De elecciones, debates y expectativas

 

A mis amigos, parientes y amistades

que amablemente contestaron mis preguntas

 

En ocasión de las próximas elecciones que se llevarán a cabo en primer domingo de julio y, además, en vísperas de celebrarse el primer debate entre los candidatos presidenciales, consideramos conveniente realizar un ejercicio que nos permitiera valorar al menos tres cosas principales. En pleno futurismo político, dicidí tomar el pulso a los ciudadanos que forman parte de mis redes, recuperando sus percepciones del proceso electoral a través de tres preguntas básicas: ¿Qué importancia tienen las elecciones? ¿Si votarán el 1º de julio y por qué razones lo harán? Se trata de un segmento de la ciudadanía de clase media y las posturas que adopta frente a las elecciones. No se trata de un ejercicio estadístico representativo de ese universo sino, en todo caso, una aproximación a sus percepciones. A continuación comparto con ustedes algunos los resultados más relevantes.

En primer lugar, ofrezco los datos que, en general, exploran cuáles son las expectativas del proceso electoral y la importancia que los ciudadanos le atribuyen. En este sentido, las cifras arrojan los siguientes resultados, tal y como se desprenden del siguiente gráfico. Como se observa, la mayoría considera que las elecciones son muy importantes, pues casi el 70% de los encuestados consideró de esa forma el proceso electoral próximo. Sin embargo, cabe destacar, también, que un porcentaje importante de alrededor del 20% no sabe o prefirió no contestar nuestros cuestionamientos. Una mínima cantidad de los encuestados señaló que las elecciones no son nada importantes; mientras que casi el 8% aseguró que tienen una regular importancia.

Considero que lo más importante o lo que puede ser más relevante en los datos es que se atribuye una gran importancia a las elecciones, cosa que, quizás, no ocurría hace aproximadamente unos 20 o 30 años. En este sentido, podemos inferir que se le concede cierta credibilidad al órgano electoral y, si nuestra hipótesis es cierta, esa será una buena noticia para nuestra naciente cultura democrática.

En segundo lugar, otra de las preguntas formuladas fue si votarían el 1º de julio. En la gráfica que sigue están los datos que muestran de manera contundente que la mayoría ejercerá su derecho ciudadano a la representación política; aunque, también, existe un segmento que no quiso o no supo contestar la pregunta. Como se puede observar, del total de encuestados el 81% de los que respondieron la pregunta se decidieron por el SI, esto quiere decir que una abrumadora mayoría votará en el próximo proceso electoral. Si esto se confirma será una buena noticia para la democracia mexicana, pese a lo que dicen muchos analistas de que tenemos una democracia imperfecta, no porque el razonamiento en sí mismo esté mal, sino porque la participación decidida de los electores, tal cual lo manifiestan los datos, constituye una principio fundamental que no agota la democracia, pero sí manifiesta la vitalidad que los ciudadanos tienen de participar y hacer efectivo su derecho a la representación política vía procesos electorales competidos.

Ahora bien, en tercer lugar, la última pregunta formulada es de carácter cualitativa y se enfocó más bien a recuperar las razones por las cuales los ciudadanos atribuyen una importancia significativa al proceso electoral. Cabe apuntar que, en este sentido, tenemos en puerta una de las elecciones más significativas no solamente porque se elige al presidente de la república sino porque, además, en muchos estados del país se votará por autoridades locales, tanto a nivel estatal como municipal. Es lo que en la jerga político-electoral se denomina elecciones concurrentes. Para dar una idea de los cargos que estarán en disputa, hay que decir que en 9 entidades del país se renovarán los gobiernos estatales (incluída la Ciudad de México) y también, se elegirán diputados locales y alcaldes. Es el caso de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Yucatán y la Ciudad de México; con la salvedad de Veracruz, en el que se votará, además de presidente, senadores y diputados federales, también se eligirá al gobernador y a 50 diputados locales.

En general, se están disputando poco menos de 3500 cargos de elección popular (3,407), de los cuales 629 son de rango federal (500 diputados, 128 senadores y un presidente de la república) y el resto son del ambito estatal y municipal. En la escala municipal, es importante señalar que la pugna será por 1,806 cargos de representación, entre alcaldes, consejales, regidores, etc., esto constituye entonces alrededor del 65% de los cargos que estarán en disputa en el ambito local y poco más del 50% (53 por ciento) si tomamos en cuenta todos los cargos que entrarán en la contienda del 1º de julio, es decir, los del ámbito federal y el local. De modo que tenemos unos comicios que serán la madre de todas las batallas electorales por la conjunción de las elecciones locales con las federales, materializada en los cargos públicos y de representación política que estarán en la disputa final.

A pesar de estos datos que nos muestran tanto las dimensiones del proceso electoral, como la importancia que tendrán los cargos a elegirse en el plano local, las respuestas de la encuesta en torno a las razones por las cuales se votará el 1º de julio pueden agruparse de la siguiente manera. Las que aluden a un derecho ciudadano y, por lo tanto, constituyen el principal incentivo para votar, aquí se encuentra la mayoría con un 30%. Otro conjunto de respuestas podríamos decir que se relacionan con la sensación de hartazgo frente a la indolencia de los gobernantes, pero principalmente, a la percepción de la ostensible corrupción de prácticamente toda la clase política. En este segmento se ubica el 18 por ciento de los encuestados y casi la misma proporción es la de quienes decidieron no contestar (19%). Ligada a esta idea, igualmente está la recurrente necesidad de un cambio que permita al menos contemplar la posibilidad de una administración o un estilo de gobierno distinto a los que ya se han tenido (11%) y en la misma proporción se encuentran aquellos que ya han decidido la orientación de su voto y quieren que alguien en particular gane la contienda. Otro grupo es el de lo que quieren que las cosas mejoren (7%). Un último grupo de ciudadanos están convencidos que, con su voto, evitarán que haya un fraude (4%).

Finalmente, creo que, si no pasa alguna cosa catastrófica y si el entusiasmo se mantiene, tendremos unas elecciones que pueden ofrecer algunas sorpresas. Siempre existe una dosis de incertidumbre en los procesos electorales; pero más allá de esto, el hecho mismo de que se hayan generado todas estas expectativas y un alto sentido de responsabilidad ciudadana, me parece que estamos ganando mucho como país. Sin embargo, no hay que perder de vista que una de las artimañas más recurrentes en las contiendas electorales es la compra y coacción del voto. En un país como el nuestro en el que prácticamente la mitad de la población se encuentra viviendo situaciones de pobreza, esto puede ser el aliciente para traficar con los sufragios de los ciudadanos más vulnerables. Hay que estar atentos.

Un comentario en “De elecciones, debates y expectativas”

  1. Octavio Sanchez
    25 abril, 2018 at 7:50 #

    Buen comentario. Coincido contigo, sobre todo que debemos de estar atentos, ahora si ante un atentado electoral. Sabemos cómo se las gasta los huachicoleros electorales para ganar a como dé lugar. Sólo difiero un poco, con la encuesta del punto tres. En el que señala que la gente estará votando por derecho ciudadano. Creo que más bien, sería por un HARTAZGO. Y eso engloba muchas cosas. Pero en fin, la gente pensamos diferente. Un saludo Sr. Efrain, leo continuamente sus comentarios, se me hacen muy acertados e interesantes.

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