Lo sagrado del rebaño: el nacimiento de un símbolo/5 y última

Hacia 1954, y aconsejado por Fernando Marcos, El Tigre consolidó al equipo América, los originales “Cremas” (“la crema y nata” de la sociedad) en oposición a las Chivas Rayadas, la crema y nata de “lo naco” a los ojos del Tigre.

Por otra parte, el América representaría al Distrito Federal en una contienda contra La Provincia, representada por las Chivas. Así nació el negocio interminable del Clásico del futbol Mexicano, dominado por la gran empresa televisiva. Los miles de seguidores que el Guadalajara tiene en el Distrito lo son porque ven en el equipo un símbolo de la nación y de lo popular mexicano. Nuevamente, es la identidad lo que logra la integración por sobre la condición empírica de clase. Si se examina la condición mayoritaria, de los seguidores del equipo América, son en su mayoría, clases populares, pero identificadas con la posibilidad de una identidad alternativa, que portan las clases altas, proclives a la importación de rasgos culturales de fuera.

Por ello, al igual que en el Atlas, no solo no importa que jueguen extranjeros en el equipo, sino que eso es, precisamente, el atractivo.  Cuando el clásico tiene lugar en el Estadio Jalisco, las contradicciones Centro-Región pasan a primer plano: El América es repudiado porque es “chilango”, símbolo de la centralidad que ha caracterizado al país.

En una especie de trastiempo, los partidos de futbol mencionados recrean una parte de la historia de la formación de la mexicanidad y de la hegemonía de un sistema político, social y cultural, centralizado. De esta forma, los añejos conflictos entre el Centro y la Región quedaron simbolizados en la rivalidad entre los equipos América y Guadalajara: los chilangos contra los provincianos. Es decir, el todopoderoso centro defeño contra su rival histórico, la provincia mexicana. El partido del América contra el Guadalajara también simboliza la conflictiva relación entre ricos y pobres.

Por supuesto, es también la confrontación entre el nacionalismo versus el entreguismo. Estas son las contradicciones que hacen del Rebaño Sagrado el club de futbol más dramático en México.

La cuestión, finalmente, de la identidad alrededor de los equipos de futbol también apunta hacia la importancia de una “religión laica”, valga la contradicción. Es decir, es el sentimiento de identidad simbolizado en un equipo de fútbol, uno de los mecanismos que admiten la conjugación de grupos religiosos disímiles, o de clases sociales diferentes y aún en conflicto, en un sentimiento común.

La variedad humana encuentra en un equipo de futbol a un mecanismo de integración y de sobreposición de las diferencias y de las desigualdades, incluyendo al género y a las preferencias sexuales.   La composición social de los seguidores de un grupo de futbol, como los mencionados en este texto, demuestra lo anterior.

En otro aspecto, la persistencia de añejas contradicciones en una sociedad concreta es susceptible de representarse una y otra vez en un partido de fútbol entre equipos específicos. Por ello los llamados partidos clásicos en México (América Vs. Guadalajara; Atlas Vs. Guadalajara) o el derbi como se dice en España (Barcelona Vs. Real Madrid), llena los estadios y los resultados deportivos alientan manifestaciones de la sociedad en forma masiva.

Estamos ante eventos ritualizados que permiten observar la capacidad humana de crear “estructuras fugaces”, valga el paradójico término. Al finalizar un partido, los asistentes “retoman” sus posiciones empíricas en la estructura realmente existente en la sociedad. El siguiente partido, repetirá el ciclo y abrirá la posibilidad de vivir momentos simbólicos de intensidad creciente, que, una vez pasado el tiempo del partido, dejaran de operar.

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.