AMLO; el crecimiento económico y el futuro de la lucha social en Chiapas
Quiero advertirle al lector; que este escrito es un ensayo que se basa en el hipotético caso de que Andrés Manuel López Obrador llegue a la presidencia nacional. Las encuestas dicen -faltando poquito más de un mes de campañas- que su victoria es casi una realidad.
Bajo el fundamental supuesto del triunfo electoral de López Obrador; enumero las premisas que dan pie a este texto:
1 Chiapas es el estado más pobre del país. En consecuencia;
2 Nuestro estado necesita crecimiento económico; precisamente porque es un estado pobre y adicionalmente a su pobreza; otros estados de la república, crecen a una tasa que -en las condiciones actuales de nuestro estado- se antoja inalcanzable para nuestro estado.
3 Chiapas sufre una gran efervescencia total y esta es permanente. Maestros, campesinos, ciudadanos, organizaciones; cierran calles, bloquean carreteras, toman edificios públicos, secuestran funcionarios y cuestionan a sucesivos gobiernos; los cuales no tienen una alternativa real para atender esas demandas.
4 Hay un gobierno endeudado con la banca de desarrollo y con la banca comercial. Es decir, el gobierno estatal no tiene dinero para financiar el desarrollo local y solamente se sostiene con subsidios. Necesita ayuda federal tanto para sostener los subsidios como para realizar proyectos de infraestructura de impacto.
5 La posibilidad de crear crecimiento económico pasa por la garantía del estado de derecho y la paz social.
Marchas, retenes, magisterio disidente, campesinos sin apoyo, enojo social por falta de inversión en infraestructura y equipamiento urbano, endeudamiento estatal, falta de empleo. Este es el actual saldo histórico de Chiapas, su pobreza y administraciones estatales sin rumbo.
Pero también el legado de dos sexenios consecutivos. Dos periodos de alternancia política que en Chiapas solo quedaron en el papel; porque siempre; la clase política ha buscado acomodo y generalmente lo ha encontrado.
Ahora bien; si en algo estamos de acuerdo los chiapanecos; es que es necesario salir de la pobreza.
Pero; con tanta efervescencia social ¿Dónde están los incentivos para la inversión privada en Chiapas? y también; si el estado está endeudado; ¿Puede el gobierno estatal crear inversión pública de impacto para atraer inversión?
Las inversiones se logran con paz social y estado de derecho. Precisamente, paz y estado de derecho; son los dos elementos esenciales para el crecimiento económico que le faltan a Chiapas. Si cambiamos la ecuación; precisamente lo que necesitamos es lo que nos falta: estado de derecho y paz social.
Al hecho de que Chiapas es el estado más pobre del país y, en consecuencia; necesita crecer económicamente, a la evidencia de que su efervescencia social obstaculiza las inversiones, y que las inversiones que deberían de haber -es decir las gubernamentales- no existen porque el gobierno está endeudado; súmele la coyuntura política nacional.
Es decir; suponga usted que Andrés Manuel López Obrador será el próximo presidente de la República Mexicana. Y es que según las últimas encuestas; ni con Margarita Zavala renunciado a su candidatura y sumándose a Ricardo Anaya; López Obrador perdería el primer lugar en las preferencias electorales.
AMLO conoce Chiapas; aquí vive buena parte de su familia; sabe de las permanentes crisis social, política y económica chiapaneca; por lo tanto, sabe también de la necesidad de rescatar al más pobre de los estados mexicanos de la pobreza.
Sabe, además; que política y financieramente el próximo gobernador del estado, será un virrey ante los chiapanecos, porque dependemos de la maquinaria económica gubernamental; pero que, ante sus ojos; será un gobernador débil; porque estará ahogado por las deudas de doce años de préstamos financieros a la banca de desarrollo y la comercial.
Esa es la herencia que el nuevo gobernador recibirá de sus dos inmediatos antecesores en el cargo; el pago de las deudas acumuladas. En lo político, si quiere iniciar con un fuerte respaldo social; deberá llamar a cuentas a funcionarios y políticos de los dos sexenios. En lo económico, su gubernatura; será difícil por las condiciones que le heredan y por el capital político de un López Obrador presidente.
En un contexto muy difícil por su historia y por las condiciones actuales; Chiapas necesita crecimiento económico. Esa necesidad de crecer, se contrapone con los obstáculos de la conflictividad social que sufre nuestro estado.
Por eso; en Chiapas todo está conectado como en un círculo vicioso o una “trampa de la pobreza”. Nos faltan por lo menos cinco tipos de capital; humano, comercial, de infraestructura, el capital natural -existe, pero se saquea- y nos falta también capital de conocimiento. Lo peor es que estas carencias se reproducen generación tras generación de chiapanecos.
Ante ese panorama; habría que hacer notar que López Obrador parece ser un político determinado. Y que ello implica que, de llegar a la presidencia, buscará a toda costa implementar su proyecto económico; esto implica crear las condiciones para que Chiapas y el Sur Sureste tengan inversiones públicas y privadas.
De llegar a ser el nuevo presidente mexicano; Andrés Manuel López Obrador tendrá un capital político impresionante y gran apoyo popular. Pero un problema fundamental; la clase empresarial nacional lo rechaza. Y ellos -los empresarios- son precisamente quienes invierten dinero si existen las condiciones -paz social y estado de derecho- para ello.
Es aquí en donde está la disyuntiva: ¿Qué hará AMLO con su capital político? Hablando de Chiapas específicamente; ¿Qué hará AMLO con Chiapas y la necesidad del estado de crecer económicamente?
Una primera premisa, es que -de acuerdo con el nuevo gobernador- convoque a un diálogo estatal con todas las fuerzas sociales del estado, para lograr la paz social. Pero, ¿Qué pasaría si gana las elecciones el candidato del PRI?, ¿Habría diálogo para el desarrollo de Chiapas con el presidente?; ¿Qué pasará si gana su candidato Rutilio Escandón?.
Lo que se antoja, es que la estructura gubernamental se inclinará tarde o temprano por uno de los dos candidatos. Y será por aquel candidato que garantice la no persecución política. ¿Quién de los dos candidatos la garantiza?
De cualquier forma; el nuevo gobernador tendrá una debilidad; buscará con la federación financiamiento para los subsidios y el pago de las deudas. Con ello; la federación -en Chiapas- tendrá que ser quien promueva el desarrollo a través de la inversión pública, porque nuestro estado; sencillamente no podrá.
¿Qué hará la federación ante la necesidad de garantizar la paz social y el estado de derecho en Chiapas, para asegurar las inversiones?
¿Gastará AMLO -por decirlo de algún modo- su capital político con la CNTE, los campesinos chiapanecos y toda aquella organización que en el estado lo apoya?
En contraparte, la otra opción; ¿gastará su capital político con los empresarios que no lo quieren; para convencerlos de invertir?
Quienes le otorgarían mejores dividendos a AMLO; lógicamente, serían los empresarios, porque son los dueños del capital. Pero para invertir en Chiapas; se necesita la paz social y el estado de derecho.
Ello significaría dos cosas: o se negocia con los grupos sociales chiapanecos o se les aplica la ley en aras de lograr que el estado, tenga una oportunidad para su desarrollo.
AMLO en Chiapas y su programa económico que requiere desarrollar el mercado interno; se encontrará en una situación como la que describe la fábula del “cascabel al gato”.
Parece que de ser nuestro presidente; su capital político lo gastará con los empresarios nacionales; no con los movimientos sociales. En ese sentido, parece que estará dispuesto a ser -en Chiapas por lo menos- el que le ponga el cascabel al gato.
Twitter: Gerardo@Coutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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