¿Y en dónde está el gobernador de Chiapas?

En una estrategia que muchos interpretaron como el viejo juego de no aparecerse en ningún foro para no despertar la inquina del actual morador de la Casa de Gobierno, Rutilio Escandón Cadenas se ha mantenido agazapado, con pocas y contadas apariciones públicas.

El problema es que tampoco convoca a reuniones con sus posibles colaboradores para delinear su programa de gobierno. A estas alturas ya debería saber con certeza quiénes integrarán las principales carteras de su gabinete, pero no es así.

El gobernador electo no cuenta con un grupo consolidado de colaboradores, y aquellos que se vislumbraban que formarían parte de su gabinetazo, han aparecido en otro lado, como es el caso de Aquiles Espinosa, quien se ha convertido en secretario municipal del ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez.

A casi dos meses de que Rutilio Escandón tome posesión, hay una lucha soterrada de políticos que se disputan un espacio en secretarías, direcciones y coordinaciones. Se escamotean, florece la intriga, y eso que ni siquiera se han hecho del poder.

Patrocinio González Garrido y Rutilio Escandón Cadenas.

El comandante en jefe es Ismael Brito Mazariegos, pero ni siquiera él tiene el puesto asegurado, aunque todo mundo da por hecho que será el próximo secretario de Gobierno. Sin embargo, otros también se sienten con derecho, no por la buena relación con el gobernador electo, sino por las buenas migas, dicen, que han hecho con el equipo de Morena.

La incertidumbre, más que la estrategia de no enfadar a Manuel Velasco Coello antes de tiempo, se debe a que Andrés Manuel López Obrador podría nombrar al mayor número de miembros del gabinete chiapaneco. Por su visto bueno han pasado también los nombramientos del gobierno de la Ciudad de México y Tabasco. No es para menos, se siente parte de estas entidades y en esas quiere gobernar.

Con esa injerencia tan fuerte, es difícil para el gobernador electo imponerse, barajar nombres, pronunciarse por proyectos, realizar giras de agradecimiento o efectuar un diagnóstico, que por lo menos apuntale su ruta de gobierno, sobre la situación en que recibirá Chiapas.

Rutilio Escandón se concreta a repetir, como lo hizo en campaña, el programa de austeridad que predica AMLO, como la de no vivir en la Casa de Gobierno, no viajar en aviones particulares, y no robar, no mentir y no traicionar al pueblo, porque es pecado. 

Sus reuniones son deslucidas. No provoca emociones y tampoco genera convocatoria. En sus raquíticas apariciones hay pocas personas y poco entusiasmo.

Hoy lo veremos en el Congreso del Estado en donde presenciará la toma de protesta de los 40 diputados que integrarán la nueva legislatura, 22 de los cuales serán de su partido; después bajará otra vez sus apariciones, quizá para integrar de una vez por todas su gabinete, porque hasta el momento, los posibles aspirantes a ocupar secretarías y direcciones están en la incertidumbre.