esa camioneta.
Los dos fotógrafos llegan con la persona que les invitó (Superproductor), a quien en ese momento rodean varios militares al parecer de alto rango, mientras mueve desesperadamente botones de una consola. Hace apenas unas horas a Superproductor le avisaron que integrarían al programa un Cinema a Pie y que debe estar listo esa misma noche. Habla con ellos mientras sigue moviendo perillas y apachurrando botones:
Superproductor: ¡Llegaron tardísimo, cabrones! Ya me tuve que echar varios tiros por ustedes.
NP: Es que las fotos no estaban listas. Pero mira, ya trajimos cuerda y pinzas para ropa, para que las colguemos en la carpa donde nos dijiste.
Superproductor: No, güey, ya no va a ser en la carpa. Va ser en el auditorio Comandanta Ramona. Aquí el comandante ya mandó quitar todas las lonas que habían colgado.
Nuestro Personaje voltea y se ve el rostro del comandante (bueno, su ojos y su pasamontañas) que asiente adustamente con la cabeza.
Como este flashback ya duró mucho, se hace un resumen de lo que siguió en cámara rápida: la presentación de las fotos en cada muro del auditorio, la búsqueda de cinta doble cara, la inexistencia de cinta doble cara, la búsqueda de cinta gris (gaffer, para los cuates), la colgada y las selfies mientras colgaban la última foto (que correspondía a la protagonista de la película “Corazón del tiempo”) justo a las doce de la noche. Al fin se sientan a cenar (nota del guionista: Ahí que el cinefotógrafo vea como le hace, pero se tiene que notar que los tamales, los tacos y el atole estaban deliciosos). Al terminar de cenar los alcanza el Superproductor y platica con ellos de las anécdotas del día. Miran el reloj, se asustan y se disponen a regresar a casa. Al retirarse se despiden de la gente que a esa hora todavía está chambeando colocando las luces en la entrada principal del auditorio.
NP (a un grupo de encapuchados): ¡Buenas noches!
Encapuchado: ¡Buenas noches!
Encapuchado estira su mano para saludar-despedirse, Nuestro Personaje al oír su voz en la oscuridad descubre que es nada más y nada menos que el Subcomandante Galeano. Tras 25 años de ser parte del fandom zapatista al fin lo saluda de mano (se sugiere hacer un flashback del flashback para encontrarnos a una versión muy joven de Nuestro Personaje en aquella marcha del doce de enero de 1994 y ver todo su recorrido acompañando a nivel calle, atendiendo su casilla de cada una de las consultas, repartiendo volantes, vistiendo playeras, en la fundación del FZLN, en las preparatorias y en los primeros eventos de la Otra Campaña, así, hasta llegar a este punto, donde siente que un montón de globos lo elevan unos centímetros del piso).
NP (repite): ¡Bu-buenas no-ches!
Hace el mismo desfiguro para saludar al Subcomandante Moisés.
NP (en off para sí mismo): “¡Piensa en algo, di algo! ¡Carajo, este es un momento importante de tu vida! ¡Toda tu vida pensaste en lo que dirías en este momento, recuerda alguna de esas frases célebres!!”
NP (a los comandantes): Bueno, ya acabamos nuestro trabajo aquí. Buenas noches.
Se da la vuelta y se retira, con rumbo a la salida. La cámara en gran angular y con alto contraste enfoca su rostro descompuesto y sudoroso.
NP (en off, para sí mismo): Pendejo, “yi iquibimis nistri tribiji, buinis nichis” (hace voz de Ron Perlman en El Nombre de la Rosa mientras se golpea la cabeza con una mano) “stupid, Salvatore, stupid”.
Nuestro Personaje y Su Colega avanzan a toda prisa preocupados por el recorrido nocturno que les espera. Al pasar junto a una pareja de bases de apoyo, uno de ellos les habla, diciendo su nombre. Se quita el pasamontañas y es un viejo conocido de Colega. Hablan un rato y se despiden con un abrazo, con respeto y admiración.
Corte a:
17:58, momento actual
Exterior, crepúsculo
Nuestro Personaje ha terminado su café. Junto con su familia salen al gran pasillo donde ya empieza a llegar mucha gente de la ciudad. Llegan apenas, a pesar de que la inauguración oficial fue hace unas horas con la proyección de un bloque de varias piezas de diferentes realizadores (“Mujeres que luchan”, de Koman Ilel, fue la primera, seguida de “El desafío indígena” de Inti Cordera; “La Candidata Imposible”, de Rodrigo Hernández y Elpida Nikou; “Gira”, del Proyecto Videoastas Indígenas de la Frontera Sur; “Las mujeres que luchan”, de Rocío Martínez Ts’ujul; “Yoo’oram Luturia” y “Comcaac quih yaza quih iicp cöismatoomlam quih”, de La Marabunta Filmadora y por último “Ana y Bruno”, de Carlos Carrera).
NP: ¿ya viste que no llegó nadie de la prensa a las primeras proyecciones?
SuCompañera: Llegarán en la tarde, para la buena
NP: ¿Pero qué van a decir de la inauguración?
SuCompañera: Pues van a decir que eran trabajos de Los Tercios Compas, usando el nombre como genérico intercambiable. O dirán “varios trabajos locales y Carlos Carrera”, o bien con que cabeceen su nota con una frase mamerta y condescendiente de alguno de los famosos que vendrá, nadie notará que no estuvieron en la proyección inaugural.
NP: Zaz, eres bien mala, no les perdonas nada.
Ahora está proyectándose el segundo bloque, compuesto de “Reed, México Insurgente” de Paul Leduc y la que toda la gente “de fuera” viene a ver: “Roma”, de Alfonso Cuarón. Las proyecciones del primer bloque se hicieron simultáneas en las dos salas, sin embargo “Roma” solo se proyectara en la sala principal, el Auditorio Comandanta Ramona.
SuCompañera: ¿Por qué no la van a proyectar en las dos salas? No vamos a caber.
NP: El equipo de Cuarón trajo su propio proyector, porque dicen que se tiene que ver en toda la calidad en la que fue filmada.
SuCompañera: ¡Pero la va a distribuir Netflix! Que no mamen.
NP: Bueno, además el proyector incluye unas “llaves” que solo permiten proyectarla en las fechas y horas en que lo ha autorizado la distribuidora.
Compañera: Ah, ya, el copyright.
NP: El copyright es tan poderoso que hasta se impone en territorio rebelde y autónomo.
Corte a:
Interior, día
Superproductor (plano medio, muy serio, desde una cabina de proyección): El proyector no cuenta con puertos que permitieran conectar las otras dos salas, aunque se propuso proyectar en la otra sala a través de una cámara que tomara la pantalla, la idea fue rechazada por el equipo de proyección porque demeritaría su calidad (y claro, el miedo al pirataje). El equipo de “Roma” propuso hacer varias proyecciones, pero ello iba a implicar desplazar otras películas, principalmente de producciones locales y regionales, por lo que se decidió –desde mi punto de vista con mucha dignidad y respeto al resto de los realizadores– no repetirla y darle la misma oportunidad a cada una de las producciones.
Corte a:
Exterior, crepúsculo
Seguimos enfrente del auditorio Comandanta Ramona. La gente que veía Reed empieza a salir (casi puras bases de apoyo, con pasamontañas y paliacates), mientras que quienes vienen a ver Roma se van juntando (casi todos de la gran ciudad, con vestimenta tradicional de la región Roma-Condesa).
Colega2: Gúey, ¿ya viste quién está ahí?
NP: Sí, claro, es Regina Orozco
Colega2: No cabrón, junto a ella!
La cámara hace un paneo rápido, al otro lado de la calzada está Regina Orozco que está platicando muy animada con vemos una figura de baja estatura que apenas se alcanza a percibir en la penumbra. Al hacer zoom in se descubre que se trata de Gael García Bernal.
NP: Ora, es el pinche Gael!
Entra Narrador a escena, en primer plano y en 3D. Mientras habla camina frente a las personas que están junto a NP. La cámara le sigue en un travelling que recorre los rostros de la gente de ese lado de la calzada.
Narrador: Luego de que Nuestro Personaje dice en voz alta el nombre de Gael un murmullo se empieza a esparcir entre las personas a su alrededor. Efectivamente, aunque rebeldes y en resistencia, el efecto Hollywood es el efecto Hollywood a afecta más allá de lo que quisiéramos. La industria les ha convencido que esas personas son especiales, que hay que admirarles, que hay que rendirles culto. Todo el mundo mira a Gael, inevitablemente, y de todas las etnias locales: tsotsiles, tseltales, caxlanes… los únicos impasibles son los Roma-Condesa, acostumbrados. Pero en Los Altos de Chiapas, aunque tengan varios festivales de cine, son muy diferentes a Cannes, a Berlín, a Los Ángeles… estos personajes de la tele no se ven todos los días, o todos los meses, o todos los años. Para muchos de los ahí presentes (sin importar la etnia) es la primera vez que están frente a frente con una “estrella”. Habrá quien diga que en este festival no hubo selfies, habrá quien diga que nadie reconoció a Gael, en ese afán del siglo XX de encontrar en los pueblos almas puras y alejadas del chopol de la modernidad. Pero veamos a esta persona (señala a una mujer del grupo que mira a Gael) es una mujer hecha y derecha, chiapaneca ella, obtuvo una beca y está estudiando el doctorado en otro país, lejos de su tierra. En este momento se arma de valor y se acercará a pedirle una selfie a la estrella, una foto con un actor que respeta y que está, por azares del destino, en su tierra, al mismo tiempo que ella. (Narrador sale de escena y la imagen vuelve a ser en 2D)
NP (en off, para sí mismo): Chingale, va a pedirle una selfie. Esto se va a descontrolar.
Chiapaneca: ¡Hola, Gael!
Gael (que ya se las huele, le responde con un dejo de desprecio sin apenas mirarla): Hola (se voltea a seguir platicando con su amiga Regina)
Chiapaneca, que se ha quedado en visto, insiste:
Chiapaneca: Oye, disculpa, es que conozco, respeto y admiro mucho tu trabajo, yo sé que no viniste acá para eso, pero quería pedirte si puedo tomarme una foto contigo…
Gael: Oye, pero te estás saliendo del protocolo (voltea a ver a Regina y los dos hacen una risa burlona).
Chiapaneca: ¿Cuál protocolo? Ándale, así, rápido.
Gael: Pero es que aquí no se trata de eso, aquí todos debemos traer el rostro cubierto porque somos compas.
NP (escuchando la conversación a la distancia exclama en voz baja): ¡No seas mmmamón!
SuCompañera (que está junto a Chiapaneca dándole ánimos, le dice al Gael): Bueno, si se trata de “seguir el protocolo”, entonces los dos tápense la cara y tomense la foto, y ya. Acá no están prohibidas las fotos.
Gael busca otro argumento, pero no encuentra ninguno, así que finalmente accede a la selfie. (Nota del guionista: aquí puede introducirse un flash forward donde se vean todas las selfies que Gael se tomará en estos días, en un cris-cross de rostros de Gael haciéndose del rogar e inventando nuevas formas de faltarle al respeto a cada uno de esos fans-from-hell filozapatistas y luego sonriendo para la cámara. El flashforward puede cerrar con la selfie de Gael, el Sup Galeano y la mano del Sup Moy publicada en la Revista Quien).
Corte a:
18:00, momento actual
Interior, noche
La gente empieza a entrar al auditorio para ver Roma. Está dividido en tres grandes secciones. En la de hasta adelante se ubican los invitados de la etnia Roma-Condesa y los mandos regionales zapatistas (el politburó zapatista), en la segunda y tercera se acomodan las bases y los demás asistentes sin gafete especial. Comienza la función, las palabras, la entrega de reconocimientos (que en este festival se llaman “respetos”). La imagen y el sonido son espectaculares, así como el gran auditorio Comandanta Ramona, que es una obra faraónica construida ex profeso para el festival. Se miran los rostros emocionados y expectantes de todas las personas ahí reunidas, es un acontecimiento, sin duda, para la historia.
Corte a:
Exterior, noche
Nuestro personaje y su familia siguen ahí parados, afuera del auditorio. La gente que pasa les empuja, les pisa, les atropella. La pelúcula de Paul Leduc ha terminado y llega el momento de Cuarón. Se miran y al fin SuCompañera habla:
SuCompañera: ¿Tons qué? ¿intentamos entrar?
NP: ¿Cómo ves?
SuCompañera: Pues… se ve que se va a poner difícil.
NP: ¿Ya viste a ese?
SuCompañera: ¿Cuál? ¿ese?
NP: ¡No, el otro! ¡ese!
SuCompañera: ¿Ese?
NP: No, ese no. Ya hasta se fue.
SuCompañera: ¿Tons qué?
NP: Ps es que está bien difícil…
Por la mente de nuestro personaje pasan varios momentos. Se ve la invitación al festival (desenfocada), mientras la cámara hace zoom in se va enfocando la parte donde dice: “estos asientos son preferenciales para las mujeres, hombres, niños y ancianos zapatistas; y para las personas invitadas. O sea que entran los compas primero, junto con invitados, y ya si hay lugar, pues entran los demás”. Luego la cámara se pasea alrededor: los compas que servían café siguen sirviendo café, los tercios compas que se dedicaron a vender fichas para acceder a internet siguen vendiendo fichas para que la gente de la ciudad pueda mandar sus selfies, los milicianos siguen apostados a todo lo largo del camino, las compas que cargaron las maletas de las invitadas especiales siguen ahí afuera en diferentes labores. Se ve también otro momento, cuando al medio día llevaron a su hijo al baño, un par de guardias les impide el paso y les señala un letrero: “baños para invitados especiales”. Miran sus gafetes y comprueban de nuevo que no son invitados especiales, ni siquiera invitados, sólo “equipo de apoyo”.
NP (en off, para sí): jeje, los invitados especiales se van a ir sin experimentar una de las experiencias fundamentales de los urbanos visitando Oventic.
SuCompañera: Me está doliendo la cabeza.
NP: Chale
Voltean a ver a Hijo, que también se mira cansado.
NP: ¿Y si mejor nos vamos?
SuCompañera: Sí pues, mejor.
Caminan lentamente rumbo a la salida. Suben la cuesta, mientras abajo en el auditorio ha empezado la fiesta. Nuestro Personaje se quita el gafete de “equipo de apoyo”.
NP: Tenía muchísimas ganas de ver Roma.
SuCompañera: Ya sé, yo también…
18:05
Exterior, noche
Mientras sube, Nuestro Personaje recuerda los sucesos de la mañana.
Flashback: Nuestro Personaje y su familia están esperando la autorización para entrar. Llegaron temprano, porque Productora les pidió estar desde antes para lo que se requiriera. Llevan más o menos una hora afuera, tendidos al sol. El hijo juega con las pinzas para ropa que al final la noche anterior no se usaron para colgar las fotos. Ven pasar a los primeros invitados especiales, pero ellos, el equipo de apoyo, todavía no puede pasar. Están esperando junto a los del equipo de Promedios (que no son invitados especiales, ni equipo de apoyo, ni ninguna de sus producciones está en el programa, a pesar de que por lo menos los últimos veinte años han estado trabajando en territorio zapatista, produciendo audiovisual y formando comunicadores, su ausencia en el programa del festival es un misterio del que nadie habla ni pregunta). Pero ellos no se desesperan, están ahí, esperando que les den la autorización de pasar.
Aparece Productora. Llama aparte a Nuestro Personaje.
Productora: Tengo que decirte algo. Mientras desayunábamos llegó un señor, ese que está ahi (señala a Javier Elorriaga, que está entregando gafetes en la mesa de registro) y nos dijo que teníamos que quitar tus fotos.
NP: ¿Cómo? ¿Por qué?
Productora: Pues quién sabe, no nos dijeron
Solidario: Llegó ese güey conmigo, me agarró del brazo y me dijo “tienes quince minutos para quitarme todo esto”, yo le dije “pero es parte del Festival, lo autorizaron ayer los comandantes” y me respondió “estás en territorio militar, son órdenes, no cuestiones y ya basta de jueguitos”.
NP: Wow, hace como diez años que no les escuchaba usar ese argumento
Productora: Pues la cosa es que las tuvimos que descolgar. Están ahí, en las butacas del segundo auditorio. Yo digo que las vuelvas a colgar, puedes usar la carpa blanca que está en la zona de las canchas.
NP: Ah, ya sé cuál, la que está en el camino a los baños. Me parece chido, así la verá más gente.
Nuestro Personaje piensa que debería ofenderse, que debería agarrar sus fotos y largarse. Piensa buscar a Elorriaga y exigirle una explicación (“y de paso le pregunto de aquella vez que nos extravió cuando fuimos en la caravana que acompañó a los desplazados de Zinacantán”). Piensa en armar un desmadre. Cuando regresa a su piso de espera, ve a los Promedios, que siguen esperando su turno para entrar; voltea a ver a su familia, que ha venido a ver sus fotos (y a ver Roma); mira el pendón que dice “Fotografía” y piensa en Productora y Superproductor que han dado la cara para defender su trabajo, tan lejano de la estética militar-militante y del realismo zapatista.
NP (en off, para sí mismo): Va, hay que colgarlas.
Corren, rescatan las fotos del público que ya empezaba a abarrotar la sala para las primeras funciones. Con paciencia y ayuda de Solidaria van quitando los chingos de cinta que le habían puesto para que no se cayeran. Ocupan su carpa, cuelgan las fotos con ayuda de Colega2 que ha venido a poner una instalación de postales del Colectivo Tragameluz. Al final se ve bien, un espacio digno. Se han perdido la inauguración, esperaban ver Ana y Bruno pero Nuestro Personaje decide quedarse para darle a la gente que pase por ahí las explicaciones de su trabajo. Los compas bases de apoyo preguntan y él les explica, una por una, los personajes, los actores, los directores. También pasan por la carpa personajes de la gran ciudad y de su pueblo, y también les atiende con amabilidad y deferencia, como a todos.
Compa: Este si es mero indígena, ¡ve!
NP: Sí, pero tiene puesta ropa tradicional de Oxchuc y la película sucede en Tenejapa, además el actor sí es indígena, pero de la península de Yucatán, de allá lo mandaron traer.
Compa: Cabrones.
NP: Sí. Luego los cineastas no se fijan en cosas importantes.
Compa: Gracias.
NP: Pásele.
Documentalista famosa de apellido impronunciable: ¿Esto qué onda?
NP: Pues es un recorrido por la historia del cine mexicano, la representación de los pueblos en el cine de ficción.
Documentalista famosa de apellido impronunciable: ¿Pero qué? ¿siempre lo han hecho igual, no? chafa..
NP: Pues no necesariamente, el cine ha reflejado las diferentes etapas de la política indigenista del Estado mexicano. En un principio eran malos malvados, luego eran rejegos que se oponían al progreso, luego eran ingenuos e inocentes a quienes se debía ayudar, luego seguían siendo personajes inocentes pero llenos de sabiduría ancestral, luego…
Documentalista famosa de apellido impronunciable (interrumpiendo): Ah, bueno, está bonita eh… gracias.
Prome1: Tengo unas películas que te voy a pasar, están buenísimas, salen aztecas y dinosaurios.
NP: ¿Neta?
Prome1: Me cae. Está cagadísima. Es más, deja ver si la traigo (saca su compu, la busca, la encuentra y le da play)
NP y Prome1: (mientras ven la película): Nu mmaaaaa, pinches gringos…
Prome2 (que se ha quedado mirando las fotos): ¿Hiciste estas fotos nomás para molestar, verdad?
NP: No lo hice con esa intención. Pero en todo caso, si ha molestado, me parece una molestación pertinente y adecuada.
Nuestro personaje espera todo el día a que Elorriaga pase por ahí para preguntarle, para tener algún tipo de explicación, pero no llega. Sigue presentando su trabajo y platicando la trama de las películas que le resultan más ajenas a los visitantes. La cámara hace un tilt-up, se le ve frente a la carpa. En time-lapse se mira como las sombras y las personas se mueven durante todo el día y él sigue ahí, de pie. SuCompañera e hijo han ido a ver el espectáculo de clown, que es muy divertido. Aparece Superproductor.
Superproductor: ¿No vas a ver ninguna película?
NP: Pues sí tengo ganas, pero estoy aquí, atendiendo el puesto.
Superproductor: Igual ahorita que empiece Reed, se meten y se van hasta atrás, y ahí se quedan, para ganar lugar y ver Roma.
NP: Ándale, pues si, igual y si.
La familia regresa y abandonan el puesto. Suben al auditorio e intentan entrar, los guardias de la entrada miran sus gafetes:
Guardia: Ah, es que ya no hay lugar.
NP: ¿Ya no?
Guardia: Ya no. Pero pueden verla en la otra sala, están pasando la misma.
NP: Ah, ya. ¡Gracias!
Rumbo a la segunda sala (donde se proyecta un video mapping que juega con uno de los murales, se encuentran con un puesto de café.
NP: ¿Qué, nos echamos un café antes?
SuCompañera: Va, sirve que nos sentamos un ratito.
18:15
Exterior, noche
En el auto, rumbo a San Cristóbal, el dolor de cabeza de SuCompañera se convierte en migraña.
SuCompañera: No puedo más, maneja tú.
NP: Va, pero nos iremos despacio, de por sí no sé manejar.
SuCompañera: Sí, sí, con calma. Ahí te voy diciendo.
Nuestro Personaje toma el volante. Enciende la radio. Se escuchan himnos.
NP: Es una de esas estaciones religiosas, ¿no?
SuCompañera: No, escucha bien, son cantos de la lucha.
NP: Es cierto, debe ser la estación que emite desde Oventic.
SuCompañera: Sí, esa mera.
Se quedan en silencio mientras escuchan una canción hecha para dar ánimos en la lucha pero cantada sin ganas, ni convicción.
NP: ¿Hicimos bien en no quedarnos, verdad?
SuCompañera (semidormida): Si. Ya estábamos cansados y no está chido, a la hora de la hora si entrábamos nosotros significaba que tres compas se iban a quedar afuera.
NP: Es cierto. Nos tocó ser de la banda de afuera, la que le estuvo chingando, para que los chilangos pudieran ver la película que igual podían ver en el Cine Tonalá o en Netflix.
SuCompañera: Pfff… no le sumes al dolor de cabeza.
Termina la canción. Suena la voz del Subcomandante Moy:
Sub Moy: “Esta lucha contra el capitalismo seguirá hasta que el pueblo tome los medios de producción…”
En ese punto se topa con una intersección. Quiere preguntar pero SuCompañera e Hijo ya están dormidos. Recuerda la voz de Solidaria:
Solidaria (voz en off): Si el camino se bifurca, siempre toma a la izquierda.
Nuestro personaje mira a su familia, da vuelta a la izquierda y apaga la radio.
Fin
Leonardo Toledo Garibaldi
Otoño de 2018
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