Desde la tierra caliente a Los Altos

© Cuando la rapiña política, estimula a la barbarie. Ocotepec, Chiapas (2017)

Parte décima quinta

Pero además, inicia aquí desafortunadamente, una desforestación terrible: abundante pasto superficial pero ni un solo animal rumiando sobre ellos; acaguales extensos, restos de árboles aserrados, señalización carretera casi inexistente, algunas ardillas y culebras, y el desgajamiento de un cerro. Es evidente cómo desde hace mucho, el desprendimiento fue abandonado junto con  antiguas tolvas, gigantes molinos oxidados y máquinas inservibles.

Llegan por fin al entronque de la carretera que viene de Copainalá, vía Coapilla y va al callejón sin salida de Ocotepec, pues eso desafortunadamente es esta villa; ante la imposibilidad de comunicarse con sus vecinos. Francisco León, ubicado hacia el Noroeste, y el municipio de Chapultenango hacia el perfecto Norte. Bien es cierto que desde aquí puede alcanzarse Tecpatán, transitando según les informan, por una carretera en calidad de brecha, la misma que pasa por Plan del Ocotal y San Pablo Huacanó.

Avanzan hacia el rumbo Norte entonces, mientras la carretera pierde su asfalto. Ello a pesar de que el mapa le anuncia pavimentada hasta la cabecera municipal. Aunque… es sublime la visión encantada que guardan del pequeño bosque de liquidámbares por el que atraviesan. Liquidámbar: el árbol de hojas estrelladas, parecidas al maple canadiense, que igual a él, al agotarse en otoño, torna el verde de sus hojas a los colores amarillo, ocre y colorado.

Clarangélica recuerda aquí, momentos aciagos durante 1986. Hasta Ocotepec llega el área de responsabilidad de la Jefatura de Zona del INEA que ella administra, cuya oficina radica en Copainalá. Educación de Adultos es la agencia gubernamental que por esos años impulsa la alfabetización masiva e intensa del medio rural, y en general de los condenados de la tierra. Por esos años estas carreteras son brechas, y a lo sumo terracerías. Transcurre su primer embarazo, debe viajar hasta acá, e incluso sigue haciéndolo después, sufriendo en carne propia la distancia y el retiro semanal de su César primogénito. Recuerda que en Ocotepec recibe el cobijo de las monjas clarisas capuchinas, y en fin que… ¡Hemos llegado, señores, al fin del mundo! Informa Juan José, plenamente satisfecho.

Estacionan el coche junto al mercado, detrás del templo de San Marcos. Iglesia dominicana y antigua como las anteriores aunque remozada. Se apean y se acercan a la plaza y al Ayuntamiento y… no queda más que alarmarse, pues justo entre la Presidencia y el parque yace una furgoneta grande, incendiada, reducida a chatarra. Igual que todo el Palacio Municipal, aunque aquí se observan huellas no sólo de fuego y destrucción, sino de depredación y vandalismo: chapas forzadas, cristales y puertas rotas, equipamiento destruido.

Deambulan entre la iglesia desprovista de torres, su campanario aislado, la plaza, el quiosco y el edificio devastado… hasta que por fin el señor de las nieves —previa compra, charla, condescendencia y demás— se anima a contar la historia y algo dice: que se llevaron las sillas, “las mesas y hasta la campana de la Independencia”. Que toda la culpa la tiene la presidenta, pues “se quiere clavar el dinero que vino del gobierno para viviendas”. Que “no ha cumplido con las carreteras que prometió”. Que “no quiere apoyar para las fiestas” de los pueblos. Que “su hijo en un accidente, mató a una embarazada”. E incluso para terminar remata: “la presidenta y su gente son unas vacas echadas”.

Chitón boca. No más. Salvo la nota periodística del suceso, al día siguiente, divulgada por los medios locales y de circulación nacional:

Vandalizan la alcaldía de Ocotepec. Los inconformes acusan a la presidenta municipal de condicionar apoyos a quienes no simpatizan con el PRI. El Universal. Julio 06 de 2017. Oscar Gutiérrez, corresponsal. Pobladores inconformes con la administración del municipio de Ocotepec, en la región Norte de Chiapas, vandalizaron la alcaldía y quemaron una ambulancia, afuera del inmueble.

Un grupo de personas que reclamaba recursos para viviendas, en el municipio de Ocotepec, Chiapas, vandalizó las instalaciones de la Presidencia Municipal y quemó un vehículo en el lugar.

La protesta derivó de la supuesta desatención de la alcaldesa Sonia Morales Valencia, a quien acusan de presunto desvío de recursos. Y ocurrió la tarde de este miércoles, informaron autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública.

Los representantes de aproximadamente 32 comunidades ejidales llegaron a la cabecera municipal para reclamar su exclusión de los recursos que el gobierno federal canaliza hacia programas de vivienda, lo que provocó que más tarde, ante la falta de respuesta, saquearan y vandalizaran las oficinas de la Presidencia Municipal, destruyendo muebles y equipos de cómputo; quemando documentos administrativos.

Más tarde le prendieron fuego a la ambulancia estacionada frente al edificio municipal, y posteriormente se retiraron del lugar. Las autoridades de la Fiscalía General de Justicia, hasta el momento no han dado su versión de los hechos, tampoco se reportan personas detenidas por estos actos vandálicos.

Regresan con cierta sensación agridulce en los labios, pues ahora sí, ya van camino a Coapilla. Juanjo advierte que cuando apenas venían, él observa varios vehículos incinerados y mohosos. ¡Éstos!, señala a orillas de la carretera, los que están después de la clínica. Y efectivamente son tres autos, probablemente una o dos ambulancias que tal vez, hace tiempo, hayan sido igualmente incendiadas por alguna razón imputable a gobernantes y ciudadanos inconformes.

Desandan el camino, van descendiendo por el interior de la montaña, llegan al punto del entronque en donde encontraron esta carretera, y ahora sí, avanzan hacia el rumbo SSW.

Retroalimentación porfas. cruzcoutino@gmail.com

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