5 años de Chiapas Paralelo… de cómo yo lo recuerdo

Estaba yo sentada mirando por la ventana, con ese sentimiento que da el tener que luchar, a veces infructuosamente, para que los medios de comunicación revaloren y valoren la información que para la sociedad es importante, información que podría cambiarles un poco la vida. Luchar para que no te pidan que cambies de ángulo la mirada, para que no te manden al fondo de las noticias “menos importantes”, para que no te contesten: “pero eso siempre pasa, ¿qué es lo nuevo?”.

El sueño para que eso cambiara era largo y compartido, pero siempre nos ganaba la desidia, la premura del día a día, la desorganización. Recuerdo haber tomado esa mañana el teléfono para llamar a Sandra y proponerle que lo intentáramos. Sandra tiene cualidades que hacen posible lograr objetivos: propositiva y pragmática. Isaín, por supuesto, estaba en el equipo, no conozco a nadie a quien le apasione tanto su profesión. El cuarto fue Sarelly. Teníamos claro que necesitábamos formar un equipo con cualidades diversas y complementarias, sin egos, sin envidias, sin rivalidades, sin mayor ambición que hacer periodismo. Sarelly llegó además generoso, y puso en préstamo los 60 mil pesos con que pagamos los gastos para iniciar el camino.

Luego el proyecto fue tomando rumbo, ajustándose hasta que, como señala Sandra, llegar a ser habitado por otros y otras -periodistas y no periodistas- quienes generosamente aportan con sus historias de vida, sus análisis, sus miradas, sus imágenes, sus andanzas y sus sueños.

También, en estos cinco años, periodistas soñadores han sido maestros, cómplices, refugio y sostén. Una pieza fundamental es la Red de Periodistas de a Pie, quienes son el paraguas bajo el cual nos cobijamos, y el detonador de procesos que estamos andando.

Hay mucho por avanzar, por mejorar y por hacer, pero algo tenemos claro, el camino es de todos y todas.