Definición de habilidad

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La habilidad contiene la esencia humana. Este don (adquirido o heredado) se aplica de la misma manera para el bien que para el mal. Por eso, el padre que impulsa a sus hijos a que sean hábiles no tiene conciencia de lo que pide. La habilidad demandada puede, al final, aplicarse para cosas positivas o negativas. Juan, el hijo de don Melquiades, fue aprendiz de cerrajero, desde los once años de edad. Su papá lo alentaba a que fuera el más hábil en el oficio. Poco a poco el pueblo reconoció la habilidad del pequeño Juan, pero resulta que ahora Juan está en la cárcel. Un primo de Juan reconoció su don y lo invitó a unirse a una banda de ladrones. Llegó a ser tan hábil en el oficio que (a los dieciocho, más o menos) se dedicó a ejercerlo en autos y casas ajenas. Abría cajas fuertes con una gran habilidad. Por desgracia (para él y para la honra de don Melquiades, quien siempre fue un hombre honesto) su habilidad en cerraduras no tuvo continuidad en escapes y una noche fue detenido con las manos en el ojo, en el ojo de la cerradura.

Cualquier diccionario dice que habilidad es “la capacidad de una persona para hacer una cosa correctamente y con facilidad”. Entiendo que el término “correctamente” se refiere a la manera de hacerlo y no al valor moral de lo correcto e incorrecto, porque, como ya dije, Juan es muy hábil para abrir cerraduras pero aplica su conocimiento de manera incorrecta, en cuanto a ética profesional se refiere.

Y si nos damos cuenta, estos tiempos exigen habilidad y las sociedades premian a los más habilidosos, aunque esta capacidad se destine al mal, porque habrá que reconocer que los políticos (acá en Chiapas tenemos muchos ejemplos) son muy hábiles para engañar a la sociedad. Desde pequeños fueron alentados  por sus padres (o ellos mismos lo traían en la sangre) a realizar las cosas de manera “correcta y con facilidad”.  Ya dijimos que lo correcto se refiere a lo impecable de sus acciones y no al valor de la corrección.

Un día nos enteramos que Madrazo (político tabasqueño) fue tan hábil que hizo trampa para ganar un maratón.

En el caso de Madrazo, la habilidad le sirvió para ganar de manera tramposa. Bueno, nadie puede negar que desde joven se preparó para lograr tal habilidad. El sistema político mexicano basa su poderío en la habilidad para ganar elecciones populares.

En la escuela preparatoria tuve compañeros que eran muy hábiles para la copia, siempre obtenían calificaciones superiores al siete. Ningún maestro los sancionó, porque ellos fueron más hábiles que los docentes. Por el contrario, Jaime trató una vez de copiar en un examen de matemáticas y era tan inocente que, en un dos por tres (¡seis!), fue cachado y terminó su examen con un enorme tache rojo y debió prepararse para presentar examen extraordinario.

Alfredo, con nariz de tapir y ojos haciendo chiras, era muy hábil con el verbo y así logró que Elena, una de las chicas más bellas del salón, terminara siendo su novia.

Parece que estos tiempos premian a la habilidad, aunque ésta no sea la correcta. No importa lo ético del comportamiento, lo que interesa es que uno se apropie de los primeros lugares, sitios de honor reservado a los más hábiles.

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