El futuro de Chiapas: políticos y sociedad civil (1)
En colaboraciones anteriores he hecho referencia al poco o nulo interés de los políticos con cargos públicos, y también de los posibles candidatos a ocuparlos, por el futuro de Chiapas. Por supuesto, toda generalización es arriesgada, imprecisa, o injusta con quien tenga una real voluntad y vocación de servicio, aquella que debe representar el sentir y actuar de los políticos.
Sin embargo, los precedentes de los últimos sexenios no llaman precisamente a la euforia, por tal motivo las calenturas de tanto candidato a ocupar la máxima representación del país, o como ocurre a nivel estatal, ofrecen un panorama poco halagüeño para la construcción del Chiapas que muchos de sus ciudadanos desean, pero que también necesitan para vivir con dignidad y cierta solvencia, como mínimo, económica.
Recordar el carácter inicialmente colonial del que surgen los países de Latinoamérica, y por supuesto sus diversas distribuciones territoriales y políticas, que en el caso mexicano refieren a una República federal, es hablar de partes del globo mundial que fueron usadas para el expolio y la explotación en beneficio de una lejana metrópoli. Una manera de concebir la creación de riqueza a la distancia y que incluía la explotación humana, ya sea a los indígenas habitantes originales del territorio, o gracias al sistema de esclavitud que trajo al continente americano una ingente cantidad de africanos para ser usados como mano de obra. Una situación lejana en el tiempo, si se quiere, pero que parece muy establecida y con un largo aliento a la hora de pensar los países como lugares para obtener riqueza. Forma de esquilmar y de hipotecar el futuro, pero que denota una consideración muy colonial del propio país. Y ello no debe achacarse, únicamente, a las potencias extranjeras, sino que también procede del interior de los Estados.
Es conocido como muchos políticos mexicanos se han enriquecido, sin tener un patrimonio previo, tras pasar por puestos de representación popular o ejerciendo papeles ejecutivos. Y en los últimos meses varios, con notorios puestos, han sido detenidos dentro del territorio nacional o cuando se encontraban lejos de él.
Algunos de esos políticos se convirtieron después en empresarios exitosos, o como mínimo en inversionistas. La creación de riqueza en la sociedad que nos ha tocado vivir surge de la existencia de un empresariado atrevido, por no hablar de burguesía que parece un término en desuso hoy en día. Chiapas no es un ejemplo de esa posibilidad económica, aunque por supuesto existen empresarios emprendedores. Por el contrario, hay una tendencia a efectuar inversiones conocidas como no productivas, aquellas basadas en la ganancia mediante la actitud del rentista. Inversiones en bienes muebles, por ejemplo, es el caso más conocido de ese accionar que permite obtener beneficios económicos pero que no crean riqueza a nivel general. Una actitud muy colonial, de nuevo, y donde el futuro del estado o del país queda lejos de asegurarse. Tal pensamiento y forma de proceder se aleja de la idea de construcción continua que todos los Estados modernos necesitan para asegurar el mínimo bienestar de sus ciudadanos y, por ende, el futuro de sus próximas generaciones, puesto que las jóvenes de hoy en día no vislumbran un camino cierto para obtener el mínimo desarrollo personal y laboral. Sin contar con encuestas al respecto es fácil conocer el sentir de los jóvenes platicando con ellos en cualquier ámbito o lugar del estado de Chiapas.
Por tal motivo, es de aplaudir, y reconocer, la predisposición de jóvenes emprendedores en el estado que ven más allá del servicio público su posibilidad de crecimiento personal y laboral.
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