AMLO y sus propuestas políticas en épocas neoliberales

Las crisis económicas en México eran recurrentes. Mi generación prácticamente no ha visto un esplendor mexicano relacionado con su crecimiento económico. Crisis del 82, crisis del 88 y crisis también 1994. Luego, mayor estabilidad macroeconómica, pero aumento de la carestía y crecimiento de las desigualdades sociales. A partir del año del 88, el viraje económico mexicano fue hacia el neoliberalismo y todavía hoy ese modelo económico domina la política económica mexicana.

Como consecuencia de la lucha por la transición democrática mexicana, el sistema político mexicano se ha ido abriendo -a pesar de la clase política- hacia reglas electorales más claras y competitivas; aunque la realidad demuestra también que en México; “torcer” la ley no es problema para las cúpulas políticas. Pero el modelo económico; es decir el neoliberalismo, sobrevivió.

Andrés Manuel López Obrador ha ofrecido que la justicia social llegará a todos los mexicanos. Como candidato prometió todo lo que un candidato puede prometer en campaña y luego de dos campañas electorales, en la tercera; no predicó en el desierto. A partir del 1ro de diciembre, fecha en que tomará protesta como presidente de la república; AMLO tendrá que pasar de las promesas a la concreción de ellas a partir del diseño de políticas públicas más eficientes y de mayor contenido social.

Hace días López Obrador, cambiando su lenguaje conciliador dijo que recibía un país en bancarrota. Para las ciencias económicas, técnicamente; un país está en bancarrota cuando no puede cumplir sus compromisos financieros internacionales.

Pero en lo interno, varias entidades y municipios del país están endeudados. Además, es evidente que México no tiene un alto crecimiento económico y por el contrario; posee un alarmante déficit comercial, en cuenta corriente, en la deuda respecto al PIB y ello genera problemas de distribución de la riqueza. Por lo tanto, estas características de nuestras finanzas públicas actuales no son buenas noticias para la futura implementación de políticas sociales con prioridad sobre los aspectos sociales.

 

AMLO dijo: “Por qué no aceptan que fue un fracaso la política neoliberal que solo beneficio a una minoría y empobreció a la mayoría del pueblo, por qué no aceptarlo, por qué no reconocerlo”.

En general, el neoliberalismo puede ser definido como un sistema económico que tiene preferencia por los mercados y promueve la disminución de la intervención gubernamental, privilegia los incentivos económicos y el emprendimiento privado sobre la acción colectiva. Ello provoca desregulación, liberalización, privatización y austeridad fiscal.

Ese es el modelo económico que encontrará Andrés Manuel López Obrador desde el primero de diciembre, cuando formalmente sea ya el presidente de México. Precisamente, todo lo contrario a lo que piensa y cree poder realizar.

En ese sentido, ¿Una política nacional más enfatizada en lo social -como propone AMLO- es compatible con el neoliberalismo que domina al mundo?

Al igual que millones de mexicanos el 1ro de julio, un 10 de mayo de 1981, Francia entera festejó. En París, decenas de miles de franceses se reunieron en la “Place de la Bastille” donde cantaron y bailaron hasta altas horas de la madrugada. El socialista Francois Mitterrand había llegado a la presidencia francesa.

Con Mitterrand llegaba el socialismo al poder y para los franceses, todo parecía posible. De hecho Mitterrand juró que le cambiaría la vida a sus paisanos. Su gobierno intentó transformar la economía nacional y con ello también, el tejido social francés. En consecuencia, Mitterrand afirmó que sentaría las bases para un “camino francés hacia el socialismo”.

Los franceses, de la euforia pasaron rápidamente a la realidad. Solo dos años después de la llegada de Mitterrand al poder; todo cambió. Siendo expresidente, alguna vez Mitterrand dijo: “Francia no lo sabe, pero estamos en guerra con Estados Unidos. Una guerra permanente, una guerra vital, una guerra económica. Los americanos son muy duros, voraces, quieren un poder indiviso sobre el mundo”.

Su esposa Danielle Mitterrand, comentó que el presidente Mitterrand también dijo: “No tengo el poder para enfrentar al Banco Mundial, al capitalismo, al neoliberalismo. Me ganado un gobierno pero no tengo poder”.

Mientras Mitterrand daba esperanzas a consolidar el socialismo, en Gran Bretaña, Margaret Thatcher profundizaba su conflicto con el sindicato del carbón, Ronald Reagan implementaba sus ataques contra la Unión Soviética y liberalizaba la economía americana. Mitterrand buscaba un camino, Thatcher y Reagan otro, pero mientras tanto, el libre comercio mundial y la tecnificación comenzaban. A la caída del Muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviética las políticas de Thatcher y Reagan no tuvieron rivales.

El neoliberalismo se impuso, creó o consolidó élites económicas y políticas. Pero de las ansias de libertades individuales para dejar atrás opresiones y dictaduras que buscaba, pasó a gestar élites que no han mostrado capacidad para resolver los problemas sociales. Por eso, el ciudadano común duda de los regímenes políticos establecidos y busca refugio en movimientos políticos que le aseguren bienestar.

Desde la crisis financiera internacional, es decir; hace casi exactamente diez años; el neoliberalismo es cuestionado. Actualmente no hay alternativas concretas que lo superen; pero hoy los tecnócratas neoliberales han cambiado de pensamiento. Sus políticas para expandir ese pensamiento económico están siendo cuestionadas porque ahondaron las desigualdades sociales. Hoy los tecnócratas piensan en las formas de usar esas técnicas económicas neoliberales en reducir precisamente las desigualdades que crearon.

AMLO encontrará un modelo económico ya implantado, pero también un modelo que  ha producido en todo el mundo una creciente desigualdad, ha llevado a la pérdida de valores políticos e ideales colectivos, e incluso ha provocado la reaparición del populismo.

 

Particular y modestamente, no creo que convenga al país ni al presidente, iniciar una discusión nacional sobre si el neoliberalismo es culpable o no de nuestra pobreza y desigualdades y lo creo así, porque sí lo es. Pero cuando el modelo estabilizador mexicano se agotó; es decir, la política proteccionista y de gran intervención del estado mexicano como agente económico, también fue el culpable de nuestras desigualdades. Mitterrand lo hizo, creó expectativas sobre el cambio y transformación del sistema económico y perdió con creces el debate.

Además, no parece que con todo y sus defectos; el neoliberalismo tenga un enemigo ideológico a la vista. Es el modelo económico vigente en el mundo, el que mejor se adapta a la competencia globalizada, el que va acorde con los intereses de las élites políticas y financieras. La propia China, el país llamado a ser la próxima potencia mundial, está abrazando los postulados capitalistas y por lo tanto neoliberales.

En realidad, para cumplir sus promesas de campañas y meter al país en una senda de crecimiento económico y prosperidad, lo que se necesita; desde el punto de vista económico es eficiencia en la asignación de los recursos de nuestra economía. Ello es un determinante crítico del desempeño de cualquier economía nacional.

Es necesario que el equipo económico de AMLO comprenda también que la ciencia económica no avanza debatiendo sobre dogmas, sino mejorando la comprensión de la diversidad de las relaciones causales de todos los fenómenos económicos. La política económica que implementa un país o un gobierno, se evalúa por sus consecuencias, no por sus intenciones.

También que la ciencia económica no trata solo de eficiencia y crecimiento, los principios económicos también se transfieren a la equidad y la política social. Buscar que el país produzca más; por ejemplo en el campo, no tiene nada de anti-neoliberal.

 

Lo que AMLO tiene que hacer es desarrollar una política industrial basada en la innovación. Tiene que crear las condiciones para que en México existan respuestas a nuestros problemas sociales y económicos actuales, pero también futuros como los problemas ambientales y el impacto que la futura tecnificación tendría sobre un país manufacturero como el nuestro.

En una sociedad democrática -neoliberal o no- que funcione correctamente, es deber del gobierno en turno velar por el bienestar de sus ciudadanos. Hay una serie de requisitos para ese buen funcionamiento: la educación laica y gratuita, el equilibrio de poder entre las fuerzas productivas y los consumidores y estado de derecho.

México necesita reconocer que el beneficio económico no puede ser el único valor social en estas épocas, en ello acierta AMLO al cuestionar al neoliberalismo. Pero lo que tiene que evitar en caer en dogmas ideológicos. Necesitamos efectividad en el desarrollo de políticas públicas.

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com

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