Las ataduras de Aguilar Bodegas
La tan anunciada precandidatura al gobierno de Chiapas de José Antonio Aguilar Bodegas por fin se concretó. Sin embargo, no inició con esa fuerza que se esperaría de un político experimentado, con el control de los tiempos y seguro de la ruta que tiene que seguir para alcanzar, en su segundo intento, primero la candidatura y luego la gubernatura del estado.
El arranque ha sido más bien vacilante y errático. En una entrevista publicada en el periódico nacional El Universal, dijo que ese mismo día –5 de octubre– renunciaría a la Secretaría del Campo (Secam), la cual ocupaba desde 20 de enero del 2015. La separación del cargo del exsenador priista no ocurrió en esa fecha sino hasta 11 días después, e incluso durante ese lapso todavía participó en varios eventos oficiales como titular de la cartera acompañando al gobernador Manuel Velasco Coello. De su salida de la Secam sólo se supo a través de un comunicado de dicha secretaría donde Aguilar Bodegas se despide de los trabajadores de la institución y agradece al Ejecutivo estatal la confianza depositada. Formalmente el gobierno no ha informado quién es el encargado del despacho y a una semana de haber anunciado su retiro, en la página web oficial actualizada al día de ayer, aún sigue apareciendo como titular de la institución.
Para algunos podrán ser sólo minucias, descuidos sin relevancia, pero lo cierto es que esos detalles sugieren desacuerdos, resistencias, juegos de poder en la élite política chiapaneca que muestran indecisiones en el proceso de la sucesión a la gubernatura del próximo año. Por supuesto, un inicio con incertidumbre e indefiniciones, no es la mejor forma de comenzar un proyecto de gran envergadura como el que se pretende. La cuestión aquí es hasta qué punto Josean puede alcanzar una candidatura lo suficientemente desligada de la administración a la que perteneció, si puede liberarse de los pasivos del malogrado gobierno de Velasco, si es capaz de despojarse de la percepción de continuidad y representar una alternativa real de cambio.
El otro punto controversial de Aguilar Bodegas es el contenido de su discurso como estrategia política. En la soterrada precampaña que lleva a cabo en municipios del estado, la mayoría de sus alocuciones se han centrado en la crítica a la administración del exgobernador Juan Sabines Guerrero, señalándolo como la causa principal del atraso de Chiapas y la razón por la cual el gobierno de Velasco se ha visto limitado en sus posibilidades de solucionar los problemas más apremiantes del estado.
Lo acusó de corrupción, de haber endeudado al estado, de autoritario, y del divisionismo y la violencia en las zonas indígenas; “es urgente que haya un cambio de fondo en los nuevos gobiernos y no permitir nunca más el regreso de gente corrupta, bandidos y saqueadores que sólo han medrado con la dignidad de los chiapanecos”, señaló quien enfrentó en 2012 acusaciones del gobierno de Sabines por delincuencia organizada y lavado de dinero.
Puede que Aguilar Bodegas tenga algo o mucha razón en señalar las deficiencias sabinistas, pero hacerlo tema central de su accionar proselitista es una estrategia equivocada por visceral, limitada y riesgosa. No puede fundamentar sus aspiraciones en las venganzas personales y tampoco responsabilizar de todos los males a una administración que concluyó hace cinco años, menos cuando al gobierno de Velasco ha reproducido muchos de los defectos que señala.
Usar la corrupción como tema de precampaña no es una buena decisión, pues el referente más inmediato que tiene la gente es el actual gobierno y eso más temprano que tarde resultará insostenible y se le revertirá al gobierno que lo cobijó. Dicho de otra forma, está escupiendo para arriba.
El asunto se observa tan delicado, que Josean debe ir pensando ya en otra estrategia porque seguramente será reconvenido y deberá desechar cuanto antes ese discurso abiertamente antisabinista. Si en realidad quiere obtener la candidatura a gobernador, tiene que ampliar su mirada estratégica que le permita salirse de las formas tradicionales de hacer política e incluya en su agenda temas actuales e interesantes para una ciudadanía chiapaneca más informada y crítica.
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