Chiapas; crisis de la economía de subsistencia y la protesta perenne
Si alguna vez se ha preguntado qué es el concepto “crecimiento económico” seguramente se ha encontrado con explicaciones complicadas. Pero básicamente este siempre debe de referirse al aumento constante del ingreso personal, de la cada vez más eficiente distribución del ingreso, del incremento de la producción y su correspondiente productividad y también de un progreso tecnológico palpable.
A esos procesos económicos agrégueles la disponibilidad y eficiencia de los servicios tanto públicos como privados y también tome en cuenta que esto debe ocurrir en un espacio territorial determinado. El concepto entonces engloba aumento de los satisfactores económicos y sociales de quienes habitan un espacio o territorio. Pero ese aumento de los satisfactores tiene que distribuirse correctamente. La vía es una política fiscal efectiva; es decir un eficiente gasto público.
En Chiapas, al desarrollo económico lo conocemos solamente en boletines oficiales, en los discursos de la clase política, en los informes políticos de sus legisladores, en las cuentas alegres que nos dictan sus presidentes municipales; pero nunca ha sido una realidad palpable para todos los chiapanecos.
Nuestra realidad es de una concentración económica en manos de un puñado de personas, una falta de democratización de las tomas de decisiones políticas y económicas que se expresan en una desigual distribución de los beneficios que cualquier economía produce y que es así porque para las mayorías, no hay buenos ingresos y mucho menos una gama de oportunidades laborales.
Dicho en otras palabras, en Chiapas el desarrollo económico es excluyente, es decir solo para unos cuantos. Los demás estamos inmersos en un fenómeno que es continuo y por tanto permanente: la desigualdad.
Si al estado le falta industria, capacidad exportadora, de modernización de servicios, comunicaciones eficientes; a los chiapanecos de manera personal ¿qué nos falta?
Nos faltan ingresos elevados. Así de sencillo. La dinámica productiva nacional está orientada al mercado externo. Manufacturas, servicios, etcétera. ¿La dinámica productiva estatal a donde está orientada?.
Es obvio que al sector exportador no. Tampoco al mercado interno nacional. Nuestra economía es de subsistencia.
Por definición una economía de subsistencia es una economía no monetaria que depende de los recursos naturales. En Chiapas nos peleamos por la tierra, y ahora a ese pleito se suman por ejemplo las compañías mineras que aprovechan nuestra debilidad institucional para saquearnos.
Al ser parte de una economía de subsistencia, los chiapanecos sobrevivimos con lo mínimo y no hay expectativas de crecimiento porque no hay condiciones para otra etapa de desarrollo; en este caso la industrialización. Y la razón de ello es que las inversiones no tienen expectativas altas de ganancias de capital.
¿Qué es lo que tiene que hacerse entonces?
Aunque parezca paradójico, Se necesitan inversiones para estimular el crecimiento económico. Porque si no se logran, entonces el modelo económico de subsistencia entra en crisis.
En Chiapas, lo que vivimos actualmente es una crisis de nuestra economía tradicional o de subsistencia. Esa crisis cada vez se acentúa más y hace que nuestra población sea de manera extrema, muy vulnerable y que además dependa de los recursos públicos para medianamente subsistir. No es que los chiapanecos no queramos salir de la pobreza; no podemos salir de ella. Esa es la realidad.
Y los efectos de esa falta de opciones para lograr el crecimiento económico se manifiestan en un fenómeno que es ya muy nocivo para la sociedad chiapaneca: la política clientelar, sobre todo en épocas electorales.
Esas épocas son como un espejismo. La derrama económica crece; como también crecen las promesas de campaña. Pero esa derrama económica no resuelve nuestros problemas estructurales; más bien la ahonda porque solamente son paliativos
Ahora bien; ¿Cómo responden los chiapanecos a la crisis del modelo económico de subsistencia?
Responden con la protesta perenne. Una protesta que nunca se ha interrumpido y que no encuentra cauces institucionales para ser detenida. Más bien los sucesivos periodos gubernamentales solo han burocratizado las respuestas a esas protestas sociales chiapanecas; eso en aspecto optimista; porque en Chiapas también la protesta social muchas veces se ha criminalizado, pero es un derecho.
Como dicen los filósofos de la política; el derecho a la protesta, es también un deber. La crisis del modelo económico chiapaneco de subsistencia solo asegura que la protesta sea perenne porque la clase política no encuentra una fórmula que nos haga crecer económicamente.
El asunto es que el mundo avanza, el México moderno también se sigue modernizando y ello hace que la desigualdad en el estado se siga ensanchando. Al parecer nada detiene ese ensanchamiento. Y si nada lo detiene, podrán cambiar las coyunturas, pero lo que nunca cambiará es que sigamos viviendo como siempre hemos vivido; al borde del estallido social.
Twitter: @GerardoCoutino
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