Jesús Alejo Orantes Ruiz, un candidato independiente
Jesús Alejo Orantes Ruiz, un candidato independiente
José Ramón Guillén
Dentro de la gris campaña para llegar a la máxima representación política del estado de Chiapas, donde los discursos, con sus promesas, parecen repetirse como si estuviéramos viviendo un eterno retorno, la aparición de un actor político como Jesús Alejo Orantes Ruiz otorga un poco de sazón al desabrido panorama electoral.
Debo reconocer que desconozco la trayectoria política del candidato independiente de Chiapas, aunque él se encarga de recordarnos muchas cosas de ella, iniciando por su vida personal marcada por ser hijo “bastardo” de Carmen Orantes, y su compromiso con los cañeros chiapanecos y la organización social “La Luz de los Pobres”. Además de tales hechos hay que recordar que cuenta con experiencia política local al haber sido diputado por el PRI y alcalde de su pueblo, Venustiano Carranza.
No cabe duda que las organizaciones sociales en Chiapas llevan jugando un destacado papel en la política comunitaria y estatal, con claroscuros notables expuestos en muchos trabajos académicos, y el caso de La Luz de los Pobres no es ajeno a esa dinámica. Lógicamente el líder de esa organización tampoco se ha librado de las alabanzas y las críticas feroces, donde la condición de cacique aparece siempre que se expresan diferencias con su liderazgo y los compromisos y acciones por él llevadas a cabo.
Pero asentado lo anterior, no cabe duda que la imagen pública transmitida, con su sombrero y pañuelos, así como con sus apoyos que incluyen el del polémico ex priista, gobernador de Nuevo León y hoy candidato presidencial, Jaime Rodríguez “El Bronco”, le otorgan un toque de color, de folklorismo dirán algunos, a este líder político que logró obtener las 8 mil firmas solicitadas en Chiapas para lograr ser candidato independiente y contender por la gubernatura del estado.
Su discurso no presenta diferencias iniciales con otros candidatos, al afirmar que lo que Chiapas necesita es un cambio; sin embargo, a partir de esa reiterada alusión aparecen curiosidades como las menciones a una “revolución”; la idea de capacitar a las mujeres chiapanecas para que se comprometan con las decisiones de sus localidades, o que su gabinete sea elegido por los chiapanecos para que los puestos los ocupen los ciudadanos más capaces, al mismo tiempo que se alejen de las tentaciones de aprovechar su condición de funcionario para enriquecerse, cuestión muy conocida tanto en Chiapas como en el resto de la República mexicana.
Lógicamente su desempeño público, como se mostró en el tedioso debate de los candidatos a gobernador, no es precisamente su mejor tarjeta de presentación para hacer crecer el número de votantes para su candidatura, si es que llega hasta el final de la contienda, pero también habrá ciudadanos que piensen votar algo distinto, o tal vez no tan distinto pero más “populachero” y menos elitista. Eso se sabrá con el transcurrir de los días y a partir de lo que digan las encuestas.
Cualquiera que sea el rumbo que adquiera esta candidatura es un experimento inicial desde la condición, al menos así inscrito, de independiente. Habrá abierto la caja de pandora para que en un futuro se sumen más candidatos de tal manera, a no ser que cambien los requisitos para presentarse de tal forma, ya que 8 mil firmas no son excesivas. En definitiva, Jesús Alejo Orantes Ruiz no ganará la elección, ni nos da lecciones de filosofía política, pero otorga tonalidades distintas a una campaña electoral insulsa en contenidos. Dentro de tanta aridez de ideas, agregar un poco de color no viene mal, aunque solo sea en la forma.
Siendo un escritor te vez muy mal al utilizar la palabra bastardo que es peyorativa pudiendo utilizar un sinónimo que expresara la misma idea.