Los Soñadores (1)
En días pasados, para ser exactos, desde el jueves hasta el domingo de la semana anterior, asistí a Tijuana invitado por el Colegio de la Frontera Norte y el California-Mexico Center de la Universidad de California en Long Beach, para celebrar los 35 años de fundación del recinto académico fronterizo, nacido gracias a los esfuerzos de Jorge Bustamente. Así mismo, la ocasión fue propicia para departir con un grupo de 35 jóvenes, “dreamers”, comandados por el incansable luchador de las causas de los mexicanos en los Estados Unidos, Armando Vázquez-Ramos. Fue una experiencia inolvidable, desgarradora también y llena de lecciones acerca de nuestro tiempo.
En varios de los textos que he publicado en Chiapas Paralelo he sostenido la tesis de que en los Estados Unidos llegó el fascismo al poder, o por lo menos, a la Presidencia de ese país. El sistema capitalista es el mismo, pero su manejo político cambia con un régimen fascista, justo el mismo que combatieron los propios Estados Unidos contra Hitler y Musolini. El fascismo es una suerte de totalitarismo basado en el racismo, la suposición infame de que existen seres humanos superiores sólo porque su piel es blanca. Es justo el punto de vista que maneja Donald Trumpo, el actual Presidente de los Estados Unidos. Extraña paradoja la de Norteamérica: de un Presidente negro a un supremacista blanco. El cambio es enorme. Y justo en ese contexto, ha surgido la importancia de los “dreamers”, los soñadores, jóvenes nacidos en Estados Unidos en el seno de familias mexicanas que emigraron cuando esos jóvenes eran aún niños. Fueron llevados por sus padres prácticamente en brazos, cruzando las fronteras desérticas o bien los inmensos espacios que tuvieron que caminar para alcanzar lo que se sigue nombrando el “sueño americano”. Estos jóvenes son ilegales a los ojos del Estado norteamericano, porque nacieron en hogares ilegales. Sin embargo, bajo la presidencia de Obama (que, por cierto, es el Presidente norteamericano que más número de mexicanos ha deportado) consiguieron una ley llamada DACA que los ampara mientras sean estudiantes. Es decir, pueden inscribirse en las universidades del país y obtener una credencial que les otorga certificado de identidad y los ampara para continuar su educación. Por supuesto, Donald Trump no respeta el DACA y contraviniendo las leyes de su propio país, se ha dedicado a perseguir a los soñadores. El supremacista blanco no respeta ordenes legales. Actúa bajo la convicción de que su superioridad racial supuesta le da el derecho de incluso, matar a quienes considera inferiores. Eso mismo ha declarado un antiguo líder de la nefasta organización llamada Ku Klux Clan, un engendro político que se dedica a matar a gente de color que no sea el blanco. De esos es Donald Trump reconocido por ese líder mencionado como uno de los miembros de la oscura agrupación. De ese tamaño es el peligro que enfrenta el mundo actual. Y los dreamers están hoy en el centro de una lucha por los derechos humanos en el país que se abroga el derecho de ¡fiscalizar el cumplimiento de los derechos humanos en el mundo! Que paradojas estamos viviendo.
Es con ese grupo de dreamers que acudieron a Tijuana para participar en el 35 aniversario del Colegio de la Frontera Norte que tuve el privilegio de departir. Por cierto, de ese grupo, 30 eran mujeres y cinco hombres. Fueron tres días en los que compartimos la mesa, la conversación, un recorrido por Tijuana y el intercambio de ideas y planteamientos. Con ellos venían, además de Armando Vázquez-Ramos, el sociólogo México-Norteamericano Gonzalo Santos y el politólogo Primitivo Oseguera, con quienes discutimos el nuevo orden mundial que se está configurando bajo la égida del fascismo. En los próximos textos de Encarte Critico comentaré estas experiencias, que incluye mi encuentro con la Dra. Valero, una psicóloga que acompañaba a los dreamers y que es hija de nada menos que Enrique Valero, el fundador de nuestra estación de radio XEON de Tuxtla Gutiérrez. Estén atentos.
Ajijic, Ribera del Lago de Chapala, a 22 de agosto de 2017.
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