La Feria de la alegría
Martes 2 de octubre (no se olvida): se clausuró la FILUNICACH 2018 y se abrió un camino de esperanza. La Feria del Libro celebrada en la UNICACH fue un éxito. Allí confluyeron intelectuales en general, poetas, escritores, artistas, científicos sociales, conjuntados alrededor del Libro (con mayúscula), el instrumento por excelencia del saber y de su difusión. Fue una feria alegre, juvenil, en la que floreció la palabra libre y el intercambio generoso de ideas. Hubo presentaciones de libros con variada temática. Escuchamos de las luchas del poblado de Temacapulín en los Altos de Jalisco, por defender su río y su existencia ante la necedad gubernamental de construir una presa que amenaza a varios poblados situados a lo largo del cauce del río verde. Al lado de ello, se habló de la obra de Lawrence Krader, el antropólogo marxista descubridor de los Cuadernos de Notas Etnológicasde Marx; no faltaron los poetas y los escritores, así como las conferencias magistrales, las mesas o paneles, las pláticas entre presentación y presentación. También se vendieron los libros, a decir de los editores. Todo ello enmarcando un merecido homenaje a la obra, al talento, de Carlos Navarrete, arqueólogo, escritor, etnólogo, musicólogo y maestro, para destacar sus cualidades más visibles. El ambiente de la feria fue festivo. Había una alegría contagiosa en los jóvenes que acudieron a ella. Hubo mucha celebración y ello es signo de que tiempos mejores son posibles. Habrá que abogar por la continuidad de esta feria del libro que sitúa a la UNICAH a la vanguardia de las Universidades en el Sureste Mexicano. Es una Universidad que necesita cuidarse, valorarse. La UNICACH es estratégica no sólo por ser heredera de la educación superior enraizada en la historia chiapaneca, sino porque su vocación claramente latinoamericanista está enraizada en Chiapas, la tierra de la gente por la que pelearon Fray Bartolomé de las Casas y Fray Matías de Córdova. Chiapas es claramente centroamericana culturalmente hablando, es la parte en donde México se afianza como enlace latinoamericano y caribeño. Justo la obra literaria de Carlos Navarrete lo demuestra a través de una narrativa que incluye a libros como Oraciones a la cruz y al diablo o ese texto que honra al lenguaje de la gente común y corriente como dice Eric Hosbawm:Los arrieros del agua.
Ha sido significativo que la FILUNICACH 2018 cerrara sus actividades justo el 2 de octubre. Porque con ello traza un abrazo con los jóvenes de 1968, que pelearon para que las Universidades no dejen de ser las conciencias críticas de la sociedad mexicana. Además, la FILUNICACH se consolidó desde su inicio porque está hecha de académicos, estudiantes y trabajadores con un alto nivel intelectual que transformaron a la Feria en un ámbito creativo. Abre así la UNICACH una avenida muy ancha, como lo visualizó Salvador Allende, por la que transitarán los creadores, los científicos, los humanistas, los intelectuales, los jóvenes, sembrando la semilla del saber y abonando por un Chiapas que retome su vocación humanista. Que así sea. Larga vida a la UNICACH, la Universidad de Chiapas, la Casa de la Temporalidad Mexicana, Latinoamericana, Caribeña.
Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 2 de octubre de 2018.
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