AMLO; a las puertas de la historia
Faltan apenas horas para la jornada electoral más crucial en la historia de la democracia mexicana y de estas generaciones de mexicanos vivos. Veremos lo que nunca ha pasado en este país: a la izquierda política llegar a la presidencia de la República. Solamente algo increíblemente extraordinario impediría el ascenso presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
No más campañas políticas, no más encuestas de preferencias electorales. No más publicidad electoral a todas horas y por todos lados. Pero, la pregunta en el ambiente actual de “veda electoral” es ¿Qué va a pasar luego del primero de julio?. Esa es la fecha de la “horas de las urnas”.
Después; el lunes dos de julio por la mañana, usted y yo y muchos mexicanos iremos al trabajo, a la escuela o al negocio; unos más contentos que otros, de acuerdo a la suerte que tengan los candidatos de nuestra simpatía.
Pero la vida seguirá -tanto para quienes pierdan, como quienes ganen- y el deseo de todos los ciudadanos mexicanos es que todo sea para bien. ¿Pero lo será?
Salvo esperar un milagro; nada tienen ya que hacer José Antonio Meade y Ricardo Anaya para arrebatarle el triunfo electoral a Andrés Manuel López Obrador; quien no dejó nunca de sumar simpatías; porque arrancó en primer lugar de las encuestas y las siguió sumando durante el periodo de campañas. Mucho se ha hablado ya de las razones de su ascenso en las preferencias políticas.
Ante el casi asegurado triunfo de MORENA; hay -diría yo- demasiadas esperanzas puestas en el proyecto de López Obrador; sobre todo de parte de sus seguidores y de quienes hartos con la corrupción y la impunidad irán a las urnas a votar por el proyecto político del tabasqueño.
Esas esperanzas son alimentadas en buena parte porque AMLO será el primer líder social en llegar en décadas a la presidencia mexicana. Así lo dice Jesús Silva Herzog-Márquez y no se equivoca. Andrés Manuel López Obrador es un líder y un fenómeno social sin precedentes en este país en muchos años.
También abona a la esperanza nacional de un cambio radical, el hecho de que López Obrador tiene ante sí la oportunidad como presidente nacional de transformar -si realiza cambios- los ciclos y ciclos electorales; donde los mexicanos solo vemos promesas de candidatos a todos los niveles que no se traducen en una vida mejor. Lo ha prometido, “Va su espada en ello” diría Guadalupe Victoria y AMLO tendrá que buscar las fórmulas políticas para cumplirle a la sociedad mexicana.
Hoy las campañas son -por lo menos- banales, frívolas, derrochadoras del presupuesto público y; más parecen un campo de batalla en donde la clase política está en solo una competencia: la de ver quienes “tuercen mejor y con mayor impunidad la ley”. En Chiapas; con todos los desencuentros entre el PRI y el PVEM, las desbandadas, los brincos de un partido a otro; el proceso electoral tal parece un laboratorio de “torcedores” profesionales de las leyes electorales.
Ante este contexto que es también parte del panorama político nacional; es evidente un desencanto generalizado en todo México con la democracia. Por eso, es necesario fortalecerla y ello también pasa por fortalecer nuestras instituciones.
Estas elecciones son históricas porque la izquierda mexicana, tan golpeada, tan calumniada años atrás; ahora está descolorida; pero es izquierda, al fin y al cabo. A esa izquierda -con AMLO de líder- le toca la oportunidad de transformar a un país cuyos ciudadanos le quitaron la confianza al PRI y luego al PAN.
Son elecciones históricas también porque el país está en un punto de quiebre; hay un líder social a punto de llegar a la presidencia, una democracia que no encanta a los mexicanos; pero con una élite nacional que por primera vez en muchos años no pudo ponerse de acuerdo en términos políticos o la rebasaron las coyunturas políticas; unos partidos políticos históricos a punto de achicarse ante la irrupción de MORENA y un clamor popular de cambio.
Los pronósticos dicen que López Obrador arrasará y también tendrá “carro completo” en el Senado y la Cámara de Diputados. Por si fuera poco, a sus rivales políticos, es decir, Al PRI y al PAN los recorren el fantasma de la derrota; a sus candidatos a la presidencia les queda todavía el deseo de dominar a sus respectivos partidos para convertirse en una oposición, pero lucharán primero por el control de sus partidos políticos, como lucharon primero -como la absurda pelea de dos calvos por un peine- por el segundo lugar de las preferencias electorales.
A López Obrador, los líderes de opinión y los intelectuales de este país -la mayoría- lo han descalificado. Llenos de prejuicios, prefirieron juzgarlo -como lo describe ya un famoso “meme” de las redes sociales- por suposiciones; que por la evidencia que describe la corrupción de un régimen político al que la mayoría de los ciudadanos afirma que respalda a sus adversarios del PRI y del PAN. Definitivamente; no conocen el sentir popular, estaban cómodos con el “status quo” actual, no sabían o no querían reconocer que hace años que el “orden neoliberal” de estos días ya no es el “Santo Grial” económico y es objeto de debate internacional, por lo que sus propuestas, poco tienen de un “regreso al pasado” o definitivamente, el problema para ellos era Andrés Manuel López Obrador.
De cualquier forma; ante esa inminente recomposición de las fuerzas políticas partidarias existentes; de las élites, de la “comentocracia” nacional; nada ni nadie parece que le hará sombra a López Obrador; por lo menos al inicio de su sexenio. Por lo tanto, será un presidente fuerte y como tal, -si este pronóstico se cumple- no tendrá ningún pretexto para cumplir lo más rápido posible sus promesas.
En ese sentido; ¿Cómo fortalecer a nuestras instituciones, que hoy están en manos de quienes no querían cambiarlas?, ¿Qué hacer para que los mexicanos volvamos a creer en nuestra democracia?, ¿Por dónde deberá empezar?
A mi modesto entender, por fortalecer la democracia mexicana. Una democracia en la que muchos mexicanos ya no creen. AMLO deberá de garantizarnos a los ciudadanos que promoverá, no el culto a la personalidad presidencial; sino una democracia moderna, que respete la voluntad de las mayorías y también garantice el respeto a las minorías; esto es lo que el tabasqueño tiene que construir, primeramente. Ojalá y como ha dicho; ofrezca su mano a todos; también llame a la serenidad, porque tendrá mucho trabajo por delante; construir una agenda nacional democrática y que se ocupe por el mexicano de a pie.
AMLO tiene voluntad probada -por su propia historia política- pero es necesario a partir del día dos de julio; pasar a propuestas claras de políticas de gobierno y prioritariamente estas se enfoquen a temas de corrupción e impunidad. ¿Qué hacer para atajarla?
Los problemas mexicanos son muchos, variados y diferentes en cada parte de un país tan grande. Para resolverlos necesitamos a un presidente líder social, pero que sepa escuchar a los distintos sectores sociales. ¿AMLO impondrá su agenda o escuchará?
AMLO necesita restaurar nuestra democracia. Necesita devolver la integridad a la figura presidencial, tan irrespetada por lo que dejó de hacer Enrique Peña Nieto y necesita -y debe- detener tanta “torcedura a las leyes”, de quienes han hecho de los puestos una herencia a sus familiares más cercanos.
La búsqueda de la consolidación democrática de nuestras instituciones ha sido la conquista más notable en la historia latinoamericana. Las dictaduras en nuestro hemisferio obstaculizaron ese deseo, el partido hegemónico lo hizo en México y la indiferencia de la derecha atentó contra ellas.
Sería un enorme pecado político que la izquierda mexicana no inicie un camino de consolidación de nuestras instituciones a través de un gobierno efectivo y trasparente. Las elecciones son para competir, convencer y ganar. Pero no bastan para hacer que el progreso llegue a todos. Ello depende de voluntad política y de un gobierno efectivo, capaz y que responda a los intereses comunes.
López Obrador está a las puertas de entrar a la historia nacional. Nada ni nadie lo detiene. Que para el país y su futuro, todo sea para bien.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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