Definición de otros
Todos cabemos en la categoría de los “Otros”. A veces pensamos que somos “Nosotros”, pero en realidad, para los “otros”, nosotros somos los “otros”, así como nosotros vemos a los demás como los otros; es decir, para el mundo en general siempre estamos metidos en el costal de los otros.
En realidad sólo yo soy yo, porque para ti yo soy él; es decir, el otro. Basta imaginarse animal de zoológico para advertir nuestra realidad. Nosotros (changos en exhibición) vemos a “los otros” fuera de nuestra jaula, ellos nos miran con atención y con cierta pena, como pensando: “Pobres. Ellos son de los otros.”; sin embargo, nosotros (changos en exhibición), pensamos: “Pobres. Ellos son de los otros.”. Porque ellos no son changos en exhibición sino espectadores de zoológico. Cuando estamos fuera de la jaula, la idea se revierte y los otros son los otros. Ellos siempre son los otros, porque nosotros somos nosotros, pero, como ya se dijo, sólo nosotros nos vemos como tales. Para los otros somos los otros. La realidad nunca es un espejo, siempre es un cristal, detrás del cual están los otros.
¿Y todo este desbarajuste para qué? Bueno, resulta que ahora estamos en plenas campañas electorales y para poder entender, más o menos, el desconcierto nacional es preciso tener en cuenta el concepto de “otros”, porque los electores sabemos que para los políticos en competencia la sociedad civil está incluida en el costal donde están los otros.
El problema de México es que el “Nosotros” está ausente de la reflexión nacional. Los “otros”; es decir, quienes asumirán cargos públicos, ven a los votantes como los “otros”. Por el momento, los políticos están adentro de las jaulas del zoológico; nosotros (los votantes) andamos por los pasillos y nos detenemos a verlos, a ver las changadas que hacen con tal de llamar nuestro interés. Ellos se agarran de la cola y hacen machicuepas; se avientan plátanos, algunos los pelan (los plátanos), otros los usan como proyectiles y agreden a los de otras jaulas; unos más usan los plátanos para otras prácticas. Adentro de sus jaulas, ellos (los otros) ven a los votantes y piensan: “Pobres. Ellos son de los otros”. Esto es así porque hay jaulas que dividen, son como estamentos.
Al día siguiente de las votaciones, la realidad se altera, ellos abandonan las jaulas y son los votantes quienes asumen el papel de animales en reclusión. Los otros (ya convertidos en emperadores) desfilan por los pasillos del zoológico y ven a los nuevos changos que hacen esfuerzos por salir de las jaulas. ¡Tarea imposible!
Para los otros siempre somos los otros. Nosotros perdemos la identidad y los otros nos ven a través de un cristal que es infranqueable. Algunos de nosotros (qué pena) han renunciado a su dignidad y se han pasado al otro lado, al lado donde estuvieron los otros y dejaron de ser parte de nosotros y se hicieron parte del costal de los otros. Los otros jamás se acercan al nosotros, por eso vemos los actos indignos que promueven, con tal de seguir caminando por los pasillos donde están las jaulas que encierran a los otros.
El problema nacional es la disolvencia del Nosotros. Es ley natural, es imposible revertir tal suceso. Para los otros siempre seremos parte de los otros. Nuestro reforzamiento del nosotros es casi irreal, insoluble.
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