Definición de imaginación
Definir piedra no tiene mayor problema; definir suelo es como juego de niños, pero definir el concepto de imaginación es aventura mayor, cualquier estudiante de estética diría que se necesita mucha cuerda imaginativa para llegar, cuando menos, a los pies de esa diosa.
Las feministas se equivocan al querer repellar lo que ellas definen como lenguaje con tintes machistas, se equivocan porque las palabras más bellas y los conceptos más contundentes son femeninos: vida e imaginación. Sin estas dos palabras hembras la humanidad sería nada, sería polvo, casi vacío.
Y es que la palabra imaginación contiene todos los demás vocablos de todas las lenguas. La totalidad de la esencia del mundo está contenida en la palabra imaginación. Ahí, en su pancita de sapo satisfecho, están las guitarras y guitarrones para tocar las jaranas y las pavanas.
Ella (ojo, feministas), la palabra imaginación, es la paridora de todo lo existente, ella es como la madre de cada hoja de nuestro árbol. En ella, así como en el inconsciente colectivo, descubierto por Jung, está todo el pasado, todo el presente y ¡todo el porvenir!
¿Qué sería la vida del ser humano sin la presencia de la imaginación? No podemos imaginar la vida sin imaginación, no es posible. La vida sin imaginación sería como un pozo profundo sin sentido. Todo lo que existe es gracias a la imaginación, es la diosa mayor, la paridora de todos los machos y de todas las feministas. Gracias a ella (a la imaginación) existe el universo, porque, cuentan, una mañana que Dios se aburría imaginó que era posible jugar canicas con galaxias y como no tenía canicas inventó el universo, lo hizo ancho y profundo, lo hizo con tres dimensiones y con universos alternos para que la vida no fuese aburrida, porque una de las principales virtudes de la imaginación es que extirpa el aburrimiento. Mario Vargas Llosa cuenta que él y Julio Cortázar asistieron a un congreso de brujas, en el que Mario se aburrió y Julio lo convirtió en un “jocoso apocalipsis”. Julio era un escritor con una imaginación prodigiosa, Mario es un escritor que camina en el lodo sin mucha posibilidad de vuelo.
¿Cómo han nacido los grandes inventos de la humanidad? Todos nacieron de la imaginación de seres creativos.
En la imaginación caben todos los vuelos, los de pájaros y de aviones; y las alas y las turbinas; y los picos de aves y las narices de los aeroplanos. En la rueda de la imaginación dan vuelta las lámparas de Aladino, los espejos donde los vampiros son mera aura de energía. En la campana de la imaginación aparecen los bongós que convocan al ritual de la vida. En el bosque de la imaginación corren los unicornios y vuelan los dragones. En el árbol de la imaginación tienen su nido las flores que huelen a cuerpo de niña virgen y las hojas que se cuentan de tres en tres. En la mano de la imaginación caben todos los abrazos y todas las sonrisas. Ahí, en la plaza de la imaginación, hay trueque de un círculo de agua por un cuadrado de pan; hay la luz incierta de un rasgueo de contrabajo por la sombra luminosa de un oboe; hay un grito trepado en do mayor, un marfil atravesado en una caricia, una línea de colibrí jugando sobre un caracol de mar.
En la imaginación caben todos los recuerdos y todas las cuentas de rosario; todas las risas de las abuelas y todas las grietas de los abuelos; todos los pestañeos de las muchachas bonitas y todos los granizos de los aguaceros de los enamorados. En la imaginación caben todas las palabras contenidas en el diccionario y las que no están en los libros, pero que resbalan en la plática diaria de la cantina. En la imaginación cabe, incluso, la escuálida definición del diccionario que dice que la imaginación es “Facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales”. Si alguien se pone el sombrero de la imaginación sueña con árboles que dan frutos como olas, como alpiste, como hoja rayada, como tiempo para bordar suéteres de hielo.
¿Definir la imaginación? ¡Imposible! A todos los sabios del lenguaje les falta imaginación.
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