14 de septiembre: 1824. 2017
Ernesto Gómez Pananá
193 años después de ser con México un solo país, las comunidades chiapanecas, la sociedad entera, estamos en crisis.
En 1824, Chiapas se hallaba sola, huérfana, desamparada. Solo la voluntad de su gente podía sacarla adelante. Y la salida era federarse a México.
Hoy, casi dos siglos más tarde, el 7 de septiembre a la casi medianoche, vimos de repente la tierra sacudirse, escuchamos los gritos y el miedo que vino del mar atravesó las montañas, nos quitó el antifaz y se llevó nuestras ropas…
Esa noche, la figura en relieve que conmemora nuestra mexicanidad en nuestro Parque Morelos quedó herida: al suelo cayeron los rostros de esas mujeres que estrechan sus manos en gesto de hermandad. Su cuerpo quedó agrietado, frágil, incompleto, lastimado. Así como estamos hoy.
Carl Jung afirmada que el inconsciente colectivo -el arquetipo-, nos mueve, y y que la casualidad no existe, hablando en vez de ello de sincronicidad.
Hoy, la federación fracturada es metáfora arquetípica de la libertad y de la trascendencia que necesitamos alcanzar para liberarnos del grupúsculo de gavilleros, de la cofradía de pseudo señores feudales que abrazan señoras y estrechan manos mientras se llevan a ultramar la riqueza que debiera ser de toda la sociedad.
Hoy, la federación fracturada es signo de oportunidad de futuro.
Basta de indefensión. Basta de pasividad. Basta de permisividad e indiferencia.
Hoy, la federación fracturada días antes de su conmemoración 193, es signo de sincronicidad que habría que leer pues, como esa oportunidad de futuro.
No hace falta dejar de ser México para empezar a ser la patria para todas y todos quienes habitamos esta tierra.
Quien gobierne Chiapas el sexenio próximo será el gobierno del bicentenario chiapaneco. Empecemos ya, a construir un escenario de dignidad y auténtico desarrollo.
La oportunidad de futuro está a la vuelta de unos meses. El cambio de fondo y la transformación de régimen es posible. No desperdiciemos un sexenio más. No privemos a otra generación de la oportunidad de vivir en un Mejor Chiapas.
Que el hartazgo que sacude, que fractura y derrumba, eclosione en oportunidad de futuro.
Que el sismo que nos sacude sea aquel que permita expulsar a los ladrones del templo. Que la náusea nos despierte y el hartazgo nos movilice. Basta ya. Lárguense.
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