Elecciones en Chiapas; ruptura y disputas
Se han cumplido las “fechas fatales” que marcan las leyes electorales locales y nacionales. Los choques, las rupturas y las disputas en Chiapas se pusieron al rojo vivo; resultaron inevitables porque en el fondo, el poder está en disputa. Unos quieren continuar ejerciéndolo y otros lo buscan. No hay de otra, porque para los primeros significa impunidad y borrón y cuenta nueva; para los segundos el poder significa primero que nada, vengar agravios; por ello se dan y se darán con todo.
En épocas electorales los buenos parecen malos, los villanos son blancas palomas; los autoritarios parecen demócratas y los demócratas parecen los peores dictadores.
Quienes piden libertad antes la obstruyeron y los que gozaron libertades hoy la obstruyen. Comienza ya la guerra sucia, especialmente en redes sociales denostando a las figuras políticas actuales. Y la época electoral apenas empieza, pero se antoja larga y competitiva.
En la alianza PRI-Verde el candidato elegido fue el Senador Roberto Albores Gleason. Sin embargo su unción como precandidato no resultó tersa. Atrás quedaron las aspiraciones del Diputado local Eduardo Ramírez Aguilar y del Senador Luis Armando Melgar Bravo. Ante la ya inevitable candidatura alborista, la rebelión de los otros aspirantes está en puerta y hace que la elección para gobernador en Chiapas sea la más competitiva y la que más incertidumbre sobre el ganador final genera en nuestra historia.
Un primer damnificado de esta rebelión de la élite política chiapaneca es el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade. Lo menos que necesita un candidato en tercer lugar de las encuestas es ver rupturas entre sus aliados. Sobre todo los de un estado como Chiapas en donde el voto del corporativismo de los programas sociales es alto. Por el contrario; un primer beneficiado de la ruptura PRI-Verde en Chiapas es el candidato de MORENA Andrés Manuel López Obrador; parte de lo que el tabasqueño jocosamente llama “el oro de Moscú”, -los votos- vendrán de un Chiapas que ve a sus cúpulas políticas antes aliadas y hoy enfrentadas.
A días -horas- de formalizarse los nombres de los candidatos a la gubernatura chiapaneca, el clima político local arde y la característica principal es la incertidumbre. La falta de certeza política local tiene varias aristas; la tranquilidad social del estado, la viabilidad de la victoria priista-verde, el papel del ejecutivo estatal y el perfil de los candidatos del Frente Democrático y de MORENA.
Ante la designación de Roberto Albores, la clase política que responde a los intereses verde-ecologistas rápidamente reaccionó, y en una jugada sorpresiva, la bancada del congreso local identificada con esos colores, se declaró independiente.
En Chiapas, la lealtad partidista ya no existe, elevó su precio o tiene un costo político muy alto. Ninguna iniciativa que no venga del gobierno del estado pasará con tanto diputado independiente; además el ejecutivo estatal se blinda ante cualquier albazo federal. Intacto el poder local del gobierno del estado; pero aislado a nivel federal. Se la juegan y no se la juegan ni con el PRI ni con el Verde.
Una victoria del ejecutivo estatal que ante la coyuntura actual hace lo que tiene que hacer. Pero que en el futuro tendrá su costo porque lo aislará nacionalmente. El ex gobernador Pablo Salazar describía muy bien el después de una gubernatura; es el “terreno del no poder”. A eso se enfrentará el ejecutivo actual.
En ese salto sin el PRI y sin el PVEM a Eduardo Ramírez Aguilar se le va la vida política. Operador político polémico; Ramírez Aguilar es quien mejor conoce a la clase política local, tanto a nivel estatal como a nivel municipal.
Ramírez Aguilar los conoce, los designa y los ha promovido. Al ahora ex presidente del Verde local le deben lealtad. Y tal parece que saltan a la incertidumbre política con el comiteco. Ese conocimiento de la clase política estatal es el principal activo de Ramírez Aguilar. Por ello tiene dos opciones; o con el frente y con los partidos políticos locales o por la vía independiente; pero siempre atrás de el, la clase política estatal y el ejecutivo chiapaneco. No parece fácil su victoria electoral; pero con esos apoyos es factible.
Con la clase política estatal Eduardo Ramírez no tiene dificultades. Las complicaciones empiezan -si busca la candidatura del Frente- con otros actores políticos, entre ellos José Antonio Aguilar Bodegas, María Elena Orantes y Francisco Rojas Toledo. ¿Es posible que pueda tener acuerdos con ellos?. Pero también la vía podría ser la independiente. Con MORENA, tal parece que no hay acuerdo.
El Candidato del PRI
Por origen y por historia, Roberto Albores Gleason es priista. Hace seis años, su partido en busca de una alianza que lo hiciera fuerte ante el PAN y el PRD cedió la candidatura a la gubernatura a su aliado el PVEM. Hoy los dos socios entraron en pugna porque el PRI pedía encabezar con alguien de sus filas la alianza, el PVEM alegaba que si bien había una alianza, ellos son la primer fuerza política estatal. No hubo acuerdo. No hay alianza porque ante la falta de acuerdo, dicha alianza PRI-PVEM en Chiapas es de puro membrete. Es decir, el PRI en Chiapas va a elecciones en solitario.
Mientras más se acercaban las fechas fatales, el nombre del Senador Roberto Albores sonaba con insistencia como el abanderado priista. Finalmente el designio se concretó. Pero lo esencial es preguntarse ¿Al Senador Albores -sin elPVEM- le alcanza la designación priista para ser el próximo gobernador del Estado?
Si analizamos el contexto nacional y chiapaneco; su aspiración es posible, pero también se antoja que el camino hacia la gubernatura es el más espinoso de todos los que aspiran a gobernar el estado.
Definitivamente la figura del candidato nacional José Antonio Meade no ayuda mucho al candidato local. Meade está resultando un candidato muy gris. En realidad el ex secretario de Hacienda es quien necesita ayuda para abandonar el tercer lugar de las encuestas nacionales. También por ello Roberto Albores va solo en su camino.
Pero además Albores Gleason con la rebelión de los socios del PVEM pierde una base popular muy importante, sobre todo, pierde el apoyo de la estructura gubernamental local; Albores y el conflicto con el PVEM local nos recuerda que en la época de la alternancia mexicana, ser candidato ya no significa en automático ser electo.
Morena: la incognita del candidato
En la carambola pre-electoral chiapaneca el directamente beneficiado es MORENA. Al movimiento político de Andrés Manuel López Obrador le convienen las pugnas de sus contrincantes políticos. Desde arriba de las encuestas nacionales AMLO observa como Ricardo Anaya del Frente y José Antonio Meade del PRI-PVEM buscan descarrilarlo, pero para bajarlo del primer lugar, Anaya y Meade tienen que despedazarse primero. La elección nacional se antoja como una final entre dos personajes y no tres.
Algo parecido sucede a nivel local en Chiapas. Mientras los ex socios PRI-Verde pelean entre ellos. La aspiración morenista de recaudar los mayores votos chiapanecos posibles parece ayudada e impulsada por la coyuntura actual. La mayor tarea de López Obrador en Chiapas será elegir a un candidato a la gubernatura que no genere pugnas entre la base de MORENA, y que además pueda capitalizar la pugna PRI-Verde.
De esta manera, en MORENA no hay más opciones que designar a Rutilio Escandón Cadenas o buscar a alguno de los defenestados. El saldo negativo del ex titular del Tribunal Judicial chiapaneco es la falta de transparencia en la publicidad que generaba desde su posición política-administrativa. Es, ¿Escandón Cadenas es un candidato fuerte y la opción definitiva de López Obrador?; porque otra opción es el Senador Luis Armando Melgar Bravo. Por esta opción Melgar Bravo tendría que pelearla con sus amigos empresarios.
Nada para nadie
Hay varias certezas sobre la coyuntura electoral en Chiapas.
El gobierno del Estado está aislado, la ruptura PRI-Verde tendrá un costo, tanto para los que se quedan -Albores- y para los que se van -EduardoRamírez- y además MORENA e incluso el Frente capitalizarán la disputa de la clase política chiapaneca. La única incertidumbre que hay es la más importante; no sabemos con certeza quien sería el futuro gobernador y quienes estarán finalmente en la boleta para aspirar a serlo.
Tiempos de alternancia democrática, las disputas electorales parece que en el futuro, tendrán la característica de ser intensamente disputadas.
Por último, y sin ser un pronóstico que intente generalizar. Muchos chiapanecos tienen un esquema electoral muy claro. En lo federal votarán por Andrés Manuel López Obrador y en lo local, por quien crean que en lo personal les convenga. Recuerde que somos un estado que vive de las participaciones financieras federales. Los votos corporativos son muy codiciados.
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