El enigma irresoluble sobre el cisne
Casa de citas/ 363
El enigma irresoluble sobre el cisne
Héctor Cortés Mandujano
Mi ejemplar de La virgen y el gitano (Editorial Impedimenta, 2008), de D. H. Lawrence, es un bello objeto: la pintura de la portada, la camisa del libro, la funda son un regalo a la vista. La novela es magnífica y tiene la tensión sexual de, por citar la más conocida obra de David Herbert (D. H.), El amante de Lady Chatterley, sin llegar a lo explícito de aquella.
Publicada después de la muerte de Lawrence, en 1930, la historia es una exploración del alma humana. Yvette, bella, joven e hija de familia, se siente atraída por el gitano que conoce por azar. Sólo puede hablar de ello con gente que no sea tan hipócrita y tan timorata como su propio círculo, su propia familia. Lo hace con la mujer judía que abandonó a su esposo e hijas por el amor de un hombre más joven que ella.
La mujer se escandaliza, pero no su joven amante, quien dice (p. 125): “Un gato puede también mirar a un rey. […] El deseo es lo más maravilloso que la vida puede ofrecer. Quien sea capaz de sentirlo es un rey, y merece toda mi envidia”.
El final de la novela es, también, sorpresivo y poderoso. Vale la pena leer, si hay quien escriba historias como ésta.
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Ya he escrito bastante de Esculpir en el tiempo, el eBook de Tarkosvki, pero aún me quedaron en el tintero estos versos de su papá, Arseni Alexandrovich, que separan un capítulo de otro. Se llama “Se apaga la vista” y habla de la vejez. Es hermoso y terrible, como dice Macbeth:
Se debilitaron los nudos de los músculos firmes
como canosos bueyes sobre el arado;
y ya no brillan de noche
las dos alas detrás de mis hombros.
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Ven a vivir conmigo y sé mi amor…
Marlowe
Con bastante rapidez y eficacia despachan la vida de Christopher Marlowe (Cambridge, 1564) en la contraportada de mi ejemplar de La trágica historia de la vida y la muerte del doctor Fausto (Cátedra, 1984): “Falleció a los veintinueve años dejando escritos siete dramas. Su vida fue turbulenta, y con las conjeturas sobres sus puntos oscuros se podrían llenar volúmenes. Fue acusado de blasfemo, ateo y homosexual. Tuvo un fin trágico”.
Fausto, la persona que dio origen al personaje de Marlowe, que luego retomó Goethe y después se volvió nombre genérico de quien entrega el alma al diablo, según la introducción de Julio César Santoyo fue calificado por un coetáneo y coterráneo suyo como (p. 27) “bestia torpísima y cloaca de muchos diablos”.
Marlowe, por la fecha y la rareza de su asesinato y desaparición, ha sido considerado por varias personas como el verdadero Shakespeare (en el caso de que no haya existido de veras un Shakespeare), pero esta obra no muestra el poder, el talento, la asombrosa capacidad de trastocar la realidad que tuvo el “dulce cisne de Avon”, como lo llamó Ben Johnson. Es una obra menor que dio origen a toda una bibliografía, eso sí.
Por cierto, Marlowe es uno de los viejísimos vampiros que, como personaje, aparece en la película Sólo los amantes sobreviven (Only Lovers Left Alive, 2013), de Jim Jarmusch. Allí trata también, inútilmente, de aclarar el equívoco sobre la identidad de Shakespeare que, salvo que alguno de los dos reviva, será eterno.
Contactos: hectorcortesm@gmail.com
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