Proceso de privatización de la educación en San Cristóbal de Las Casas

Foto Icoso

La población de la Cd. se a incrementado en un aproximado de 6 a 8 mil habitantes por año sin que a la par del crecimiento poblacional se haya incrementado el número de espacios escolares públicos y se sabe de un gran número de escuelas privadas incorporadas a la SEP que han sido abierto del 2010 a la fecha.

La saturación de niños en los grupos escolares genera problemas de bullying, bajo rendimiento, estrés laboral y una alta tasa de quejas de padres ante los organismos de Derechos Humanos por violación a los derechos de sus hijos.

En México tenemos un sistema educativo público desde 1921, garantizado por el artículo 3º constitucional a pesar de que se ha modificado, conserva en esencia lo planteado desde sus orígenes:

Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado –Federación, Estados, Distrito Federal y Municipios–, impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior.

El artículo tercero constitucional forma parte de las garantías individuales en donde “se expresa una elección social fundamental, que forma parte de la clase de sociedad en la que queremos vivir. En otras palabras, es ahí donde el Estado se obliga frente a los individuos” (Bracho, 2009). Las garantías individuales se interpretan en términos de derechos humanos. La importancia de la educación escolar radica en que representa el acceso formal —sistemático y organizado— a la cultura, a la formación cívica, al conocimiento y a la oportunidad de aprender a aprender.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa en una de sus publicaciones, se entiende por “escuela es un espacio social que, en principio, deben compartir todos los niños, adolescentes y jóvenes como expresión de un bien social que se ha logrado en alguna medida y como fundamento de una convivencia justa y democrática. Por la relevancia de la educación escolar, la tarea principal del Estado mexicano ha sido conseguir la universalización de la educación obligatoria, centrada en la cobertura del servicio educativo y en lograr el acceso de todos, primero a la educación primaria (1917), luego a la secundaria (1993) y al preescolar (2002)”

Cabe señalar que el derecho a la educación implica, entre otros elementos, la existencia del servicio de educación básica, que los niños y las niñas asistan a la escuela, permanezcan en ella el tiempo estipulado para realizar sus estudios básicos, transiten de un grado a otro y de un nivel a otro de manera regular, logren aprendizajes relevantes para su vida presente y futura y concluyan estos estudios con oportunidad. Además, la educación ofrecida debe ser para todos de calidad con equidad.

Hablar de educación escolarizada es, sin duda, un tema complejo pues es en la escuela en la que se reflejan las más diversas problemáticas, la escuela y las aulas se convierten en una caja de resonancia de la realidad social externa de cada familia a la que pertenecen los niños que asisten a la escuela.

 

Los maestros, el edificio, los niños y las niñas y los padres de familia son la escuela.

Sabedora de la diversidad de problemas, me abocaré a algunos en particular.

¿De que manera garantizar el servicio educativo de calidad, tal y como lo plantea el 3º constitucional?

Para ningún maestro o director de escuela es desconocido que por los meses de diciembre o enero empiezan a transitar los padres y madres con hijos en edad escolar por las escuelas más grandes de la ciudad, buscando garantizar un espacio, incluso a cualquier precio.

¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué resulta tortuoso e incierto el futuro escolar de los niños de San Cristóbal de Las Casas? ¿Por qué, a pesar de ser un derecho consagrado por la constitución, no es posible garantizar plenamente el ingreso a la escuela de su elección?

En los últimos años, se hace cada vez más difícil conseguir un lugar en las escuelas urbanas. Los colectivos docentes han implementado diversos métodos para regular el proceso de ingreso ante la numerosa demanda de espacios. Dichos métodos han sido:

  • Considerar en la matrícula a los padres que ya tienen hijos o familiares inscritos en la escuela,
  • Considerar el área geográfica, que sean del barrio o la colonia donde se ubica la escuela
  • Aplicar un instrumento de valoración acorde a los aprendizajes esperados en el preescolar
  • Sortear los lugares
  • Dar fichas como los padres se presenten y hasta donde alcancen los espacios
  • Abrir plataformas de internet para que cada padre inscriba virtualmente a sus hijos.
  • Otros…

 

En todos los casos, los espacios para ingreso al primer grado resultan insuficientes y en muchas ocasiones los padres acuden a organismos defensores de derechos humanos para quejarse de la escuela que se niega a brindar el servicio, argumentando que la escuela y en concreto el director de la viola el derecho de los niños a recibir educación.

Como resultante de esta situación los docentes aceptan la inscripción de 40 a 45 niños por grupo, que a largo plazo viene a generar una saturación en aulas  reducidas y en muchos casos patios pequeños donde los niños tienen que convivir en horas de recreo.

 

¿Cómo llegamos a esta situación? ¿A qué se debe la sobrepoblación en las escuelas?

En este caso es importante hacer historia:

A raíz del levantamiento armado de 1994, pobladores de distintos municipios cercanos a la ciudad migraron a  San Cristóbal

Según datos del INEGI en 1990 la Cd. tenía una población de 89,335 habitantes, para 1995 había alcanzado la cifra de 116,729, en cinco años había 27,000 habitantes mas

Mientras de del 95 al 2000 había crecido con 15,692 habitantes.

Del 2000 al 2005 se incremento en 34,219

De 2005 a 2010 la población aumentó en 19,277

De 2010 a 2015 aumentó unos 23,500 habitantes

Haciendo un cálculo del promedio de crecimiento, encontramos que la cd. aumenta su población de 5 a 6000 habitantes anualmente, de modo que haciendo una aproximación, en este 2018 la ciudad cuenta con una población de 234,000 habitantes.

Según el INEGI el 33.3 % son niños menores de 15 años, de manera que si atendemos esta aproximación, estamos hablando de unos 78,000 niños en edad escolar, entre preescolar, primaria y secundaria.

La muestra recogida de 4 zonas escolares a nivel de primaria revela que unos 15,800 alumnos asisten a las escuelas de la zona urbana, y que son atendidos por unos 400 maestros en un aproximado de 35 a 45 niños por salón.

Todo lo anterior no representaría ningún problema si a la par del crecimiento poblacional se hubiese incrementado el número de espacios escolares, la realidad es que esto no ha sucedido, en las zonas escolares de la muestra no ha habido nuevas creaciones y se sabe de un gran número de escuelas privadas incorporadas a la SEP que han sido abierto del 2010 a la fecha.

 

¿Cómo se ha resuelto?

La sociedad con sus docentes se ha organizado para mantener sus escuelas, no es extraño y hasta existe una especie de naturalización del fenómeno cuotas voluntarias aunque  contradicen el artículo 3º  en lo relativo a la gratuidad de la educación. Las autoridades de todos los niveles han desatendido la construcción de nuevos planteles así como la atención a los existentes

Los docentes junto con los padres de familia han acondicionado espacios para la atención a grupos, sin embargo, no son espacios que reúnan las condiciones de un aula pedagógica como son ventilación, iluminación, amplitud, mobiliario, etc.

Por otra parte la atención de 40 a 45 niños por aula genera situaciones difíciles y complejas por atender. Las metodologías propuestas por los programas de estudio consisten en métodos activos los cuales resultan de difícil aplicación. La convivencia sana y pacífica propuesta por los programas oficiales resulta una utopía en aulas donde el ambiente es tenso debido a la aglomeración de los alumnos.

Es menester mencionar en la mayoría de los casos estas aulas adaptadas tienen mobiliario consistente en sillas individuales lo que hace complicado el trabajo colaborativo, según los programas de estudio 2017 o documento de Aprendizajes Clave para la educación básica, señalan que al entrar en vigor dicho programa se equiparía a las escuelas con:

  • Mesas fácilmente movibles y que puedan ser ensambladas de varias formas
  • Sillas cómodas y fáciles de apilar
  • Mobiliario que haga del aula un ambiente cómodo, limpio y agradable con estantes, cajoneras y espacio de exhibición en las paredes para mostrar el trabajo de los alumnos.

Para la conseguir hacer realidad dicho planteamiento le apostaron al programa escuelas al CIEN (Certificados de Infraestructura Escolar Nacional)” que operó entre 2015 y 2018, con una inversión de más 50 mil millones de pesos, sin mencionar que dicho programa hipotecó la inversión estatal para la construcción y mantenimiento de edificios escolares por los próximos 25 años.

 

¿Qué expectativas tienen de la escuela las familias?

En los últimos tiempos, la economía familiar ha venido en constante deterioro, la crisis económica ha orillado a hombres y mujeres a buscar empleo, ello limita una interacción mayor entre los hijos y sus padres. Los pequeños en muchas ocasiones quedan a cargo de las abuelas, quienes compensan la ausencia de los padres, solo que además del afecto y el cariño que les proporcionan, también les ofrecen un clima permisivo y falto de límites.

Los padres de familia esperan de la escuela un lugar seguro y formativo para sus hijos, así como un aprovechamiento académico al máximo, expectativas que en muchas ocasiones se ven frustradas al encontrar que la mayor parte del tiempo se va en controlar y manejar la conducta del numeroso grupo, en el que se dan relaciones de conflictividad, entre otras razones por lo reducido de los espacios.

 

¿Qué se propone?

  • Se propone una mayor participación del municipio con la sociedad para conocer la problemática que se vive al interior de las escuelas.
  • La creación de un organismo municipal, en otro tiempo se llamó Consejo Técnico Regional (COTER) integrado por Jefes de Sector, Supervisores, Asesores Técnicos, Jefes de Enseñanza y Directores de Escuela que colegien y busquen estrategias de solución a los problemas que se viven en las escuelas en beneficio de los niños y jóvenes estudiantes.
  • La intervención del municipio para gestionar la construcción de más escuelas públicas (preescolar, primaria, secundaria y bachillerato) para dar redistribuir la matrícula en las escuelas existentes, así como la gestión para su mantenimiento permanente.
  • La intervención del municipio para regular el número máximo de alumnos por aula. 25 como máximo en el medio urbano y 20 en el medio rural, donde la mayoría de las aulas son multigrado.
  • El acondicionamiento de espacios lúdicos seguros en las escuelas.

La asignación de brigadas itinerantes de estudiantes de artes para sensibilizar y desarrollar en los niños el gusto y la sensibilidad artística como herramienta para favorecer la sana conviviencia.

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