Definición de nacer
Romina dice que el verbo nacer debería escribirse así: ¡na-ser!, porque el verbo alude al instante en que una persona se convierte en ser.
Minucias ortográficas aparte, Romina dice que nacer es el verbo que prefiere entre todos los demás verbos, porque alude al origen de todo, incluso del universo.
Romina dice que todo lo existente viene de ese verbo. Al principio, recuerda, nada existía. De pronto, por la causa que haya sido, todo nació, porque cada esencia tuvo su origen y ese origen tiene su cordón umbilical en la palabra nacer.
Nacemos a la vida, así como nacemos a la muerte. En el instante que un ser humano muere, por ejemplo, nace a la otra vida o a la otra muerte o a la otra nada o a la infinitud.
Romina dice que le encanta llenar formularios y solicitudes, porque, en todos ellos aparece un apartado que pregunta: ¿Lugar y fecha de nacimiento? Es decir, el mínimo formulario advierte que lo importante de un ser humano está en su nombre y en el lugar y el momento en que nació. Sin esto nada somos.
Ella dice que juega, aunque el revisor de la solicitud la señale como inadaptada. Ella, en el lugar de nacimiento, siempre escribe: El vientre de mi madre, porque señala que, como muchos explican, la territorialidad es una mera utopía alienante.
Como han reflexionado los grandes filósofos la patria es un concepto huidizo, tan volátil como el aire. ¿Qué es la patria? ¿Qué significa que alguien nació en México? Esta respuesta tiene el aro muy delimitado. Hay personas que se consideran “Ciudadanos del mundo”; no faltan los otros; es decir, los nacionalistas, que tildan de soberbios mamilas a los primeros. Pero, como demuestra el juego de Romina, decir que uno nació en una determinada región del mundo es meter un hueco en el clavo, porque, por ejemplo, ¿qué sucede con la persona que nació en Palestina si su lugar de nacimiento ahora ya no corresponde a tal país?
En Chiapas, hace pocos años, la administración gubernamental tuvo la ocurrencia de formar nuevos municipios. Estos nuevos municipios, se entiende, están formados por tierras que anteriormente fueron parte de otros municipios. Quien nació en un territorio que hoy tiene una nueva denominación ¿nació en?
A mí me gusta la respuesta juguetona de Romina, que no es más que eso: un juego. Nacemos de la madre y al sueño infinito de la madre volvemos.
¿Quien fue ya no volverá a ser?
Si consultamos al diccionario de la Real Academia hallamos la siguiente definición: “Dicho de un ser vivo. Salir del vientre materno, del huevo o de la semilla.”
El diccionario, en esta ocasión, es más certero que el común denominador de la población. Como bien dice Romina el lugar de nacimiento de los seres de la Tierra son el vientre, el huevo o la semilla. Y estas tres palabras, siguiendo el juego de Romina pueden intercalarse; es decir, el árbol nace del vientre de una semilla; Romina nació de la semilla del vientre de su madre; y el pájaro nació del vientre del huevo. Es maravilloso presenciar un video en el que la planta sale de la semilla que se abre como un par de manos generosas; es maravilloso ver un documental en el que la madre abre sus piernas como flor de madrugada para que nazca su criatura; es maravilloso presenciar el momento en que un pequeño cocodrilo, con la segueta simple de su trompa, abre la cáscara y asoma su cara.
A mí, como a Romina, también me gusta la palabra nacer. Cada vez que abro la ventana en la madrugada nazco al renuevo de día que nace infinitamente.
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