El remolino de AMLO en Chiapas
El remolino de Andrés Manuel López Obrador se llevó la gubernatura, 27 presidencias municipales, 11 de 13 diputaciones federales, dos senadurías, la mayoría en el Congreso del Estado y posicionó a Morena como la principal fuerza electoral en Chiapas, según avances del PREP.
El gran perdedor es el PRI, que se quedaría con una diputación federal y una senaduría, que en realidad pasarán a manos del Verde, el cual se convertirá en el segundo partido más importante en el estado y en aliado del nuevo presidente de la República.
Aunque Morena será el segundo partido con más presidencias municipales, ha ganado las principales ciudades, entre las que se cuentan Tapachula, San Cristóbal, Comitán, Ocosingo y Tuxtla Gutiérrez.
Andrés Manuel López Obrador es el factor principal de esta nueva configuración política de Chiapas, de la aparición de nuevos actores y del cambio de bando de varios políticos, entre otros, el gobernador Manuel Velasco Coello, que impulsó la votación por Morena.
En la gubernatura, veremos la llegada de Rutilio Escandón Cadenas, un hombre incógnita, con una trayectoria gris como servidor público y legislador.
Su triunfo, al igual que la mayoría de los presidentes municipales, senadores y diputados de Morena, se debe al imán en que se convirtió AMLO en estas elecciones, en donde las electoras han dejado claro que desean un cambio profundo en el sistema político mexicano.
Eso mismo se exige en Chiapas. No deben pasar seis años más de gobierno estéril, de enriquecimiento de funcionarios y de atropello a la voluntad ciudadana.
A diferencia de los gobiernos de Juan Sabines y de Manuel Velasco Coello, el de Rutilio Escandón Cadenas tendrá un gran contrapeso en el presidente de la república, por dos razones: porque pertenece a su mismo partido y porque AMLO ejercerá un presidencialismo fuerte, casi imperial, que vigilará seguramente las acciones de los gobernadores.
El congreso local estará en manos de Morena, lo cual facilitará la gobernabilidad, en una entidad que vive la urgencia de poner orden, de establecer una agenda de buena convivencia y de superar la pobreza.
Los dos problemas fundamentales de Chiapas son precisamente esos: la pobreza, que en esta administración se ha incrementado en tres por ciento, y la gobernabilidad, con bloqueos carreteros, tomas de oficinas públicas y enfrentamientos en toda la geografía del estado.
Hay, por supuesto otros problemas, como la corrupción, el lamentable sistema de salud, la procuración de justicia y la impunidad, pero son más estructurales, por lo que dependerán en gran medida de las políticas públicas que se pongan en marcha a nivel nacional.
Rutilio Escandón no puede sustraerse del compromiso y de la responsabilidad histórica que representa gobernar al estado más pobre del país. Tiene que hacerlo con las mujeres más preparadas y honradas, tiene que hacerlo con jóvenes sobresalientes, tiene que castigar la corrupción en este sexenio, tiene que posicionarse como un factor real de gobierno, porque de lo contrario acabará con sus bonos muy pronto y será uno más de los mandatarios que ha llegado para saquear el patrimonio de los chiapanecos.
La esperanza está puesta en Morena, ojalá que este triunfo arrollador sea un parteaguas para el desarrollo de México y de Chiapas.
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