Se configuran candidaturas y la pelea rumbo al 2018 en Chiapas
Solo faltan días para que la efervescencia política en Chiapas llegue a su punto más alto antes de que en julio del 2018, los ciudadanos acudamos a las urnas a ejercer el derecho al voto.
Mientras eso ocurre, a nivel nacional el desaseo gubernamental no termina de sorprendernos a los mexicanos. El socavón en la carretera a Cuernavaca es la última muestra de un gobierno federal que hace tiempo perdió el rumbo de la gobernabilidad nacional y que aún así; se resiste a atender el clamor popular de freno a la impunidad y la corrupción.
¿Qué es lo que queda a la ciudadanía que está llena de ira? Evidentemente que solamente una opción: las urnas en el 2018.
A nivel nacional si nos atenemos a la aritmética, cualquiera puede ser el Presidente de la República. Pero por lo pronto, hay un hecho irreversible: antes de pelear electoralmente con MORENA y Andrés Manuel López Obrador, las fuerzas políticas nacionales tendrán que dirimir sus diferencias entre ellos, para tener un abanderado a Los Pinos.
En el PRI las huestes de Manlio Fabio Beltrones en contra de los intereses del Presidente Peña Nieto. En el PAN Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya en un “todos contra todos” por la nominación panista. Luego de ello, otra pelea con el PRD de Miguel Ángel Mancera y Juan Zepeda por la nominación final PAN-PRD del Frente Opositor que hoy promueven panistas y perredistas.
El único de los presidenciables que camina rumbo al 2018 sin oposición de la militancia es Andrés Manuel López Obrador. Esa es una parte de su fuerza política rumbo a las elecciones del año próximo. Ese camino sin obstáculos internos es también precisamente de lo que no pueden presumir ni panistas, ni perredistas ni priístas.
En Chiapas también las aguas se mueven rumbo al 2018, y también como sucede a nivel nacional, los probables cismas partidistas, están a punto de ocurrir; particularmente, la alianza PRI-PVEM todo parece; llegará a su fin. A partir de esa división que ya parece evidente, la lucha por la gubernatura será la guerra total.
El socavón del PVEM chiapaneco
En la superficie la legitimidad y la credibilidad. En el fondo del socavón la falta de legitimidad, la nula credibilidad y de ribete, la ira social, así está la administración pública estatal, hasta el fondo de un socavón político donde lo espera la ira social.
Quien mejor ha descrito ese desfile de agravios a la ciudadanía chiapaneca, de omisiones en el ejercicio de gobierno y de coraje social, es el diputado federal por MORENA Guillermo Santiago. Si no lo ha visto en redes sociales, hágalo; o mejor aún, invítelo a su municipio.
Pero también la Auditoría Superior de la Federación ha documentado la indiferencia gubernamental a la ciudadanía y el desaseo presupuestal, que con la ley en la mano exige y le exigirá cuentas a los funcionarios chiapanecos.
Con todo ello, el Verde Ecologista estatal hará uso de todo lo que esté a su alcance para retener otros seis años el poder político estatal. El problema es que el PRI -su socio político- se resiste a ver un candidato verde a la gubernatura chiapaneca; como también el PVEM se opone a que un candidato priista encabece la alianza estatal.
En ese escenario, el choque PVEM-PRI en Chiapas se antoja inevitable. El PRI quiere al Senador Roberto Albores Gleason de candidato de la alianza y el PVEM insiste en que el abanderado aliancista sea el diputado local Eduardo Ramírez Aguilar.
Al momento no hay acuerdo posible entre las dos fuerzas políticas, y entre los dos actores políticos al parecer, en el futuro; tampoco lo habrá. Sin embargo, este choque, moviliza a todo el tablero político chiapaneco.
Los candidatos chiapanecos
Por el PRI y lo que quede de la alianza con el PVEM iría el Senador Roberto Albores Gleason.
Por la alianza PRD-PAN y los partidos locales, el abanderado sería Eduardo Ramírez Aguilar.
Por MORENA, el candidato sería el todavía Senador por el PVEM, Luis Armando Melgar Bravo, según se deduce porque el tapachulteco es representante de los intereses en Chiapas de Ricardo Benjamin Salinas Pliego, quien abiertamente apoya el movimiento de regeneración nacional.
Así que tome en cuenta; los chiapanecos que se apuntarán a la búsqueda de la gubernatura y que tienen posibilidades reales de ganarla son Albores Gleason, Melgar Bravo y Ramírez Aguilar. Los demás candidatos podrán aparecer en la boleta como aspirantes ciudadanos, pero inevitablemente harán dos cosas con Albores, Ramírez y Melgar: una alianza con ellos o contra cualquiera de ellos.
Es altamente probable que cada uno de ellos le sea impuesto a la militancia. Pero es allí en donde comienzan otro tipo de problemas para los ya virtuales candidatos.
Es obvio que hay señales de la estructura política estatal en contra de Albores Gleason.
¿Cómo no haberlas, si no es parte de la burbuja política local?; también ¿cómo no haberlas si con alianza y todo, el gobierno local es verde ecologista? y además; es claro que ante tanto desaseo gubernamental actual, Albores candidato podrá decir cualquier cosa en aras de la unidad, pero el Albores gobernador, aplicará la ley a rajatabla a la administración pública saliente.
Es también evidente que al interior del PRI también hay señales en contra del Senador Albores.
¿Cómo no haberlas, si lo menos que hereda de su padre el ex gobernador Albores Guillén son a sus enemigos políticos?. Estos enemigos políticos, están sabedores que si Albores Gleason es el gobernador 2018-2024; lo menos que les espera es el exilio político.
Entonces la pregunta para el candidato Albores Gleason es ¿Con tantos obstáculos en su camino; está seguro que será el próximo gobernador del estado?.
En el PAN y el PRD, como apuntamos líneas arriba, es probable que el abanderado sea el Diputado local, Eduardo Ramírez Aguilar.
Es posible que imponerlo como candidato no sea ningún problema, porque para nadie es un secreto que Manuel Velasco domina a esos dos institutos políticos a nivel estatal. Pero, ¿el Diputado es lo suficientemente popular como para ser el abanderado oficial -así sea con otras siglas- que garantice el triunfo?.
Tiene a la burocracia y ex burócratas desempleados en contra, también a muchas organizaciones sociales, al magisterio y etcétera, que lo señalan de ser el operador político del desastre en que se ha convertido esta administración.
¿Qué garantiza que Eduardo Ramírez Aguilar pueda detener la desbandada perredista a MORENA? ¿Podrá negociar exitosamente con la figura más prominente del panismo chiapaneco Francisco Rojas Toledo?. Es probable que no lo pueda hacer; así públicamente Rojas Toledo y Ramírez Aguilar digan otra cosa.
El caso de MORENA es especial. En Chiapas no cuenta con un candidato fuerte y de arrastre hasta ahora. Pero la figura de Andrés Manuel López Obrador lo compensa casi todo.
En AMLO está la potestad morenista de designar candidato a la gubernatura. En nadie más y dentro de su instituto político nadie le cuestiona esa particularidad. Esa verticalidad será beneficiosa para el que sea ungido en Chiapas por el tabasqueño. Que en este caso, todo indica que será el Senador todavía -pero no por mucho tiempo más- por el PVEM Luis Armando Melgar Bravo.
El Tapachulteco tendría el camino menos espinado rumbo a la nominación. Pero eso tampoco le garantiza que será el próximo gobernador chiapaneco.
El papel del gobierno actual
Sin legitimidad, cuestionado, señalado por omisión ante el desastre heredado por la administración anterior, sin obra pública relevante que presumir y ahogado por las deudas; la administración pública estatal se prepara para entregar el poder a quienes los sucederán.
Es evidente que designar sucesor a modo se complicó. Y que por ello los candidatos al 2018 -salvo Ramírez Aguilar- son resultado de su propio trabajo político con las fuerzas políticas nacionales.
Aún así, la estructura estatal tendrá un papel relevante en el proceso electoral del 2018.
No hay más que dos formas de participar: una apoyando con todo a quien supone que significará continuidad al proyecto político de la actual administración. En este caso quien cumple esta característica es Ramírez Aguilar. Pero ¿Le alcanzará con ello al diputado local?.
La otra forma es apoyar con todo a quien se supone será un dique a las aspiraciones de Albores Gleason. Así no sea el candidato identificado con la estructura política actual. En este caso quien cumple esas características es el Senador Luis Armando Melgar Bravo, así inevitablemente sea el candidato de MORENA.
Haga sus apuestas. Esto apenas comienza y será la guerra total.
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