Reflexiones históricas a 50 años de 1968.

Por Max Sánchez

El Filósofo Español José Ortega y Gasset  comentaba que la Historia procede muchas veces  a saltos y que esos saltos en que se salvan simultáneamente fantásticas distancias espirituales, se llaman generaciones. Esta vez es tarea de nuestra generación recordar el ayer, cuando la voz de muchos jóvenes estudiantes a lo largo del mundo se levantaran  para exigir un cambio de paradigmas en cuanto a las formas y los fondos que el aparato de Gobierno realizara para no perder el poder.  Hoy recordando a Ismael Serrano;  vuelve a quedar  lejos  Jaén Paul-Sartre y aquel Mayo Francés.

2 de octubre no de olvida…

 

Hoy nuevamente suena en la lejanía Barry McGuirie haciendo alusión  a las  vísperas de la destrucción retomando una vez más  la voz de  los miles de jóvenes norteamericanos  que fueron a pelear y morir en el Vietnam de Ho-Chi-Mind, mientras que de éste lado del Pacifico en la tierra del Avandaro  del 71 y del Woodstock  del 69 se pedía un alto al fuego contra el pueblo de Vietnam, el cual se defendía del imperialismo reaccionario de los Norteamericanos y su miedo al comunismo,  Mao Tse-Tung planteaba que todos los reaccionarios eran Tigres de papel.

Hoy, 50 años después parece que Barry McGuirie no se equivocó con las  predicciones sobre las vísperas de la destrucción, quizá  Mao si lo hizo puesto  que los reaccionarios fueron y siguen siendo todo menos tigres de papel,  demostrando que el poder se debía mantener, así por el  control político y la legitimidad se cometieron las peores atrocidades contra la juventud organizada que tan solo clamaba por  un mundo mejor el cual  no se viera envuelto en los ciclos obscuros de las guerras y la destrucción, hoy esos valientes jóvenes nos recuerdan a la canción de “Fortunate Son de Creedence Clearwater Revival”, puesto que esos jóvenes en su mayoría no eran hijos de familias acomodadas, pero si hijos de obreros de las grandes ciudades y del campo los cuales  “buscaban  tantas historias y tantas preguntas” como  Bertolt Brecht lo haría en preguntas  de un obrero que lee.

Hoy, nuevamente estamos frente a los recuerdos de aquel Mayo Francés y la Universidad de Paris, donde fueron detenidos varios estudiantes del Comité Vietnam Nacional  y también  fuera atacada la Sorbona por parte de  la policía, el profesor Carlos Iladies opina; que  tras el ataque  y el allanamiento de la Soborna los maestros y los estudiantes entraron en huelga hasta que  la autoridad policial abandonara el campus universitario y liberaran a los compañeros detenidos.  Charles de Gaulle en respuesta a esta acción mando a la fuerza pública a romper con las barricadas estudiantiles hiriendo y deteniendo a decenas de jóvenes. En  México la efervescencia de la juventud de  aquel Tlatelolco empezó a germinar  en el Estado de Guerrero  el 21 de Octubre de 1960  cuando en Chilpancingo inicio  una huelga de jóvenes universitarios, quienes  clamaban  y demandaban la autonomía universitaria, así como la destitución del rector, las reformas a la ley orgánica de la institución y el aumento en los subsidios, pues siguiendo con la línea del dirigente universitario Mark Rudd  de la Agrupación de Estudiantes por una Sociedad Democrática de la Universidad de Columbia  no se equivocó al decir que las universidades  podrían producir e impartir conocimientos para el progreso, porque  se ha demostrado que las universidades siempre han sido cuna de hombres y mujeres libres que han puesto sus mejores ideas al servicio del mundo.

En 1968,  volviendo a citar al profesor Carlos Iladies;  todo empezó como una bronca en la ciudadela entre dos pandillas locales que se enfrentaron a los alumnos de las vocacionales del IPN,  en dicha pelea intervinieron los granaderos causando grandes destrozos en los recintos politécnicos, tras estos hechos de violencia empezó el  largo camino del movimiento estudiantil. El ejército también ataco a las preparatorias de la UNAM, tras este ataque realizado contra la Autonomía Universitaria, el  Rector Javier Barros Sierra izó la bandera nacional a media asta el 1 de Agosto,  esto, en señal de protesta exigiendo la pronta liberación de los presos políticos y  encabezando una marcha que tuvo como ruta la avenida insurgentes. Dos meses después, el 2 de Octubre de 1968 el ejército mexicano disparo  hacia la explanada de la plaza de las dos culturas la cual se encontraba abarrotada de estudiantes, niños, mujeres y ancianos quienes fueron fulminados bajo el grito de “Batallón Olimpia, no disparen”. 50 años después;  aún  no se sabe realmente cuantas víctimas perecieron tras el fuego de ese día, creo firmemente que hoy es necesario   comentar  que  la muerte no se puede medir en números sino en la importancia de las ausencias.

Hoy,  nos queda recordar que aquellos jóvenes franceses y mexicano que al igual que Albert Camus,  se negaron  a estar de lado de la plaga y entendieron de Bob Dylan que los tiempos estaban cambiando.

En México a 50 años de Regina, de Barros Sierra, de la Nacha Rodríguez, de Luis Gonzales del Alba, Guevara Niebla o el mismo José Revueltas y  El Apando vuelve a sonar “Paint in Black de Rolling Stones”  esta vez la melodía nos hace no voltear la cabeza buscando mirar hacia otro lado, hoy tenemos   derecho a no olvidar lo que paso aquella tarde del 2 de Octubre descrita en cadena nacional por Jacobo Zabludosky como  “Hoy fue un día soleado” yo les planteo  la siguiente  pregunta; ¿alguna vez ha visto la lluvia en un día soleado?

El 2 de octubre de 1968 nos enseñó en palabras de Fabrizio Mejía Madrid; que el Partido de Estado no era una ideología, después de todo era un Partido no para ganar el poder, sino para no perderlo, dicho Partido se vio  arrinconado tras el inicio del fin del milagro mexicano y los últimos vestigios de una Revolución Mexicana la cual fue ultrajada. Ni las olimpiadas pudieron mantener la imagen de buen gobierno pues en palabras de  Lola d,Orcasberro quien fuera visitante de la delegación francesa en las Olimpiadas; los estudiantes le robaron la cámara a las olimpiadas.

50 años después   es necesario reconocer que los primeros promotores de la transición democrática en nuestro país fueron aquellos  jóvenes estudiantes quienes de manera organizada se plantaron bajo la exigencia de un cambio de rumbo en el nación, sin Tlatelolco la reforma política del 1977 no tendría sentido puesto que el Estado se vio en la necesidad de empezar la apertura del sistema y el cambio de las reglas democráticas, sin Tlatelolco la señal de ruptura de 1988 no sería la misma ya que   1968 para el Partido de Estado significo la primer herida de gravedad que intentaron suturar pero en 1988 se volvió a abrir  reviviendo el sangrado.  50 años después aquella generación de Tlatelolco por fin vio germinar su valiente lucha en cuanto a la transformación del sistema democrático en México.

Hace un año tras los sismos ocurridos en México un cibernauta reconocido de la red social de Twitter púbico: “Los jóvenes han tomado la CDMX. Espero que ya no la suelten”   hoy es necesario hacer énfasis que los jóvenes desde hace 50 años tomaron la ciudad, tomaron el país  y jamás lo han  soltado  demostrando  que la fuerza de la juventud puede más que cualquier fusil, haciéndonos ver que  las ideas son eternas. Tlatelolco hoy nos recuerda  en palabras de Muñoz Ledo; “Por delante esta nuestra contribución a la historia; hacia atrás, solo la inaceptable claudicación”.

 

 

 

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